https://doi.org/10.22267/rceilat.174041.9

ARTICULO DE REFLEXIÓN

 

PRENSA, PATRIOTISMO Y NACIÓN EN SAN JUAN DE PASTO DURANTE
LA GUERRA COLOMBO-PERUANA: 1932-1934

 

ALEX CLAROS CABRERA
Licenciado en Ciencias Sociales. Universidad de Nariño

MICHAEL STEVEN MIER VILLACORTE
Licenciado en Ciencias Sociales. Universidad de Nariño

 

Recibido 30/10/2017, Revisado 6/4/2018, Aprobado 5/6/2018.


 

RESUMEN

El presente artículo tiene como propósito examinar las representaciones de nación que ocurrieron en San Juan de Pasto durante la guerra Colombo–Peruana entre los años de 1932-1934, mediante la aplicación del Análisis Crítico del Discurso a columnas de opinión publicadas en el diario local “EL Derecho”, prensa escrita que para la época es el medio de comunicación con mayor predominio regional sobre el acontecer de la guerra. En este sentido se logró caracterizar 6 representaciones basados en 12 discursos que evidencian la construcción de una nación colombiana moderna a partir de referentes y valores coloniales que aluden a: el honor, la sacralidad, la generosidad, el sacrificio a la madre patria y la bondad.

Palabras clave:Conflicto colombo–peruano, Nación, Patriotismo, Representaciones de Nación.


 

ABSTRACT

This paper has the purpose of examining the representations of the nation that occurred in San Juan de Pasto during the war in Colombo - Peru between the years of 1932-1934, through the application of the Critical Discourse Analysis to columns of opinion published in the local newspaper “El Derecho”, written press that for the time is the means of communication with greater regional predominance over the events of the war. In this sense, it was possible to characterize 6 representations based on 12 discourses that show the construction of a modern Colombian nation based on references and colonial values that allude to: honor, sacredness, generosity, sacrifice to the mother country and kindness.

Keywords: Conflict Colombian-Peruvian, Nation, Patriotism, Representations of Nation.


INTRODUCCIÓN

Durante los años de 1932 a 1934, se desarrolló un conflicto entre Colombia y Perú, motivado por el control territorial de los departamentos de Caquetá, Putumayo y Amazonas; zonas que oficialmente pertenecían a Colombia según el tratado Salomón-Lozano firmado en 1922 por ambas naciones. Perú reclamaba estas regiones como suyas, argumentando que el gobierno colombiano había tenido olvidadas a estas regiones. Empresarios peruanos ya desde el primer decenio del siglo XIX explotaban caucho y habían esclavizado a las comunidades indígenas a través del trabajo forzado.

La guerra inició el 1 de septiembre de 1932 con la invasión a Puerto Leticia (Amazonas), por parte de soldados peruanos, que vestidos de civil fingieron una protesta en la ciudad, cuando su verdadero propósito era devolver el dominio de la zona a las compañías caucheras, entre ellas “la Casa Arana”. Finalmente el conflicto colombo-peruano concluiría diplomáticamente con la firma del tratado de Rio de Janeiro el 19 de Junio de 1934. Sin embargo, cabe señalar que este evento marca un hito en la historia nacional, pues la guerra logró cohesionar a los colombianos en un solo sentir, en una sola identidad, una sola misión: ¡defender a la patria de los Peruanos invasores! Siendo esta guerra uno de los elementos que ha hecho parte de la construcción y consolidación de la nación colombiana.

Pero, ¿qué es la nación?, para Benedict Anderson (1993) ésta se comprende como una comunidad política imaginada; porque aunque sus miembros compartan un territorio con límites claramente establecidos, no lleguen a conocer jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar, en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión. Por su parte Bernardo Tovar, propone que la nación también se puede expresar con los términos “Patria y Patriotismo”, conceptos que desde sus orígenes designaban el amor a “la tierra en la cual se había nacido, tierra que constituía la base del sustento vital y el fundamento espacial del sentido de pertenencia” (1997, p 131).

En este sentido la región amazónica que no tenía atención del Estado, olvidada, enmarañada por el abandono político, económico y social; con el temor de su invasión y posterior pérdida se convierte en la protagonista de un amor incondicional que se despertaría en cada colombiano. De esta manera, la guerra con el Perú se convirtió en dispositivo de la construcción de la nación colombiana, la cual, para la autora María E. Erazo (2012) ha estado enmarcada en la configuración de valores simbólicos y culturales, que fundamentaban el imaginario colombiano.

La Nación fue pensada en la Colonia desde una perspectiva natural, al estar relacionada con el lugar de nacimiento, después fue un referente geográfico que se asoció a la comarca o provincia a la cual se pertenecía. A finales de siglo XVIII y gran parte del XIX, estuvo refrendada en las instituciones y los lazos que la población establecía con el poder regional-civil-militar, pero solo a finales del siglo XIX, es cuando adquiere algunas características de la nación moderna, como comunidad imaginada.

En este sentido ¿Cómo la guerra Colombo- Peruana logró cohesionar a los colombianos como nación? Este artículo de investigación se propone responder este interrogante a partir de la construcción de la historia regional. Particularmente porque esta región del suroccidente colombiano, por ser puente obligado para el transporte de armas y soldados desde el centro del país y la zona amenazada (Amazonía colombiana), iba a incidir en que el conflicto afectara directamente a la ciudad de San Juan de Pasto, puesto que, la construcción de las vías: Popayán- Pasto y Pasto-Puerto Asís a marcha forzada, posibilitó una aceleración en el crecimiento económico de la ciudad. Este suceso “exógeno posibilitó el aumento de fábricas y la creación de nuevos puestos de trabajo” (Cerón, 1999, p. 385), en efecto la construcción de dicha carretera brindó que Nariño y en particular Pasto se vincularan comercialmente con el centro del país; “la guerra con el Perú nos dejó de herencia la carretera al norte, por primera vez pudo decirse que Pasto y Nariño tenían una ruta de unión con Colombia” (Verdugo, 1999, p. 385).

En este orden de ideas el presente escrito tendrá como eje analítico comprender el contexto y las transformaciones políticas, económicas y sociales del país y el departamento de Nariño como antesala del conflicto colombo-Peruano, así como también el analizar la construcción de nación colombiana a partir de las representaciones que se configuran en la ciudad de Pasto con motivo de la guerra. Para tal fin se analizarán reportajes informativos y columnas de opinión del periódico local “El Derecho”, pues a causa de la guerra este medio de comunicación se convierte en el principal medio por el cual la ciudadanía se entera del acontecer de la guerra.

En este sentido, se examinaron los discursos que en este periódico se enuncian, pues recordemos que los discursos “crean las condiciones para la formación de sujetos, la estructuración y configuración de las sociedades” (Siegfried Jäger, 2001, p 65), en tanto que los discursos ejercen poder sobre la conciencia individual y colectiva, y es a través de la asimilación de estos que se configura la realidad social, es decir los discursos generan sujetos y prácticas concretas.

Estos discursos se materializan mediante la producción de representaciones alrededor de la nación. En palabras de Roger Chartier, los individuos y los grupos dan sentido al mundo que les rodea a través de las representaciones (contradictorias y enfrentadas); éstas se construyen a partir de las relaciones y los intercambios que los individuos hacen de su experiencia social, y se establecen cuando los miembros de un grupo teniendo en cuenta sus diferencias socioculturales logran construir una visión consensuada de la realidad, logrando llegar a acuerdos grupales.

Por tanto las representaciones son el producto y el proceso de aceptación y apropiación de la realidad exterior; en concordancia, los objetos de representación social son múltiples e implican desde valores y modelos sociales hasta formas de memoria colectiva dirigidas a dotar de sentido al presente (Juan Carlos Ruiz, 2003, p. 43, 45). En esta medida, en el presente escrito se analizarán las representaciones que el diario El Derecho plantea y difunde, a partir de la posición ideológica de sus escritores. De este modo es posible visibilizar el tipo de construcción de nación que se hace en San Juan de Pasto con motivo del conflicto colombo-peruano, en el marco de las dinámicas de construcción de nación que se han configurado en el proceso histórico colombiano.


METODOLOGÍA

Metodológicamente, esta investigación se planteó desde un primer momento realizar la búsqueda y análisis de fuentes documentales en torno a la época de estudio; específicamente en la Hemeroteca del Centro Cultural Leopoldo López Álvarez del Banco de la República, donde se indagó sobre el diario local “El Derecho” como fuente primaria de información, Posteriormente, ante la búsqueda documental realizada se aplicó los postulados del Análisis Crítico del Discurso o ACD del lingüista Teun Van Dijk (2003, p. 143-177.); quien nos ofrece directrices prácticas para llevar acabo el análisis de los discursos del diario El Derecho. Su propuesta se centra en el análisis de los problemas sociales y en especial en el papel del discurso como productor y reproductor del abuso del poder o de la dominación.

Para Van Dijk, el ACD da cuenta de las relaciones entre las estructuras del discurso y las estructuras sociales, es decir, cómo a través de los discursos las sociedades crean una serie de estructuras mentales donde dan significado al mundo y actúan en el mismo; por tal razón el autor aplica su análisis a partir del triángulo: discurso-cognición-sociedad.

En este sentido, el discurso es comprendido como un acontecimiento comunicativo, que hace referencia a la interacción entre textos escritos, gestos asociados, diseños tipográficos, imágenes o cualquier otra significación “semiótica” o multimedia (Van Dijk 2003, p. 146). La Cognición, entrama los significados personales y sociales, así como las creencias, objetivos, valoraciones, emociones o cualquier otra estructura, representación y proceso mental, que haya intervenido en un discurso y en su interacción. Finalmente la sociedad encarna las estructuras más globales, societales y políticas que se crean a partir de relaciones de grupo (como la dominación y la desigualdad), de movimientos, de instituciones, de organizaciones, y otras propiedades más abstractas de las sociedades y las culturas (Van Dijk, 2003, p. 146-147).

Habiendo planteado las características del ACD, las categorías implementadas a la información obtenida fueron las siguientes:

 

COLOMBIA EN LOS ALBORES DE LA DÉCADA DE 1930

El acontecer nacional

Colombia recibe la década de 1930 con una serie de cambios que trastocaron al país desde el ámbito económico, político y social. El país desde 1920 experimentó un crecimiento económico como respuesta al aumento de las exportaciones del café, el acceso de capitales extranjeros y la adquisición de créditos que estaban destinados a la construcción de obras públicas en relación con el proceso de industrialización, urbanización y la construcción de infraestructura adecuada para el próspero desarrollo del capitalismo en el país (Villadiego, 2010, p.18). En el ámbito político el partido liberal llegó al Gobierno discretamente, a través de un movimiento denominado liberal. El Gobierno de transición lo presidió Olaya Herrera (1930-1934), quien gerencia la crisis y consumó la entrega de los petróleos colombianos (p. 117) y quien tuvo que asumir las riendas del conflicto con el Perú en 1932.

Nariño recibe la guerra

Para los años 30 Nariño es un departamento eminentemente agrícola; “el cultivo de papa ocupaba el mayor porcentaje de terrenos dedicados a la producción; a la papa, le seguían el frijol y el maíz, como productos principales,” (Muñoz, 2006, p. 77). A pesar de tener una importante producción agrícola las vías de comunicación con que cuenta el departamento eran precarias, el paso intervederal e intermunicipal se hacía por caminos de herradura mal conservados, y muchas veces ni siquiera existían carreteras para la comunicación. Esto incidió directamente en la debilidad del mercado nariñense en relación al resto del país, pues las dificultades en el transporte de productos hacían que estos se encarecieran. El gobierno departamental intentó remediar la situación implementando el trabajo de Mingas “la aspiración administrativa era la de mejorar las carreteras, puentes y caminos de herradura que servían para la comunicación” (Muñoz, 2006, p. 75).

Sumado a las dificultades para transportar los productos en 1923 las exportaciones de café que se hacían desde la Unión y la Cruz habían disminuido, generando un importante déficit fiscal que trastocó directamente a la educación; el gobierno departamental no pudo financiar todas las escuelas públicas, es así que finalizando el año de 1931 había 334 instituciones escolares, de aquellas se suspendieron 74 en todo el departamento; este cierre afectó a 4.301 alumnos. La medida de choque a la crisis obligó a que los padres de familia apoyaran financieramente las escuelas, sosteniendo los restaurantes escolares (Muñoz, 1987, p. 100).

Bajo este panorama desolador, se da lugar en 1932 el conflicto con el Perú, que obligó al gobierno nacional a la construcción del tramo de la vía que de Pasto conduce a Popayán y Puerto Asís, con el fin de transportar soldados, armamento y víveres a la zona del conflicto; la construcción de esta carretera permitió la integración comercial de Nariño con el centro del país y por ende un florecimiento en su economía. Se da lugar al crecimiento de pequeñas fábricas de aceite de higuerilla, cigarrillos, gaseosa y confitería; de 24 empresas que hay en Nariño en la década del 30, se pasa a 175 en 1945; de las cuales 52% se ubicaban en Pasto, generando más de cuatrocientos empleos (Cerón, 1999, p. 385).

En conclusión se puede afirmar que Nariño y en particular San Juan de Pasto reciben la guerra, con un crecimiento económico lento, a causa de las precarias vías de comunicación; también se observa la importancia que tiene la agricultura para la subsistencia de la población y el crecimiento de pequeñas industrias y fábricas familiares en la ciudad. Toda esta dinámica económica cambiaría luego de las aperturas de la vías Popayán, Pasto y Pasto, Puerto Asís; a causa del conflicto colombo peruano, pues este hecho estimuló la economía nariñense y pastusa.

REPRESENTACIONES DE NACIÓN Y PATRIOTISMO EN EL DIARIO EL DERECHO

La voz de Bolívar: Representaciones de Nación referentes al patriotismo exaltado en la figura de los héroes

En este artículo titulado “La voz de Bolívar” se hace un llamado a la sociedad en general a hacer parte y sentir como suyos los abusos que estaba cometiendo el pueblo peruano ante el suelo patrio. Una de las características más importante de este discurso, es como la figura de “El Libertador” es personificada en el periódico como un símbolo de heroísmo y valor en defensa de la patria.

Referente a esta útil sublimación de los padres de la patria, en el texto “Porque los muertos mandan. El imaginario patriótico de la historia Colombiana”, se expone que el reconocimiento general de los muertos sobre las generaciones del futuro, que relaciona a los vivos con los muertos, es la función decisiva para ciertos muertos ilustres, quienes continúan ejerciendo moldeamiento a los ciudadanos y a la nación misma; con el propósito de introducir un imaginario nacional (Tovar, 1997, p. 128). Para este discurso se utiliza como arquetipo para la guerra el nombre de Simón Bolívar; siendo utilizado como moldeador de los deberes hacia la patria, que como se mencionó anteriormente, el propósito estaba referido a crear un imaginario nacional que aportara a la guerra. Así pues, la figura del libertador es tomada en la siguiente columna editorial como “una imagen ideal, potenciada con las significaciones que provienen de unas tradiciones de pasados heroicos y de difuntos célebres” (Tovar, 1997, p. 130).

Simón Bolívar, Libertador, Presidente de Colombia.

A los ciudadanos y soldados del Sur de Colombia

Colombianos: la perfidia del Perú ha pasado todos los límites y hollado todos los derechos de sus vecinos de Colombia y de Bolívar. Después de mil ultrajes, sufridos con paciencia heroica, nos hemos visto al fin obligados a repeler la injusticia con la fuerza.

Las tropas peruanas se han introducido en Leticia sin previa declaración de guerra y sin causas para ello. Tan abominable conducta nos dice lo que debemos esperar de un gobierno, que no conoce ni las leyes de las naciones, ni las de la gratitud ni siquiera el miramiento que debe a pueblos amigos y hermanos. Referiros el catálogo de <Los crímenes del gobierno del Perú>, sería demasiado, y nuestro sufrimiento no podría escucharlo sin un horrible grito de venganza.

Os convido a armaros contra esos miserables que han violado el suelo de nuestra hija, y que intenten aun profanar el seno de la madre de los héroes. Armaos colombianos. Volad a la frontera del Perú y esperad allí la hora de la vindicta. Mi presencia entre vosotros será la señal de combate.

SIMÓN BOLÍVAR. (Córdoba, 1932, p. 1).

En este discurso se utiliza y enuncia la figura de Simón Bolívar, como el héroe nacional encargado de motivar a la sociedad pastusa a hacer frente y responder ante las injurias, o como se menciona en el artículo, se convoca a la sociedad a repeler los abusos de los peruanos con “un horrible grito de venganza”. Además en el discurso se encuentran adjetivos y frases que connotan los abusos de los peruanos como: “la perfidia del Perú”, los “mil ultrajes sufridos con paciencia heroica”; también se menciona un catálogo referido a los “crímenes del gobierno del Perú”, en donde no solo se hace en función del conflicto que se estaba presentado, sino que también alude a otros referentes. En síntesis, este artículo muestra como por medio de la invocación de los padres de la Patria, se fortalece el imaginario nacional, respecto a que fundamentan los deberes hacia la patria y difunde en la sociedad un sentimiento patriótico ligado al heroísmo y la defensa del territorio nacional.

Nobleza de los rasgos patrióticos: Representación de nación asociada a los aportes económicos al fondo de defensa nacional

Sin capital para afrontar la guerra a causa de la baja en sus exportaciones, el Congreso colombiano aprueba un empréstito por diez millones de dólares para dotar de armamento a su ejército; entre estas compras se adquirieron en Francia tres buques de guerra, bautizadas con los nombres de Córdoba, Mosquera y Bogotá (Gonzáles, 2012, p. 378-379).

Para pagar el empréstito, el gobierno nacional hace un llamado a los colombianos para que apoyen económicamente a la defensa del territorio nacional. En la ciudad de Pasto, el apoyo económico que hiciera su población fue tomado como un rasgo de la nobleza de los que aman la patria. Esta representación se evidencia en el discurso: “La nobleza de los rasgos patrióticos”.

Bajo el título “Nobleza de los rasgos patrióticos” el autor califica las virtudes de los hombres, en la medida en que apoyen económicamente con el fondo de defensa nacional, para este propósito trae a colación dos ejemplos de lo que él llama “nobleza patriota”:

Hoy queremos destacar dos hechos que son los gestos más hermosos que relievan el concepto que tienen los colombianos del patriotismo. Una comisión especial recoge actualmente el oro de unas joyas que unen su valor intrínsico ese valor más puro y más grandioso, el del afecto. Todos los matrimonios colombianos dejarán ese símbolo áureo que eslabonó sus vidas en la ardiente prueba del amor; los aros del desposorio irán con su oro a respaldar la economía nacional y con su significado a sintetizar a la paria que por ella se hace un depósito cariñoso y ferviente. La patria va a conservar el oro que selló un juramento de dos vidas; esta es la otra promesa más sentimental que hacen los que entienden cuánto vale el amor a la patria superior a todos los otros afectos de la tierra.

El otro rasgo que deseamos entregar al ejemplo ciudadano.... Los presos de nuestras cárceles se reintegran a la vida ciudadana con un rasgo gentilísimo y edificante. Abandonan su ración para que ese producto vaya a robustecer el fondo de defensa nacional; han cedido un día de su ración, lo que quiere decir que ellos han preferido el ayuno de veinticuatro horas con tal que no vayan a quedar por fuera, sin contribución en esta cruzada de generosidades (Córdoba, 1932, p. 1).

En este discurso el autor motiva a ciudadanía a donar bajo las expresiones: “despojándose de sus joyas para acrecentar el arca nacional”, “todos los habitantes haciendo la dejación de sus bienes en beneficio del fondo destinado a la seguridad territorial”, “ejemplo ciudadano”, “la nobleza del sentimiento colombiano”, “Abandonan su ración para que ese producto vaya a robustecer el fondo de defensa nacional”.

En segunda instancia, quienes aportan a la causa patriótica se pueden considerar nobles, llenos de virtudes, porque entregan todo por la patria, aunque estos sean sus bienes más preciados; estos sentimientos se reflejan en metáforas como: “La patria va a conservar el oro que selló un juramento de dos vidas”, “... esta es la otra promesa más sentimental que hacen los que entienden cuánto vale el amor a la patria superior a todos los otros afectos de la tierra”.

Hijos de Pasto: Representación de Nación referente al abandono que sufría San Juan de Pasto por parte del Estado colombiano

Para 1930, el principal problema del departamento nariñense es que “no contaba con vías de comunicación carreteables con el norte, occidente y oriente” (Muñoz, 2006, p. 75), a causa de la insuficiente inversión fiscal del gobierno en la región. En este sentido, la ciudad de Pasto al igual que el departamento no tenía oportunidad de dinamizar su comercio y con él su aparato económico.

Esta dificultad evidenciaba, para la ciudadanía, el abandono en el que estaba inmerso su pueblo. Entonces la guerra también fue una excusa para denunciar la situación, y pedir a cambio de la ayuda que ellos iban a prestar reconocimiento para una región tan importante y olvidada. Este clamor es esbozado en discursos como: “Hijos de Pasto” y “magistral discurso”. “Hijos de Pasto”, es un discurso de denuncia:

(...) Esta ciudad ilustre, cuyas hazañas legendarias han ahondado las cauces de la historia que es la tela sobre la cual se desenvuelve en el tiempo el alma nacional, debe ser la primera en el sacrificio por lo mismo que ha sido la última en el reparto de los dones de la República. Si en el decurso de un siglo, y digámosle a la nación entera que ya que no se ha querido vincularnos al corazón de la República se nos vincule al menos al corazón de la selva para defenderla con bravura como heredad querida (Córdoba, 1932, p. 3).

El autor pide a los ciudadanos sacrificarse por la patria, y denuncia el abandono en que la nación tiene a la ciudad, al respecto afirma que Pasto “debe ser la primera en el sacrificio por lo mismo que ha sido la última en el reparto de los dones de la República”. Pero la acusación no termina ahí en siguiente renglón continua el descontento: “y digámosle a la nación entera que ya que no se ha querido vincularnos al corazón de la República se nos vincule al menos al corazón de la selva”.

Finalmente en el discurso titulado “Magistral discurso”, el autor advierte que el sacrificio del pueblo de Pasto de recibir la recompensa del apoyo estatal:

(...) que sepa por lo menos la Nación entera que, si estamos dispuestos a llegar hasta el sacrificio, si fuera necesario, también estamos dispuestos a exigir perentoriamente que el Gobierno Nacional atienda los problemas de esta región, estrechamente vinculados a dignidad y al decoro de la patria. (Córdoba, 1932, p. 2).

En este fragmento el autor expresa la inconformidad por el abandono estatal a la ciudad de Pasto, esta postura es evidente en expresiones como: “que sepa por lo menos la Nación entera que”, y en la advertencia: “también estamos dispuestos a exigir perentoriamente que el Gobierno Nacional atienda los problemas de esta región”.

En estos discursos es posible evidenciar el sentimiento de abandono que guarda el pueblo pastuso y también el clamor de ver a Nariño dentro de la moderna nación colombiana. Shmuel Eisenstadt (Citado por Erazo, 2012) piensa que “lo moderno” se da a partir de la: urbanización, educación, comunicación masiva y orientaciones individuales (p. 38). Es decir, los pastusos quieren ver a Nariño con una economía fuerte, educado, empleado y edificado; un departamento conectado con el País.

La voz de la patria: Representaciones de nación referentes a la defensa territorial

La invasión ocurrida el 1 de septiembre de 1932 en Leticia, hizo visible una región que seguramente muchos colombianos aún no conocían. Con la promesa de defender hasta la muerte dicha región, los pastusos se reúnen en una sola voz, “La voz de la patria”:

Colombianos:

Saludemos, con el alma, al guion de la gloria, al iris de patria colombiana! Ha sonado la hora de revivir la gesta de los viejos. Entre los farallones de los Andes, formados como una legión de gigantes, la testa erguida hasta los cielos, se presiente un vuelo de águilas, un choque de ceros y un rumor de laureles. La tierra, la vieja tierra colombiana, prepara sus cosechas de heroísmo sin tasa, como la madre de los senos inagotables!

Vamos a defender el derecho y el honor de nuestra historia, los fueros del pasado y los bienes del porvenir, contra el vil invasor, el judas de la América Latina. Y vamos a defenderlos con el máximo sacrificio que se impuso a los hombres, el arma al brazo y los dientes apretados, en las supremas contiendas de la sangre!

Marchemos, todos, hijos de la patria, con el himno en los labios y el fulgor de la bandera ante los ojos, como esas legiones de galos, esculpidas en el Arco del Triunfo; que enseña a desafiar la muerte! Marchemos a defender los linderos de la heredad sacra (Córdoba, 1932, p. 3).

En este discurso, el escritor pretende ser, “La Voz de la Patria”. Él inicia su intervención glorificando a la nación, mostrando su sacralidad y pureza, para ello no mengua en metáforas como: “Saludemos, con el alma, al guion de la gloria, al iris de patria colombiana”, “Entre los farallones de los Andes, formados como una legión de gigantes”, “la testa erguida hasta los cielos, se presiente un vuelo de águilas, un choque de ceros y un rumor de laureles”, “Mirad, la bandera! con el azul que es espíritu; su rojo, que es coraje; su amarillo, que es espiga. Ella conoce los caminos del triunfo y de la gloria”.

Luego hace un llamado, convoca a la población a la defensa del territorio nacional, cuando utiliza expresiones como “Vamos a defender el derecho y el honor de nuestra historia”, y “Marchemos a defender los linderos de la heredad sacra”.

Finalmente arremete contra el Perú a partir de expresiones ideológicamente sesgadas, en ellas exalta positivamente el sacrificio y patriotismo de los soldados de Pasto que van a la guerra, a partir de frases como: “Vamos a defender el derecho y el honor de nuestra historia”, “vamos a defenderlos con el máximo sacrificio que se impuso a los hombres” y “Marchemos, todos, hijos de la patria”. Y se expresa negativamente de su opositor, refiriéndose al Perú como: el “vil invasor”, el “judas de la América Latina” (para denotar su traición), “pueblo infiel”, que desprestigia “la leyenda del Inca y niega la emancipación”, “pueblo que esgrime el puñal contra sus libertadores” haciendo referencia al apoyo militar que le diera Colombia en la batalla independentista de Ayacucho.

En esta representación el autor a través de la personificación de la patria logra impregnarle al discurso efusividad, y unir el pasado y futuro de la ciudad con el pasado glorioso y el destino de la nación colombiana a través de valores y tradiciones religiosas. El interés del escritor entonces, es llenar el ambiente de patriotismo; en este sentido sintiéndose colombiano, el soldado de Pasto marcharía con el fusil al hombro, a entregar la vida por defender el territorio nacional.

La gran manifestación de esta tarde: Representaciones de nación referente a las manifestaciones patrióticas y la unión política

A partir del anuncio de la invasión peruana en Leticia, la ciudadanía de Pasto se reunía en las plazas principales para informarse del acontecimiento, en su afán de pronunciarse en contra de la ofensa peruana, se movilizó en marchas y manifestaciones patrióticas por las calles de la ciudad, en pro de la defensa de la patria. En estas movilizaciones los ciudadanos se agolpaban a escuchar los discursos de los personajes más influyentes de la sociedad. Entre ellos gente ilustrada y políticos liberales y conservadores; pues a pesar de su pasado de rivalidad y disputas ideológicas, los partidos menguaron sus diferencias y aunaron esfuerzos para una causa común: ¡Defender la patria!; de ahí la popular frase de Laureano Gómez, “paz, paz en el interior y guerra, guerra en la frontera” (Atehortúa, 2015). Esta representación se visibiliza en el discurso: “La gran manifestación de esta tarde”; en el cual se observa el compromiso con la causa patriótica y la unión de los partidos políticos Liberal y Conservador, que hasta agosto de 1932 habían sido férreos contendientes y enemigos. Ahora se abrazaban al calor de la causa patriota:

El pueblo de Nariño protesta contra los atropellos del invasor peruano. –Listos a defender el honor nacional.

A iniciativa de <El Derecho>, generosamente secundado por todos los colegas de la prensa local, se ha organizado para esta tarde una grandiosa manifestación patriótica con el objeto de protestar contra la afrenta inferida a la patria por el invasor peruano y manifestar su decisión entusiasta de ponerse al frente de la defensa del decoro nacional ultrajado.

Invitan por carteles, EL DERECHO, RENACIMIENTO, ILUSTRACION NARIÑENSE, OPINION NACIONAL, ORIENTACIÓN LIBERAL Y LA VOZ LIBERAL. También las directivas departamentales de ambos partidos en forma cordial hacen invitación a la ciudadanía de Pasto. (Córdoba, 1932, p. 1).

La mujer colombiana: Representación de nación referente al papel de la mujer en la guerra

En la siguiente columna editorial titulada “La Mujer Colombiana” la señora Josefina de la E. v. Benavidez expone el compromiso y la entrega de la mujer ante la patria. De hecho durante la guerra, la mujer encarnó el sacrificio y apoyo altruista que sólo brinda una madre, pues estaba al servicio de otra madre, de la madre patria. En este sentido las mujeres pastusas tomaron un papel activo en la financiación de la guerra, alentando decididamente el apoyo a través de la donaciones al fondo de defensa nacional, y hasta entregando la vida de sus hijos en batalla.

Un ejemplo del papel que desempeño la mujer en la guerra lo aporta Clara Inés Muñoz, en su libro “Todo por la Patria”, en este relata cómo una mujer pastusa doña Clara Eliza Narváez, se enlistó en el ejército y marchó a la guerra como un soldado, el “Cabo Pedro”, se entregó en cuerpo y alma a la selva amazónica en defensa de su patria. En el siguiente discurso se expresa la posición que tomó la mujer en cuanto a la coyuntura nacional:

(...) ya que no es dado para todos morir en la única forma en que la muerte es bella; esto es, entregando el último aliento como holocausto ante el altar de la Patria... las damas, las mujeres de Nariño, venimos ante vos, señor Gobernador, a ofrendar a la Patria nuestras entrañas, que son nuestros hijos, nuestros hermanos y allegados, y nuestros bienes todos. Que sepa la Madre Colombia, que la vida espiritual y material de sus hijos, se moviliza toda para servirla”(Córdoba, 1932, p. 3).

En esta representación las damas de la ciudad expresaron su sentir hacia la guerra y lo manifestaron con expresiones materiales y simbólicas que aportaron al proceso constructor de nación de este periodo.


CONCLUSIONES

La guerra en San Juan de Pasto representó transformaciones desde los ámbitos social, cultural, político y económico, que trastocaron por completo la dinámica que había llevado la ciudad y el departamento, como provincia olvidada y periferia del centro del país. La ciudad que hasta antes de 1932 había tenido un crecimiento económico lento, un déficit fiscal, y una pequeña industria doméstica; con la coyuntura de la guerra, la región se permitió dinamizar su economía y propiciar el crecimiento de su industria, en la medida en que se conectó a la ciudad y al departamento de Nariño con el centro del país.

La guerra generó, en los habitantes de san Juan de Pasto, un sentimiento de nación moderna, es decir a través de la guerra se fortaleció el imaginario de sentirte parte de una comunidad que no conoces, que no es cercana, pero con la que crees compartes un origen y un destino común, representación que si bien es cierto hace parte de la vida moderna, se estructura y se teje a partir de referentes y valores que aluden a: el honor, la sacralidad, la generosidad, el sacrificio a la madre patria y la bondad.

En concordancia, se puede afirmar que en San juan de Pasto la construcción de nación se hizo a partir del imaginario de patria, esta fue entendida como la tierra donde se había nacido o donde se pertenecía; estos valores le posibilitaron a los columnistas desarrollar sus ideas a partir de un lenguaje colonial aludido por expresiones donde se resalta lo religioso, lo heroico, las ofrendas, el sacrificio, las afrentas, y la traición. En consecuencia el valor simbólico dado a la nación a partir del referente patriótico, permitió que los pastusos se sintieran parte de la nación colombiana, que la apreciaran como a una madre, que estuvieran dispuestos a sacrificarse por ella de forma altruista, a pesar de no conocer ni estar cerca de sus compatriotas.

Para conseguir el apoyo e identificación del pueblo pastuso a la causa nacional, en los discursos se usaron una serie de mecanismos; uno de fue la existencia de una historia común, esta se representó en los “Padres la Patria”, este dispositivo cohesionador y constructor de nación, es encargado de moldear los deberes hacia la patria y nutrir el imaginario nacional. A través de la sublimación del pasado histórico de símbolos como el “Libertador”, fue menester en el apoyo que brindaron los soldados pastusos en el frente de batalla, al ofrecer sus vidas en sacrificio por la patria; exaltados por los discursos heroicos que fueron una constante durante la guerra.

Sin embargo, la sociedad pastusa también se sentía relegada de la nación colombiana, pues aunque compartía un pasado, un presente y un futuro con los colombianos, representados en los padres de la patria, en la ciudad se vivían dificultades económicas a causa en gran parte a la escasa inversión del Estado en la región. En esta medida la ciudadanía exige ser parte de la nación no sólo a través de lo simbólico, sino como una nación moderna, limitada, soberana y con un Estado, que le permitiera ser incluida en la economía nacional a través de políticas estatales.

Para Hobsbawm (Citado por Erazo, 2012) la creación de la nación coincide con la era clásica del capitalismo liberal y con la época librecambista; argumenta que históricamente el desarrollo de la moderna economía estuvo íntimamente ligado al de las “economías nacionales” de varios estados territoriales desarrollados, porque los gobiernos buscaron consolidar las economías nacionales a través de políticas estatales” (p. 118).

Otro mecanismo en la construcción de nación es la materialización del imaginario nacional representado en la unión de los partidos políticos, respecto a que los partidos “Liberal y Conservador” durante la guerra se unieron momentáneamente dejando de lado las disputas ideológicas que los había caracterizado desde su creación; con el propósito de responder al llamado de la patria, en cierto sentido los partidos tradicionales se preocuparon por brindar ejemplo a la ciudadanía, pues a pesar de sus diferencias se unían en torno a los deberes y valores de la patria.

Así mismo, en nombre de la patria en la ciudad se menguaron las diferencias de clase social, pues en este proceso de construcción de nación, se dio más importancia a los valores coloniales, en los que se resaltaban la bondad, la generosidad, y el sacrificio. Por lo tanto sin importar el valor de los bienes de un ciudadano o que profesión tuviera, lo importante era su apoyo a la causa patriótica; ya fuera que un adinerado aportara parte de su riqueza, que un preso donara un día de alimentación o un soldado ofreciera su vida en la guerra. En conclusión por la coyuntura de la guerra el prestigio social no estaba dado por la riqueza que se tenía sino por el sacrificio y apoyo a la patria.

Por último se concluye que el conflicto amazónico representó para San Juan de Pasto un etapa culminante en la inserción del departamento de Nariño y la ciudad en la vida nacional en plena década de 1930, lo que da cuenta de la forma en la que se ha construido la nación colombiana, como una nación excluyente, pues ésta siempre ha sido pensada desde el centro del país. En este sentido se puede afirmar que Colombia es una nación fragmentada en regiones jerarquizadas. El proceso de construcción de nación en Colombia desde sus orígenes ha estado parcializado por la historiografía oficial que ha invisibilizado a las periferias y no ha permitido pensar y visibilizar los procesos históricos desde las regiones.


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