REVISIÓN DE TEMA Recibido: 29/04/2024
Aprobado: 19/11/2024
El pensamiento ético magalloniano. Una ética a la latinoamericana
Magallonian ethical thought. A Latin American style ethics
David Téllez Ramírez1
“La ética no nos enseúa a ser buenos o malos, nos enseúa,
como disciplina filosófica, a saber cuál es el
contenido, el objeto y los fines de nuestra libertad” (Mario Magallón) 2
DOI: https://doi.org/10.22267/rceilat.245455.132
En el presente artículo intento exponer, a partir de la lectura y análisis de algunas obras escritas del filósofo mexicano Mario Magallón Anaya, los fundamentos filosóficos y las características de lo que podemos llamar “Ética magalloniana”. He intentado con una actitud prudente, hacer una hermenéutica moderada sobre las ideas de este filósofo, para mostrar con la mayor claridad y síntesis sus ideas éticas, y motivar así la lectura de este autor latinoamericanista que tiene aún mucho que decir en distintas ramas de la filosofía, como la filosofía política, filosofía de la educación, filosofía de la cultura, historia de las ideas y la antropología filosófica.
Palabras Clave: Ética latinoamericana, filosofía práctica, pensamiento latinoamericano.
In this article I try to expose, from the reading and analysis of some written works of the Mexican philosopher Mario Magallón Anaya, the philosophical foundations and characteristics of what we can call; “Magallonian Ethics”. I have tried with a prudent attitude, to make a moderate hermeneutics on the ideas of this philosopher to show with the greatest clarity and synthesis his ethical ideas, and thus motivate the reading of this Latin Americanist author who still has much to say in different branches of philosophy, such as; political philosophy, philosophy of education, philosophy of culture, history of ideas and philosophical anthropology.
1.
Licenciado en Filosofía por el Instituto Palafoxiano de Estudios Superiores. Licenciado y maestro en Estudios Latinoamericanos por la Facultad
de Filosofía y Letras de la UNAM. Correo electrónico: bulasapru_@hotmail.com
2.
Mario
Magallón Anaya (1946). Filósofo latinoamericanista mexicano nacido en
Michoacán, profesor, licenciado, maestro y doctor en Filosofía por la
Universidad Nacional Autónoma de México, investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM. Su
obra se centra en temas de filosofía política, ética, historia de las ideas y
filosofía de la educación en América Latina. Sus ideas giran en torno a la
importancia de filosofar situadamente y
el papel poético, utópico y liberador del ser humano en la cultura.
Keywords: Latin American ethics, practical philosophy, Latin American thought.
Para comenzar a entender esta ética es importante asomarnos a la noción de filosofía que tiene el autor, pues solo así podremos dimensionarla. Para el maestro Magallón la filosofía no se puede encuadrar en un campo de conocimiento cerrado con problemas y métodos únicos, o como un sistema desde el cual se puedan deducir las respuestas a todas las preguntas del ser humano, aunque esta afirmación no significa que nuestro autor esté a favor del desorden epistemológico. Más bien señala que “la sistematicidad es una condición necesaria a todo conocimiento filosófico, pero muy difícilmente puede ser suficiente. La sistematicidad es la clave o el medio para el entendimiento y el canal por donde fluye el poder explicativo filosófico-discursivo”.3 No puede haber coherencia en filosofía sin cierta estructuración de principios que permitan una explicación racional, al me- nos de manera parcial, sin embargo un sistema filosófico no ha de tomarse al dedillo, pues “la filosofía no es un utensilio ni tampoco una receta, sino una forma de pensar radical que debe cuestionar sus propios principios. Esto requiere de no asumir dogmática
3.
Mario Magallón. Historia de las ideas filosóficas (Ensayo de filosofía y de cultura
en la mexicanidad).
México, Torres y Asociados, 2010, p. 14.
y doctrinalmente las filosofías”,4 por- que todas contienen algunos elementos teóricos y epistemológicos irracionales en su construcción.5
Así como la sistematicidad, la tradición es indispensable en filosofía. No se puede filosofar sin herencias epistémicas, aunque hay quienes caen en el extremo de repetir lo que algún autor o escuela filosófica ha dicho en el pasado reprimiendo así su creatividad reflexiva. Magallón por su parte se adhiere a los que piensan que la tradición ciertamente es un sustrato en el filosofar situado, pero no debe limitar el uso de la razón crítica,6 de lo contrario se piensa de espaldas a otras formas de filosofar, y se niega la diversidad del pensamiento filosófico llegando incluso a desconocer, ningunear o excluir filosofías.
Las tradiciones guardan
cierta cohesión racional y apuntan a determinados horizontes, pero no tienen por qué ser discursos cerrados. El maestro Magallón señala:
“la unidad de la Razón,
del saber, del ente, del Ser, de la cosa, de la realidad,
no significa la uniformidad
o la invariabilidad mecanicista, sino la
construcción de una forma estructu- rada, coherente, suficientemente con-
formada y constituida por conceptos, categorías y teorías filosóficas”.7
4.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 59.
5.
Véase
Mario Magallón. Historia de las ideas
filosóficas. (Ensayo de filosofía y de cultura en la mexicanidad). México, Torres y
asociados, 2010, p. 13.
6.
Véase Mario
Magallón. Discurso
filosófico y conflicto social
en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 86.
Esta forma que guarda una unidad no puede ni debe estar aislada de otras. La filosofía aun posicionándose en una tradición ha de ser ecléctica entendiendo que:
El eclecticismo
no es la selección de una forma espontánea y asistemática de las mejores
ideas filosóficas, éticas,
políticas y democráticas, sino una selección sistemática congruente de
éstas en la construcción de una pro- puesta
teórica consistente y éticamente responsable.
Esto es una filosofía madura elaborada fenoménicamente,
desde las cosas mismas.8
Vemos que en este tipo de pensamiento conviven lo sistémico y lo anti- sistémico, lo primero como camino seguro y búsqueda de lo verdadero, lo segundo como camino creativo y relativismo moderado ante la verdad.
Filosofía y ser humano están en íntima relación, lo cual es fundamental para la construcción de la ética magalloniana, la primera no se da sin aquel que filosofa y el segundo no pue- de explicar su existir sin un ejercicio reflexivo, filosófico. Para la filosofía lo fundamental son los problemas de los
7.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 67.
8.
Mario Magallón. Miradas filosóficas: antropoética política de la
educación y de la universidad en la
crisis global. México, ISCEEM,
2012, p. 59.
seres
humanos en un horizonte histórico de sentido.9 Con esto no se pretende
decir que el hacer filosofía, sea la más perfecta actividad humana, la razón es algo común
a todo ser humano pero se manifiesta en distintas racionalidades acompañadas de otros
elementos propios del hombre,10 de
tal modo que para nuestro
autor, razonar es propio del sujeto, pero no es lo único que lo hace ser lo que
es. La razón no es una entidad independiente del sujeto, algo que sea autosuficiente fuera del tiempo
y el espacio,
por el contrario, aquella no puede estar de espaldas
al ser humano:
“Una razón sin sujeto es una racionalidad que no implica
responsabilidad, ética, ni social, ni política”.11
La razón está no solo en íntima relación con el sujeto individual sino también con los sujetos en comunidad, en sociedad. Si la filosofía es un ejercicio de razonamiento: “tiene una función social, porque en su argumentación y análisis crítico tiene presente a los seres humanos y sus relaciones en sociedad”.12 Se necesita la certeza y humildad para reconocer que una filosofía por consistente que sea, no puede decirse autosuficiente,
«no existe un conocimiento “puro”, sino mediado por diversos campos del
9.
Véase
Mario Magallón. Mario Magallón, Discurso
filosófico y conflicto social en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007,
p. 53.
10. Véase Horacio Cerutti/Mario Magallón.
Historia de las ideas latinoamericanas
¿Disciplina fenecida? México,
Casa Juan Pablos/UCM, 2003, p. 105.
11. Ibid., p. 96.
12.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 102.
saber, por lo simbólico, la historia y la
ideología».13 Toda forma de construir un saber debe estar abierta
a otras formas y ha de elaborar una metodología
y epistemología que considere la idea de contradicción, especialmente si de- sea hacer diagnóstico de un fenómeno complejo como lo son las situaciones
humanas, sociales.14
Magallón insiste
en esa vinculación entre la filosofía y el sujeto que filosofa,
aspecto que en la posmodernidad se ve frecuentemente roto hasta el pun-
to de idolatrar la filosofía como obra y
olvidar al sujeto como artífice, su ausencia implica la eliminación del sentido
de las diferencias y les quita a los individuos la responsabilidad
de sus acciones.15 Esto es inconcebible aquí. La reflexión sobre los
actos hu- manos, es decir, la ética, ha de fundarse
en la unidad entre sujeto y filosofía. Podemos percatarnos de esto en
una de las tantas definiciones de filosofía que el autor ofrece:
“La filosofía (...)
es el ejercicio del pensar con autonomía y libertad
los problemas más urgentes,
los que requieren de respuestas trascendentes, porque en ello se nos va
la vida, la historia y el futuro”.16
13.
Mario
Magallón. Historia de las ideas
filosóficas (Ensayo de filosofía y de cultura en la mexicanidad). México,
Torres y Asociados, 2010, p. 185.
14.
Véase Mario Magallón.
Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM, 1993, p. 89.
15.
Véase
Mario Magallón. La democracia en América
Latina. México,
CCyDEL/DGAPA/ UNAM/Plaza y
Valdés, 2003, p. 321.
16.
Mario
Magallón. Filosofía, tradición, cul- tura
y modernidad desde América Latina. Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa,
2008, p. 22.
Para nuestro filósofo, como para otros latinoamericanistas, el quehacer filosófico no se hace por simple pasa- tiempo o para ser eruditos, sino como respuesta crítica y necesaria ante un problema que atenta contra el ser hu- mano en cualquiera de sus dimensiones. Del mismo modo, la reflexión de lo moral es aquí una posición crítica ante posturas éticas posmodernas que vulneran a la persona humana por su relativismo fragmentador. Y hemos de tener en cuenta que «cuando se habla en la (pos) modernidad de “la muerte del sujeto”, la ausencia del sujeto implica la eliminación del sentido de las diferencias y libera al individuo de toda responsabilidad ética compro- metida y, por lo tanto, del resultado de sus acciones».17 No es posible hablar de ética sin la afirmación previa del sujeto libre y concreto, no se puede hacer propuestas éticas sin atender a los problemas que se ponen delante y que nos afectan como seres situados, de carne y hueso como decía Unamuno.
A pesar de todo, la ética sigue sien- do proyecto para este filósofo que dice:
«Nuestra reflexión está en contra de las concepciones de la posmodernidad y del neoliberalismo, porque de ninguna manera creemos que sea “el fin de las utopías” ni “de la historia”, aunque sean hoy más difíciles de alcanzar».18 En esta ética se le da importancia y centralidad al ser humano, pues es
Mario Magallón. La
democracia en Amé- rica Latina. México, CCyDEL/DGAPA/ UNAM/Plaza y Valdés,
2003, p. 321.
17.
Horacio Cerutti/Mario Magallón. Historia de las ideas latinoamericanas
¿Disciplina fenecida? México, Casa Juan Pablos/UCM, 2003, p. 128.
él quien orienta su actuación por sus principios y normas de su formación ética.19 Desde esta perspectiva, no es posible una reflexión del actuar del hombre sin la reflexión por ese ser humano que actúa y que “es, además de un ser de necesidades, también un ser de sentimientos, de pasión y de razón”.20 A partir de estas afirmaciones deducimos que para entender la ética magalloniana es indispensable conocer su noción antropológico-filosófica. “Para nosotros el ser humano como sujeto social existente es aquel que es con los otros”,21 es un sujeto que “debe ser entendido en principio como toda realidad concreta capaz de relacionarse intencionalmente, consigo misma o con otras realidades concretas, o con la realidad en su conjunto, determinándola como objeto”22 –dice Magallón.
El existir con otros, la intencionalidad de relacionarse y la capacidad de objetivar la realidad van a constituir algunos de los presupuestos básicos para sus reflexiones éticas, y en ese sentido su postura antropológica, ética y política. Al respecto señala el autor que “la actitud de un hombre hacia
18.
Véase. Mario Magallón. Miradas filosófi- cas: Antropoética política de la educación y de la
universidad en la crisis global. México, ISCEEM, 2012, p. 75.
19.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 79.
20.
Mario
Magallón. Miradas filosóficas: An-
tropoética política de la educación y de la universidad en la crisis global.
México, ISCEEM, 2012, p. 25.
21.
Horacio Cerutti/Mario Magallón. Historia de las ideas latinoamericanas
¿Disciplina fenecida? México, Casa Juan Pablos/UCM, 2003, p. 106.
un semejante deberá estar basada en la percepción de lo que éste mismo es, como entidad única, y no lo que tiene en común con los demás, pues solo las ciencias, abstraen lo común y lo generalizan”,23 entendemos con esto que no basta con valorar y respetar al otro por semejante, sino además por diferente, reconociendo las posibilidades de construir acuerdos y la realidad de los desacuerdos.
Otro elemento fundamental de este pensamiento ético es que se basa en una filosofía encarnada, práctica. Intenta construir su ejercicio teórico con la intención de influir en acciones individuales y sociales. Para Magallón “la teoría, el saber, la verdad, no existen como algo exterior o extraño a la praxis, sino como algo que surge y se prueba en la práctica”,24 de modo que la ética, como disciplina filosófica, no nace como un discurso independiente del mundo de la vida ni busca ser un sistema teórico imposible de aplicar. La practicidad de las teorías es un factor indispensable para que estas tengan validez. “La praxis es la conexión histórica entre filosofía y acción”,25 no podemos entender una sin la otra. Las propuestas éticas están fuertemente vinculadas con la historia porque “el tiempo se convierte en criterio ético-
22.
Mario Magallón.
Historia de las ideas en
México
y la filosofía de Antonio Caso. Tolu- ca, Centro de
Investigaciones en Ciencias Sociales y
Humanidades, 1998, p. VI.
23.
Mario
Magallón. Dialéctica de la filosofía
Latinoamericana. Una filosofía en la his- toria. México, UNAM, 1991, p.
282.
24.
Mario
Magallón. Discurso filosófico y conflicto social en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 126.
axiológico donde lo mejor está por
venir (...) no como algo que tiene que ser esperado pasivamente, sino que es necesario construir”,26 y solo esto es posible en la práctica de aquellas propuestas en favor del ser humano de cada época, por eso es importante el
reflexionar sobre las éticas y políticas que se nos presentan, para ir haciéndolas más concretas y cercanas a la vida cotidiana.27 Lo dicho es conocido y aceptado para nuestras
formas de filosofar porque hemos tenido la tradición
de llevar a acción el pensamiento. «En América Latina no se han construido grandes teorías políticas,
aunque sí una “filosofía
de la praxis”».28
Este filósofo mexicano parte de que todo pueblo, toda cultura o región tiene una cierta filosofía, y del mismo modo tiene una eticidad. Lo que los seres humanos valoran como actos más o menos bondadosos y, por lo tanto, la reflexión de esta valoración, es decir, la ética, es algo dinámico y distinto en cada grupo humano. Para conocer aquellos elementos que distinguen una ética de otra es necesaria una reflexión que parta de la cultura y del ser huma- no considerando su historia, solo así es posible acercarse a la eticidad de cada
25.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 87.
26.
Véase Horacio
Cerutti/Mario Magallón.
Historia de las ideas latinoamericanas
¿Disciplina fenecida? México,
Casa Juan Pablos/UCM, 2003, p. 103.
27.
Mario
Magallón. La democracia en Amé- rica
Latina. México, CCyDEL/DGAPA/ UNAM/Plaza y Valdés, 2003, p. 26.
comunidad, grupo, pueblo.29 La ética aquí es diversa pero también guarda unidad.
...no se puede
partir de una sola concepción de “valor” o de “bien”, o sobre la eticidad
propia de una forma espe- cífica de vida cultural. Sin embargo, el
concepto de justicia
es opuesto a todo
acto injusto individual, y socialmente,
es un atentado contra los principios de igualdad y de libertad.30
Dicho de otra forma, el hecho de que cada sociedad esté representada por
una filosofía diferente a otra no quiere decir que no sea
posible estable- cer una ética mínima.31 La convivencia de lo universal
y lo particular en la filosofía de Magallón es básica para la construcción de su ética que mira hacia el
sujeto individual pero también a la sociedad. Dice el autor: “Los valores
básicos de la moralidad social de inte- rés general, al
ser interpretados sirven, sin duda, a un
interés particular y su realización es el bien común, lo cual puede dar lugar a
una ética fundada en razones de valores aceptables para todos”,32 que son
también de carácter histórico, surgen de una reflexión
filosófica y se convierten en
principios axiológicos que expresan
experiencias humanas situadas en la historia.33
28.
Véase Mario Magallón.
Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM, 1993, p. 64.
29.
Mario
Magallón. La democracia en Amé- rica
Latina. México, CCyDEL/DGAPA/ UNAM/Plaza y Valdés, 2003, p. 280.
30.
Véase
nota al pie en Mario Magallón. Historia
de las ideas en México y la filosofía de Antonio Caso. Toluca, Centro de
Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades, 1998, p. V.
31.
Mario
Magallón. Filósofos y políticas de la filosofía desde nuestra América en el
tiempo. México, Torres y Asociados, 2015,
p. 265.
Fundamental en la propuesta ética magalloniana es la conciencia de pertenecer a una comunidad con la que el sujeto se siente identificado, con la que experimenta su historicidad, “el principio de identidad humana no es de inferencia lógica, sino de relaciones dialécticas en la historia, es decir, finitas”,34 así también la eticidad se forma en este juego de relaciones que además de ser temporales y espaciales, son también comunitarias. “Es la afini- dad con el sentido comunitario lo que da a los juicios morales y amorales de las personas la calidad de ser objetivos y razonables”,35 por eso la toma de conciencia va más allá del individuo, llega al conocimiento de la cultura porque ésta es un factor creador de la primera.36 No es posible hablar de una plena concientización de la realidad sin contextualizar la cultura del suje- to que es creador y a la vez creación de la cultura. La ética como filosofía práctica se da dentro de una cultura, en una realidad en la que actúa y en la que tiene su carácter particular; “la filosofía toma conciencia de su propia
32.
Véase
Mario Magallón. José Gaos y el cre-
púsculo de la filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 218.
33. Mario Magallón. La democracia en Amé- rica Latina. México, CCyDEL/DGAPA/ UNAM/Plaza
y Valdés, 2003, p. 346.
34.
Mario
Magallón. Miradas filosóficas: an-
tropoética política de la educación
y de la universidad en la
crisis global. México, ISCEEM, 2012, p. 56.
35.
Véase Mario Magallón.
Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM, 1993, p. 152.
razón y es inseparable del mundo en
que se nace”.37
Vemos que cuando el autor habla de ética piensa en una concientización de la bondad o maldad de los propios ac- tos circunstanciados, es decir, cercanos al mundo de la vida. Por esto mismo es que se da una relación dialéctica entre reflexión y acción, y así surge un acto comprometido de transformación38 de la realidad en circunstancia. Notamos aquí nuevamente que la propuesta ética se fundamenta en esa comple- mentariedad entre el discurso teórico y la acción que permiten una transfor- mación real que trasciende al sujeto individual y repercute en los demás sujetos en una situación. Podríamos afirmar que las ideas de transforma- ción y compromiso con la realidad son básicas para esta ética que pone especial atención al sujeto, pero a un sujeto situado en un mundo. Nos dice Magallón: “la acción como inicio no es el comienzo de algo, sino de alguien, de un sujeto o individuo social concre- to. Así pues, a través de la acción nos insertamos en el mundo”.39 Por estas ideas considero que “hacer” filosofía y ética debería ser una acción que nos permita involucrarnos mejor con el mundo, preocuparnos y ocuparnos de los problemas inmediatos, ser sujetos
36.
Mario
Magallón. Discurso filosófico y conflicto social en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 12.
37.
Véase Mario Magallón.
Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM, 1993, p. 9.
38.
Horacio Cerutti/Mario Magallón. Historia de las ideas latinoamericanas
¿Disciplina fenecida? México, Casa Juan Pablos/UCM, 2003, p. 67.
de nuestra propia historia. Para
esto, es necesario la recuperación del sujeto
social latinoamericano que sea capaz de interrogarse sobre
el ser humano y asumir sus propias responsabilidades y riesgos40 en miras a un horizonte político en su realidad,
que integre reflexiones, valoraciones, acciones y
anhelos. “La realidad ética crítica y la política proyectada es un ordenamiento
ideal de valores en el cual se cumpliría lo deseable para todos; es el reino
del ideal utópico en la sociedad”.41
Es importante considerar que este pensamiento ético se encuentra dentro del marco del filosofar latinoamericano y mexicano que responden a la necesidad de hacer filosofía de lo cotidiano, desde un logos propio,42 porque es una filosofía que se constituye de modo distinto a otras filosofías en cuanto a los problemas, temas, conceptos y formas, pero mantiene en común con otras filosofías el ejercicio de la razón, la reflexión profunda.43 La propuesta ética se va construyendo en un equilibrio entre la búsqueda de una filosofía universal y la conciencia de una filosofía particular, entre lo ontológico y lo
39.
Véase Mario Magallón.
Modernidad alter- nativa: Viejos retos y nuevos problemas. México, CCyDEL/UNAM, 2ª ed., 2006, p.
151.
40.
Mario
Magallón. Filósofos y políticas de la filosofía desde nuestra América en el
tiempo. México, Torres y asociados, 2015,
p. 266.
41.
Véase Mario Magallón. Discurso filosófico y conflicto social
en Latinoamérica. México,
CCyDEL/UNAM, 2007, p. 54.
42.
Véase Mario Magallón.
Modernidad alter- nativa: Viejos retos y nuevos problemas. México, CCyDEL/UNAM, 2ª ed., 2006, p.
148.
histórico, lo sustancial y lo
accidental. “La Humanidad es Una, ontológica y metafísicamente, diversa en su
fenomenicidad, en historicidad concreta”,44 así la reflexión sobre los actos humanos
apuntará a proponer, exhortar y establecer
normas que resguarden aquellos aspectos
ontológicos del ser humano, pero desde las particularidades de cada comunidad de seres humanos en un lugar y espacio determinados, es decir desde
aquello que es finito, y “la finitud es eje del sentido de la existencia humana
y social”.45
Esta propuesta ética tiene como base tanto la posibilidad de hacer filosofía sobre la propia realidad, como la necesidad, incluso la obligación. Hoy es urgente volver al filosofar, a la filosofía y a la ética.46 Lo obligatorio del filosofar está en la misma existencia humana, “Porque la filosofía no puede fenecer mientras el ser humano exista y esté en el mundo, como ser situado y en situación histórica de alerta, en vigilia”,47 el ejercicio ético, es decir, la reflexión filosófica de la moral nunca debe estar ausente, no es una actividad exclusiva de los filósofos profesionales sino del ser humano en general.
43.
Mario
Magallón. Filósofos y políticas de la filosofía desde nuestra América en el
tiempo. México, Torres y asociados, 2015,
p. 80.
44.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 75.
45.
Véase Ibid., p.
103.
46.
Mario
Magallón. Miradas filosóficas: Antropoética
política de la educación y de la universidad en la crisis global. México,
ISCEEM, 2012, p. 42.
Los elementos fundamentales que ya he mencionado, y que desde mi parecer son la condición de posibilidad para la construcción de una propuesta ética desde y para nuestra América, estarían incompletos o cuando menos desvinculados entre sí sin el principal de los fundamentos. Me refiero a “la realidad” que de acuerdo con el autor nos exige en general; hacer filosofía de muchos temas urgentes, y en particular reflexiones éticas. Advierte Magallón: “se requiere de reencausar la reflexión filosófica hacia la conciencia sobre nuestro valor ético como seres en el mundo y en la historia mundial”,48 y para esa acción se necesita la recuperación del valor de los seres humanos, seres situados en un horizonte éticamente valioso.49 La realidad en el caso de nuestra América, es al mismo tiempo causa y finalidad de la filosofía y de este pensamiento ético en construcción. Aquella es el motor y el punto de llegada. No se trata de una propuesta filosófica “desde” un lugar inexistente ni “para” un mundo imaginario, surge más bien en una región real para la transformación del mundo o los mundos que conviven en ella. Dicha realidad nos ha planteado a lo largo del tiempo diversos problemas contra los que se ha luchado, como la agresión, exclusión, marginación, de- pendencia y exterminio, pero también ha habido resistencia frente a formas
47.
Mario
Magallón. Discurso filosófico y conflicto social
en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 88.
48. Esta idea surgió a partir de Mario Ma-
gallón. Historia de las ideas
filosóficas. (Ensayo de filosofía y de cultura en la mexicanidad). México, Torres y Asociados,
2010, p. 173.
de
ver a nuestra América como son
la homogenización, globalización y universalización.50 En estas luchas y re-
sistencias existe sin duda una reflexión
y una práctica éticas.
Otros problemas que nos ha
planteado la realidad his- tórica como el de la identidad también implican una postura ética porque
el querer saber quiénes somos es ya un acto de rebeldía, de resistencia y de libertad.51
Por último se advierte que si queremos comprender esta propuesta ética es necesario considerar que la filosofía no es cuestión solo de desinterés y contemplación sino también de compromiso con la liberación.52 La libertad es la condición ontológica de la ética,53 no solo del nivel práctico, sino también del ejercicio racional.
Esta ética no se presenta como una lista de imperativos que buscan imponerse en las conductas de las personas, es nada más y nada menos, un
49.
Véase
Mario Magallón. La democracia en América Latina. México, UNAM/CCyDEL/
DGAPA/UNAM/Plaza y Valdés, 2003, p. 350.
50.
Nos
surge esta afirmación tras la lectura de Mario Magallón. Filosofía política de la
educación en América Latina. México, UNAM, 1993, p. 144.
51.
Véase
Mario Magallón. Historia de las ideas en
México y la filosofía de Antonio Caso. Toluca, Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades, 1998, p. 1.
52.
Véase Mario Magallón. Miradas filosóficas: antropoética
política de la educación y de la universidad en la crisis global. México, ISCEEM, 2012, p. 47.
conjunto de propuestas sobre lo que
el ser humano de nuestro tiempo y espacio debería hacer en el camino hacia un
horizonte utópico de carácter cultural y político. Pensar los actos humanos desde el pensamiento ético
de Mario Magallón implica tomar una actitud
de resistencia ante el imperialismo, optar por asir la propia
dignidad para no ser instrumentos de un gran sistema, hacerse conscientes de
que hay diversos caminos para un orden social más justo e igualitario.54
Resistir ante las predicaciones de una posmodernidad extremadamente relativista es el primer acto humano que implica bondad, porque ve más allá del puro individuo aislado, de su comodidad y bien personal. Hay un contexto caótico, como consecuencia las éticas basadas en la existencia y la dignidad humana han sido remplaza- das por éticas indoloras, irresponsables y no comprometidas.55 Magallón apuesta por una ética en resistencia frente a otras éticas construidas a la conveniencia. Dice: “es necesario que adoptemos, ante la realidad de la ética posmoderna, y del posdeber, una postura crítica a aquellos que sostienen saber con certeza lo que tienen que hacer, como los que rompen con todas las reglas, porque ya no hay reglas”.56 El pensamiento ético de hoy debe tener
53.
Es
una idea nuestra a partir de Mario Magallón. Dialéctica de la filosofía latinoamericana. Una filosofía en la
historia. México, UNAM, 1991, p. 284-285.
54.
Véase. Mario Magallón. Miradas filosóficas: Antropoética política de la educación y de la
universidad en la crisis global. México, ISCEEM, 2012, p. 41.
55.
Ibid., p. 46.
cuidado de las posturas que surgen como falsos profetas para un tiempo que requiere más que buenas intenciones, que necesita mentes críticas y voluntades firmes. No basta con tener el anhelo de una dignificación huma- na, también se requiere de una regeneración de lo moral, y con ella de la reflexión sobre lo moral,57 o sea la ética, y para que ésta no sea mera fantasía o puro sentimentalismo, debe sustentar- se en la realidad socio-histórica.58 La propuesta magalloniana se estructura en la razón, pero una razón encarnada en un sujeto situado en la historia, porque “Una razón sin sujeto es una racionalidad que no implica responsabilidad, compromiso, es una idea que se diluye en un individualismo extremo, sin ética ni compromiso social, sin política; y, en la medida en que no existe responsable; pierde su razón de ser”.59 La racionalidad es base para sostener la estructura de esta propuesta ética, tiene la virtud de ser abierta a otras
Hemos pensado esto por el texto: Mario Magallón. Historia de las ideas en México y
la filosofía de Antonio Caso.
Toluca, Centro de
Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades, 1998, p. II.
56.
Afirmación
a partir de Mario Magallón. Filosofía
política de la educación en Amé- rica Latina. México, UNAM, 1993, p. 82.
57.
Mario Magallón. Modernidad alternativa: viejos retos y nuevos problemas. México,
UNAM/CCyDEL, 2ª Ed., 2006, p. 139.
Esta idea de una
racionalidad que va de lo individual a lo social y de la toma de conciencia al compromiso responsable es de suma importancia para nuestro autor, incluso podemos encontrar esta cita
tex- tual casi idéntica en: Mario Magallón. La
democracia en América Latina. México, CCyDEL/DGAPA/UNAM/Plaza y Valdés,
2003, p. 312.
racionalidades, de trabajar a partir de la realidad y para su transformación. No es un pensar por pensar, un saber contemplativo, sino de un razonar para la acción. En este sentido hablamos no de una ética de preceptos abstractos e idealistas, más bien de exhortaciones y denuncias encaminadas a la praxis. Por supuesto, no significa que carezca de ideales, de horizonte de sentido.
El sujeto es en quien se materializa la propuesta ética, sin él y su aportación solo existe un discurso vacío, y esta participación ha de ser libre, democrática y responsable60 para que tenga injerencia efectiva en la historia, porque solo un sujeto con principios éticos y sociales contiene una fuerza de interpelación y resistencia.61 No solo es que el ser humano siga una serie de normas éticas como respetando la ley por la ley, sino de ir construyendo cual sujetos responsables, críticos y comprometidos, una vida más reflexiva y activa respecto a las problemáticas reales, para ello “es necesario ejercitar la creatividad y la imaginación en la autonomía y la libertad”.62 El sujeto requiere ser crítico en sus prácticas individuales y en las prácticas de la sociedad en la que está inmerso, precisa de ser filósofo moral, no en el sentido profesional, sino en el sentido general
58.
Véase Mario Magallón, Discurso filosófico y conflicto social
en Latinoamérica, México,
CCyDEL/UNAM, 2007, p. 108.
61 Véase Horacio Cerutti/Mario Magallón,
Historia de las ideas latinoamericanas
¿Disciplina fenecida?, México,
Casa Juan Pablos/UCM, 2003, p. 107.
62. Mario Magallón, Miradas filosóficas: Antropoética política de la educación y de la
universidad en la crisis global, México, ISCEEM, 2012, p. 23.
en el que todo ser humano puede cuestionarse, criticarse y buscar
solución a sus problemas, porque “lo propio
de toda filosofía de la moral es elaborar las formas críticas todavía
posibles de la razón”,63 no seguir una serie de normas sin reflexión. El sujeto que pretende
construir su pensamiento ético necesita fundamentar racionalmente sus
principios, ser una persona social pensante64 y activa, ya que el objetivo
es transformar la realidad de lo que es
a lo que debiera ser, pero esto último no ha de entenderse como un imperativo
moral absoluto, más bien como una posibilidad, una potencialidad de lo real.65
Esta ética parte de las problemáticas reales que son muchas y graves, pero no significa que se trate de una filosofía pesimista, por el contrario, es un pensamiento que está a favor de la utopía, de un optimismo realista y la virtud de la esperanza. Dice el autor: “se trata de aceptar los problemas, pero también recuperar la esperanza desde una actitud comprometida y responsable en la lucha por la liberación de todos los seres humanos”.66 Hablamos de un pensamiento ético que persigue
63.
Mario
Magallón. Historia de las ideas
filosóficas (Ensayo de filosofía y de cultu- ra en la mexicanidad). México,
Torres y asociados, 2010, p. 196.
64
Véase Mario Magallón.
Modernidad alter- nativa: Viejos retos y nuevos problemas. México, CCyDEL/UNAM, 2ª ed., 2006, p.
132.
65
Véase
Mario Magallón. La democracia en América
Latina. México,
CCyDEL/DGAPA/ UNAM/Plaza y
Valdés, 2003, p. 360.
66.
Mario
Magallón. Discurso filosófico y conflicto social en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 113.
un ideal axiológico y también mira al pasado en un afán de recuperación de los más altos valores. “Es necesario re- gresar a la concordia, a la recuperación de la dignidad humana, porque sólo la filosofía moral podrá tranquilizar la situación de crisis en la cual ha sido co- locado el ser humano y a la dignidad”.67 Es además una característica esencial de esta propuesta ética la cercanía con lo político, y esto es gracias a que lo comunitario y la otredad tienen un lugar preponderante en esta reflexión filosófica, porque la eticidad radica allí.68 En torno a esto Magallón insiste:
Conscientes de
que el “nosotros” y los “otros” se comunican en la interdependencia económica, social y cultural a
pesar de darse en una situación desigual, determinada por el poder y no por la razón; luchar por
imponer las razones humanas y éticas
por encima del interés y el consumo debe ser una de nuestras tareas en la actualidad.69
67.
Mario
Magallón. Miradas filosóficas: Antropoética
política de la educación y de la universidad en la crisis global. México,
ISCEEM, 2012, p. 42.
68.
Dice el autor: “Entiendo por eticidad no la
nota que se añade a la verdad, ni la mera posibilidad del juicio moral después
de haberlo formulado. En la educación el carácter ético es inherente al acto de
la “verdad”, pero esto debe ser comunitario,
de asociación de los entendimientos”. Mario Magallón. Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM,
1993, p. 64.
69.
Mario
Magallón. Filosofía, tradición, cultura y
modernidad desde América Latina. México, Universidad Autónoma de Sinaloa,
2008, p. 190.
Vemos cómo lo ético apunta a un
bien común por medio de la lucha
que es necesaria en situaciones sociales injustas porque en las relaciones huma- nas
debe haber una justicia que parta de principios éticos,
aunque coexistan con relaciones de dependencia e inter-
dependencia de poder y dominación.70
Esta ética desea mejorar
las relaciones en la comunidad,
pero es consciente de las
problemáticas que hay al interior de ella. Busca la liberación de aquello que
oprime a la comunidad, por ello no puede pensar en lo que el sujeto “debe ser y
hacer” desconociendo las situaciones en las que vive.71 «Se trata
de plantear una ética práctica
que per- mita la convivencia
de la comunidad humana que no sacralice la racionalidad como panacea de la
“verdad”».72
La ética debe
considerar la pluralidad, las diferencias, que no restan objetividad a los
razonamientos; “el punto de partida desde lo diverso no es pura
subjetividad, sino la concepción del hombre como un ser en constante proceso de construcción y reconstrucción
y en permanente creatividad y enriquecimiento”.73
70.
Véase
Mario Magallón. Reflexiones éticas y
políticas de filosofía desde un horizonte propio. México, CIALC/UNAM, 2012,
p. 29.
71.
Véase Mario Magallón.
Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM, 1993, p. 10.
72.
Mario
Magallón. Discurso filosófico y conflicto social en Latinoamérica. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 136.
73.
Mario Magallón. Modernidad alternativa: viejos retos y nuevos problemas. México,
CCyDEL/UNAM, 2ª ed., 2006, p. 134.
Un último rasgo que me parece esencial en la caracterización de esta ética es su carácter educativo, pues si bien no pretende imponer una forma de actuar, sí sugiere principios que necesitan ser atendidos de manera urgente en nuestra circunstancia. Es una invitación y como tal implica libertad, tanto en el momento de mostrarla pedagógicamente como de aceptarla críticamente. Dice el autor: “el puente que enlaza a la ética y la educación es la libertad. La libertad aquí la compren- demos no como un “valor” moral sino como categoría ontológica y práctica”.74 La apuesta es por una educación ética “en” y “para” la existencia humana en su cotidianidad y en comunidad. «La posibilidad de una educación para la vida en sociedad, deberá ser el principio regulativo del acto educativo, por- que se educa para la vida, pero “en la vida misma”»,75 de tal modo que el carácter educativo de esta ética no es algo que se deba dejar para después, como si primero debieran estar presentes todas las condiciones necesarias, sino que es un ejercicio en acto constante, que se hace “sobre la marcha”. Con frecuencia el autor relaciona los conceptos de ética y educación, ésta última “debe estar sustentada en una moralidad que supere el individualismo egoísta, anti- social y, al mismo tiempo propicie un desarrollo maduro para la cooperación entre los hombres”.76
Por último, hay que decir que des- de mi interpretación Mario Magallón hace énfasis en tres elementos para su propuesta. El primero de ellos es el de mostrar una serie de ideas éticas con fundamentos epistemológicos y axiológicos desde la realidad latinoamericana y en función de ésta misma. Es una ética particular, relativa (no relativista), pero abierta a otras éticas. El segundo elemento es que sus propuestas inter- pelan a sus lectores en lo referente a las acciones y conductas deseables, pero también en sus construcciones epistemológicas y discursivas. Para él la lucha por la validez teórico-epistémica, necesaria para fundamentar normas y leyes, es también un mérito ético y político77 que vale la pena llevar a buen puerto. El tercer elemento es que nuestro autor expone sus ideas éticas pensando especialmente en los latinoamericanos, pero más específicamente en los “latinoamericanistas”, es decir; en todos aquellos que nos dedicamos al estudio y reflexión de problemas que se presentan en nuestra región basándonos en las tradiciones de pensamiento propias.
Sean estas ideas un motivo que ayude a colocar la reflexión ética en el lugar que le corresponde en los estudios desde y sobre Nuestra América.
74. Mario Magallón. Reflexiones éticas y políticas
de filosofía desde un horizonte propio. México, CIALC/UNAM, 2012, p. 77.
75. Mario Magallón. Miradas filosóficas: Antropoética política de la educación y de la
universidad en la crisis global. México, ISCEEM, 2012, p. 53.
Mario Magallón. Filosofía política de la educación en
América Latina. México, UNAM, 1993, p. 78.
76.
Mario
Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la
filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/UNAM, 2007, p. 189.
Horacio Cerutti/Mario Magallón. Historia de las ideas latinoamericanas ¿Disciplina fenecida?
México, Casa Juan Pablos/UCM, 2003.
Mario Magallón. Dialéctica de la filosofía latinoamericana. Una filosofía en la historia. México, UNAM, 1991.
Mario Magallón. Discurso filosófico y conflicto social en Latinoamérica. México, CCyDEL/ UNAM, 2007.
Mario Magallón. Filosofía política de la educación en América Latina. México, UNAM, 1993.
Mario Magallón. Filosofía, tradición, cultura y modernidad desde América Latina. Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa, 2008.
Mario Magallón. Filósofos y políticas de la filosofía desde nuestra América en el tiempo. México, Torres y Asociados, 2015.
Mario Magallón. Historia de las ideas en México y la filosofía de Antonio Caso. Toluca, Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades, 1998.
Mario Magallón. Historia de las ideas filosóficas (Ensayo de filosofía y de cultura en la mexica- nidad). México, Torres y Asociados, 2010.
Mario Magallón. José Gaos y el crepúsculo de la filosofía latinoamericana. México, CCyDEL/ UNAM, 2007.
Mario Magallón. La democracia en América Latina. México, CCyDEL/DGAPA/UNAM/Plaza y Valdés, 2003.
Mario Magallón. Miradas filosóficas: Antropoética política de la educación y de la universidad en la crisis global. México, ISCEEM, 2012.
Mario Magallón. Modernidad alternativa: Viejos retos y nuevos problemas. México, CCyDEL/ UNAM, 2ª ed., 2006.
Mario Magallón. Reflexiones éticas y políticas de filosofía desde un horizonte propio. México, CIALC/UNAM, 2012.