GUILLERMO HOYOS VÁSQUEZ, UN HOMBRE DE PALABRA *

Julián Serna
Universidad Tecnológica de Pereira
Línea de investigación: “Relación filosofía-literatura”
julserna@utp.edu.co

1. SU OBRA

El 5 de enero de 2013 murió en Bogotá Guillermo Hoyos Vásquez, el más destacado filósofo colombiano y una de las figuras de referencia obligada en el ámbito del pensamiento latinoamericano de las últimas décadas. El profesor Hoyos no sólo deja una amplia obra, sino, además, el ejemplo de una vida fiel a sus valores, los que defendió en múltiples congresos, encuentros y reuniones de diverso tipo en Latinoamérica y Europa. A la hora de dar cuenta de su posición intelectual, quisiéramos hacerlo a partir de los lemas o consignas en los que insistió hasta el último momento.

Pensar en público fue la más conocida de sus consignas, en cuanto hace del intercambio de ideas, su confrontación y debate, el ejercicio propio de la racionalidad. En contraposición con la filosofía de la consciencia de estirpe cartesiana, de acuerdo con la cual cuanto es lógico para uno es lógico para los demás, como la condición de la posibilidad del pensamiento único en sus diferentes versiones, la más reciente de ellas el neoliberalismo económico, el profesor Hoyos apuesta por la razón dialógica, la misma que actualiza sus potencialidades como racionalidad comunicativa. Es cuando se desvirtúa la razón en singular, cuando no hay razón sino razones, en contraposición con el modelo de racionalidad monológica. De allí la pertinencia de la teoría de la acción comunicativa formulada por Habermas, la cual reconoce a los participantes en la conversación como interlocutores válidos, en la medida en que exponen racionalmente sus pretensiones, y abre la posibilidad del consenso a pesar y a partir del disenso, y a cuya puesta en escena, difusión y defensa se dedicara con ahínco. Y es ese punto en el que el profesor Hoyos reivindica, de otro lado, el pluralismo razonable formulado por Rawls, y en particular, el acuerdo sobre mínimos, en su condición de consenso entrecruzado. Al tiempo que trasciende el dogmatismo al que conduce la filosofía de la consciencia, ensimismada, autista, pensar en público, en síntesis, es un pensar pluralista que supera, no obstante, la indiferencia propia de un relativismo a la deriva.

Ir a las cosas mismas fue el segundo de sus lemas, cuyos orígenes se remontan a la filosofía de Husserl, en la que Guillermo Hoyos se interesara en diferentes momentos de su vida. Apalabrada por nuestro léxico y hábitos lingüísticos, o si se quiere, por la actividad intelectual, es necesario desmontar la serie de prejuicios y expectativas incorporados a las cosas a través de la historia si queremos acceder a la cosa misma. No es otro el propósito que anima la filosofía del primer Husserl por conducto de la epojé (puesta entre paréntesis) fenomenológica. Interesado por la cosa misma, el profesor Hoyos la reencuentra en el mundo de la vida, lo que requiere, no obstante, una explicación. Así el concepto de LebensWelt (mundo de la vida) remita a Husserl, como realidad vivida, originaria e irreductible, y más recientemente a Habermas, como horizonte atemático (prerreflexivo) de la experiencia, en donde el enunciado adquiere sentido para nosotros, el profesor Hoyos resignifica el concepto en cuestión como ámbito propio de una humanidad no instrumentalizada, es decir, no colonizada por la ciencia y la técnica. Es cuando se deslinda de los conceptos de educación y democracia tradicionales, conceptos simplificados, cuando no estilizados por el uso y el abuso de las palabras. Al preguntarse por la educación misma, el pensador colombiano lo hace por la educación despojada de sus formalismos pedagógicos, es decir, como filosofía aplicada, y cuando indaga por la democracia misma, de otro lado, lo hace al margen del marketing político, recuperando para el derecho su condición de puente entre moral y política. Al reivindicar una educación para la ciudadanía, tendiente al fortalecimiento de la opinión pública, además, emancipada de los burócratas ilustrados, inclusive, y al rescatar, de otro lado, la vocación pluralista de la democracia, liberada de los políticos de alquiler, el profesor Hoyos invoca la participación de la sociedad civil, en contravía con las prácticas consuetudinarias de una sociedad llamada posmoderna pero en más de un sentido todavía premoderna.

La tercera de las consignas del profesor Hoyos, y en la que insistiera en los últimos años corresponde a una expresión tomada de la Carta sobre el Humanismo de Heidegger, en donde el pensador alemán propone retornar el pensar a su elemento; haciendo la analogía con el pez que han sacado del agua, advierte que el pensar (de tiempo atrás) está en lo seco. A partir de la precisión adelantada por Heidegger según la cual el pensar es pensar el ser, es decir, los presupuestos, o de lo contrario no es más que inteligencia mecánica, el profesor Hoyos no concibe un pensar que no sea un pensar en camino, viandante (la expresión es de Jaime Hoyos, hermano de Guillermo, filósofo también), un pensar (verbo) no disecado como pensamiento (sustantivo). Retornar el pensar a su elemento, en términos de Guillermo Hoyos, implicaría liberarlo de aquella racionalidad que únicamente obedece al mandato de su inercia, como sería por ejemplo un pensar con fines de lucro, el mismo que desvirtuara, en su momento, Martha Nussbaum, en Sin fines de lucro, texto ampliamente referenciado por el profesor Hoyos. Sometido a la inercia del mercado, el pensar no piensa, es decir, no es pensar, sino simple cálculo egoísta (Kant). En ese orden de ideas, reconsiderar los conceptos de educación y democracia, es tarea que compete a la universidad que amerite conservar su condición de tal, no una universidad que sea apéndice del mercado, en donde el ser humano es extra, cuando no víctima, o si se prefiere, un engranaje más de la máquina productiva; no una universidad que adopte el léxico del mercado como propio y hable a diario de productividad y eficacia sin sonrojarse, sino una universidad que eduque para la convivencia y no para la competencia.

Aunque el pensar de Guillermo Hoyos no está exento de originalidad en todos y cada uno de los tópicos, su prioridad no fue la de aportar nuevas ideas, sino la de participar en la construcción de un mundo mejor, una sociedad más justa e igualitaria, tolerante, solidaria. Al lado de sus valiosas y significativas publicaciones, contribuyó de todas las maneras posibles, como intelectual, como persona, a mantener abierto el porvenir.

2. SU VIDA

Guillermo Hoyos nació en Medellín en 1935. Obtuvo su Licenciatura en filosofía y Letras en la Universidad Javeriana de Bogotá, en 1961, con la tesis “La existencia de Dios en San Agustín”. Alcanzó su título de pregrado en teología en la Universidad de Hochschule Sankt Georgen, en Frankfurt, Alemania, con la tesis “El ecumenismo en la teología católica al inicio del Concilio Vaticano”, en 1967. Se doctoró en filosofía en la Universidad de Colonia, Alemania, con la tesis “Intentionalität als Verantwortung. Geschichtsteleologie und Teleologie der Intentionalität bei E. Husserl”, con la que obtuvo la calificación de summa cum laude, en 1973. Adelantó estudios postdoctorales en la Universidad Wuppertal, Alemania, entre 1985-7. Estuvo casado con la Señora Patricia Santa María, quien lo acompañó hasta el último día.

Guillermo Hoyos fue profesor de la Universidad Nacional de Bogotá entre 1975-2000, en donde hizo parte del Consejo Superior Universitario y fue decano de la Facultad de Ciencias Humanas; desde 2000 hasta su muerte estuvo vinculado a la Universidad Javeriana de Bogotá, en donde fue director del Instituto Pensar y director del Instituto de Bioética. Fue profesor de la Universidad de los Andes y profesor visitante de la Universidad de Wuppertal, Alemania.

En España, fue investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid (CSIC), así mismo hizo parte del Comité Académico de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, EIAF. Fue el coordinador de la Cátedra Andina de Educación en Valores, en cooperación con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). En Colombia hizo parte de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (ACAC), de la junta directiva de Siglo del Hombre Editores, hizo parte de la comisión de paz del gobierno de Belisario Betancur, del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), de la comisión nacional de doctorados y maestrías. El Ministerio de Educación Nacional, le concedió la orden de gran maestro en 2012.

Publicó los siguientes libros:
– Intentionalität als Verantwortung. Geschichtsteleologie und Teleologie der Intentionalität bei E. Husserl, 1976.
– Los intereses de la vida cotidiana y las ciencias, 1986.
– La teoría de la acción comunicativa como nuevo paradigma de investigación en ciencias sociales: las ciencias de la discusión, con Germán Vargas, en 1996.
– Derechos humanos, ética y moral. 1996.
– Ciencia, tecnología y ética, 2000.
– Borradores para una filosofía de la educación con Julián Serna y Elio Fabio Gutiérrez en 2007.
– Los intereses de la vida cotidiana y las ciencias (Kant, Husserl, Habermas), 2011.
– Investigaciones fenomenológicas, 2012.

Publicó un centenar de artículos en revistas especializadas y capítulos de libros en España, Alemania, Francia, México, Brasil, Venezuela, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica y Colombia. Tradujo del alemán obras de Husserl, Tugendhat y Janke. La Universidad del Norte de Barranquilla, Colombia, publicó en 2008: La responsabilidad del pensar. Homenaje a Guillermo Hoyos Vásquez, con la participación de filósofos de España, Alemania, Argentina, Venezuela y Colombia.


Rhec. Vol. 16. No. 16, enero-diciembre 2013 -ISSN 0123-7756- pp. 21-24