Recepción: 12/05/2013
Aprobación: 13/06/2013
Bayron Rodrigo Arcos Meza
Universidad de Nariño
Grupo de investigación:“Historia Educación y Desarrollo”
arcos8080@gmail.com
La incursión de la escuela en el territorio de la comunidad Awá es una corta historia que apenas se puede contar en escasas tres décadas. Sin embargo, la educación impartida no ha tenido en cuenta en su trabajo con los niños la incorporación de los elementos culturales propios de los Awá; por el contrario, la utilización de los modelos educativos occidentales ha dejado un reducido espacio a la cosmovisión y al mito como herramientas que inviten a las comunidades a lograr un menor conflicto traumático con su cultura.
Palabras clave: Mito, Educación, Interculturalidad, Tradición oral, Lengua Awapit.The entry of schools in the territory of the Awa community is a short history encompassing just three decades. However, the education imparted has not taken into account, in its work with the children, the incorporation of cultural elements of the Awa community. Conversely, the use of Western educational models has left little space for their worldview and myth as tools that invite the communities to enter into a less traumatic conflict with their culture.
Keywords: Myth, Education, Interculturality, Oral tradition, Awapit language.Dentro de las comunidades aún no occidentalizadas es tema de discusión la necesidad de una educación que respete a las culturas diferentes y principalmente que tenga en cuenta que el aprendizaje no puede castrar el pensamiento ancestral de un pueblo.
La comunidad ᵻnkal Awá tiene una cultura propia, al igual que los demás grupos originarios que se asientan a lo largo de la geografía colombiana. Con una lengua y una cosmovisión, características, que la identifican esencialmente como una sociedad que ha construido, a lo largo de cientos de años, una visión del mundo muy diferente a la del mundo occidental.
La imposición de la Educación por medio de escuelas, en la casi totalidad de los casos, ha penetrado de tal forma que parece un pisoteo de la misma cultura. Los conceptos con los que llega el maestro, han determinado que la educación de las niñas y los niños Awá se realice con modelos educativos occidentales, sin tener en cuenta las necesidades y aspiraciones del grupo comunal y lo que es más grave sin tener en cuenta la cultura de esta sociedad.
Un aspecto de gran trascendencia dentro de la cultura y la educación para los Awá, lo constituye la tradición oral, la que les permite, de generación en generación, plasmar dentro de sus símbolos e imaginarios una filosofía profunda que determina la Cosmovisión propia de su pueblo. El mito encarna la esencia misma de toda una trama filosófica que caracteriza las culturas.
En consecuencia, se hace una invitación a la reflexión del papel que puede desempeñar la Educación dentro de una cultura, partiendo del estudio del Mito en conjugación con la vida misma que desarrollan estas comunidades en su cotidianidad.
1. CONTEXTOEn este trabajo se asume el papel de investigar una comunidad que vive inmersa en los bosques de niebla en el pie de monte costero del pacífico nariñense1. En esta porción de territorio se encuentra una sociedad que aún conserva su lengua y cultura; a través de los años sus gentes han luchado para no ser absorbidas completamente por los procesos de colonización cultural.
Para referirnos a estas colectividades, se tratará en lo posible de evitar el término de “indio” o “indígena” o “etnia” por su enorme connotación racista, discriminatoria y cruel que puede asumirse en cualquier circunstancia. En esa forma cuando se hable acerca de ellos, se utilizarán las palabras “ᵻnkal Awá” las cuales tienen su origen en la lengua materna Awapit2 (lengua Barbacoa)* y que han traducido al castellano como “Gente de la Montaña”.
En diversas investigaciones los ᵻnkal Awá han sido denominados como Cuaiquer o kwaiker, palabras que carecen de significado dentro del idioma Awapit, y ellos han asumido una posición de rechazo a esas denominaciones. Sin embargo, dentro de varios documentos se encontrarán esas palabras para señalar a la comunidad Awá.
2. LAS GENTES DE LA MONTAÑA**Desde épocas anteriores, el Mito, heredado de la tradición oral ha forjado un sendero que ha intentado dirigir cada una de las etapas de vida del hombre Awá y directamente asume dentro de su cotidianidad directrices que hacen ver el mal y el bien en cada una de sus actividades. La mayoría de los usos y costumbres, que pasan a ser normas de comportamiento, dependen directamente de los mitos y leyendas que prevalecen dentro de la comunidad. Nada dentro del mundo Awá está fuera del contexto de la trama mitológica y cada particularidad del comportamiento está supeditada a las narraciones del orden mítico.
Permanentemente, consciente o inconscientemente siempre hay una relación mitológica en la comunicación de los Awá. En el idioma Awapit, por ejemplo, las partes del cuerpo no son más que una proyección del mito sobre el origen del hombreAwá. Lo que no sucede en la cultura occidental, en donde mano o pie no tienen relación mitológica, al contrario en el Awapit miti o chitti adquieren una connotación directa que los relaciona con el mito de origen3.
“En un principio el mundo solo estaba habitado por árboles, por donde quiera se encontraba con la espesura de la selva. Un día, de un árbol o ti en especial, comenzó a brotar una barbacha* negra o titkaya** Tipuj***, aquella barbacha4 creció y creció alargándose de tal manera que pronto alcanzaría el suelo. Cuando aquella barbacha negra alcanzó a tocar la tierra, tomó la figura humana; se convirtió en el primer hombre que poblaría en aquellas selvas y al que se llamó Atim Awá****. Aquel hombre aprendió a vivir en la “montaña” a comer sus frutos, pescar y cazar los animales, este primer Awá se caracterizó por tener una gran altura, piel oscura y nariz grande, pero su principal don era el de poder hablar con todos los árboles. En aquel tiempo los árboles podían charlar entre ellos y así mismo con el Atim Awá, de estas conversaciones, entre el primer hombre y las plantas, se transmitieron todos los secretos y sabidurías que guarda la “montaña” cada día algún árbol enseñaba algo distinto para poder sobrevivir. Los años pasaron y pasaron y este hombre primigenio empezó a envejecer y con una profunda tristeza de estar solo y no poder compartir con otros semejantes a él. Un día de aquel primer árbol de donde años atrás había brotado el Atim Awá, comenzó a surgir una barbacha esta vez, blanca o pucha***** Tipuh, de la misma manera las barbachas se fueron alargando y alargando hasta alcanzar el suelo. Al tocar la tierra aquella barbacha tomó la forma de una mujer, la primera Ashampa******.
El encuentro del primer hombre y mujer debió ser fascinante, la soledad ha terminado y ya juntos, esta primera pareja comenzarían a unir sexualmente sus cuerpos en medio de los matorrales de la selva, pero los arboles curiosos murmuraban alrededor de la pareja que copulaba frente a sus miradas. ¡“Yo vi”, “Yo vi” “yo también”!, la curiosidad de los árboles se volvió tan molesta que sus murmuraciones interrumpían el encuentro de sus cuerpos.
Habría necesidad de hacer un refugio para proteger de las inclemencias del tiempo, una casa o Yal, pero la necesidad más imperiosa era de evitar las miradas de los árboles en los encuentros amorosos de los dos primeros amantes.
Con la construcción de la primera casa, la privacidad en el amor, el calor del hogar facilitaría que poco a poco se empezara a poblar la tierra de gente Awá.
Los primeros padres transmitieron todas sus enseñanzas en el arte y destreza de todos los oficios que les permitan vivir en la selva. Estos primeros hombres y mujeres fueron los Awá Bravosgente que andaba con sus cuerpos pittim* desnudos, hábiles y valientes guerreros, orgullo de los actuales Awá5.
2.1 Las Gentes de la Montaña y el ÁrbolTi: Palabra originada en el idioma Awapit es considerada como un sustantivo que se refiere dentro del reino vegetal al árbol. Pero más que sustantivo se convierte en un importante morfema linguístico al señalar diferentes partes del cuerpo humano del Awá.
Iniciando con la palabra pie en Awapit se diría miti compuesto de dos palabras mi que significa camino y ti que equivale a árbol, entonces al hablar de miti se estaría refiriendo al “árbol que camina”. Si se hace un análisis lingüístico comparativo entre las partes del árbol y las partes del cuerpo en el idioma Awapit se identifica como una constante que la palabra ti se encuentra asida de varias palabras como chitti para expresar mano, saya equivale a brazo pero también se llama saya a la rama de un árbol. Así mismo la palabra kih identificada como hoja se encuentra en las partes superiores del cuerpo como Kispu, kinih, kimpu.
Este mito sobre el origen, explica por qué varias partes del cuerpo humano, pronunciadas en la lengua Awapit, están relacionadas con el árbol.
La traducción desde el Awapit sugiere que hay demasiados elementos en sus morfemas que relacionan las partes del cuerpo con las partes del árbol, en donde la visión lingüística reproduce el mito en una inmediatez asombrosa.
De la misma manera, al realizar una observación lingüística sobre una casa Awá y descomponerla en cada una de sus partes, se vuelve a crear una analogía con el árbol siguiendo un patrón de morfemas6 muy interesante.
La Yat o Yal vivienda usada por los Awá está construida en forma de palafitos con el fin de defenderse de los reptiles que pueden amenazar la intimidad del hogar, cada pilar sobre la que sostiene la casa es un Pu o palo los pisos y escasa pared están hechos de walti y el techo es el yalkih hecho de hojas de bijao. Una reproducción del árbol cósmico que dio origen al Awá y que noche tras noche y día tras día da albergue a las diferentes familias de esta comunidad.
La intimidad sexual se guardó en la casa y cuando llegó el hijo o paishpa, hubo necesidad de llevarlo para todo lado porque los Awá no tienen con quien dejarlo para su cuidado, así que el árbol ofreció sus bejucos llamados tit y de ellos tejieron el tim o canasto que se convirtió en un nuevo útero para el niño en el cual debería pasar sus primeros años de vida hasta que pueda caminar por sí mismo y acompañar en sus jornadas de caminata a sus padres.
La vida transcurre para el Awá en medio de sus bosques y selvas a las cuales ha dispuesto una taxonomía sin igual donde se encuentran ti akkua o árbol madre, ti paishpa o árbol hijo, chanul o palma que camina etc. La mayoría de los árboles tienen su morfema ti que indica árbol. Y necesariamente sus leyendas son sin iguales.
La selva le brinda todo lo necesario para poder sobrevivir, los primeros vestidos son extraídos de la misma cáscara de un árbol llamado Damajawa Timajawa, el cual después de una cuidadosa tarea de machacado adquiría una textura como de tela para poder cubrir del frío a los hombres.
El árbol grande o katsa ti fue el señalado como origen de los frutos que alimentan al hombre: en un principio no existían alimentos y la gente sufría de hambre todos los días, pero hubo un espíritu con apariencia femenina que se compadeció de los niños a quienes les regaló comida que extraía del árbol grande.
El árbol no únicamente origina la vida humana, le proporciona los materiales para su vivienda y así mismo proporciona el génesis de los alimentos que servirían de sustento al Awá.
La mujer Ashampa cumple aparentemente un tímido papel dentro del hogar, no aprende el idioma castellano, el interlocutor es el hombre pero las decisiones son tomadas por la mujer, ella es la dueña de los animales y decide a quien vender, cual es el precio y su afirmación o negación para la transacción económica. Cuando salen a las huertas, la mujer va adelante con su manto de protección que se le atribuye mientras el hombre tímidamente la sigue atrás, ella es la que guarda el dinero, el hombre tiene que pedirle para sus gastos.
El final del Awá tiene una denotación particular, no existen cementerios, el Awá es enterrado en su misma casa donde habitó y se abandona para siempre, la selva termina devorando la vivienda y los árboles vuelven a crecer en aquella vivienda, el cadáver pasa a ser alimento de las raíces de frondosos árboles.
Un paseo por los bosques o ríos relacionan inmediatamente con la tradición oral. La taxonomía Awapit dispuesta para los vegetales propios de la selva, los animales, los nombres de ríos, comunidades y un gran número de palabras evocan desproporcionadamente una relación con lo mítico.
Desde la lingüística, la visión del mundo para el Awá representa una interesante particularidad analógica entre el árbol y la vida del hombre, tal relación es tan fuerte que directamente reproduce el Mito de Origen cuando el primer Awá brota de un árbol originario.
Si bien puede asimilarse en cierta forma una circularidad de la vida del Awá a través de su existencia, donde el árbol es principio y fin, donde se crea y recrea el Mito. En cierta forma esta cosmovisión tiene muchas semejanzas con mitos amazónicos como el kaliawiri7entre pueblos como los Witotos o Andoques donde son los árboles quienes originan los alimentos y con ellos marcan el nacimiento de la agricultura o también se encuentran en la mitología mesoamericana árboles que hablan entre sí y de cuyos cuerpos leñosos brotan hombres y dioses8.
Las mitologías referidas a los arboles generadores de vida humana se extienden más allá de las fronteras del pueblo Awá hacia latitudes mesoamericanas y regiones amazónicos demostrando los alcances de las culturas americanas.
2.2.1 Cosmovisión VerticalAsí mismo alterna a la cosmovisión circular de un eterno retorno, hay una verticalidad donde se miran cuatro mundos:
Inkal es un sustantivo que aparece traducido como montaña, y desde una visión occidentalizada, inmediatamente se escucha la palabra montaña se hace un ejercicio de significación a través de la orografía o el relieve de la tierra donde este se definiría como una elevación en la superficie de la tierra.
Para los campesinos que viven cerca de regiones boscosas, en su argot popular, cuando toman su machete y hacha, se les escucha decir “ me voy a tumbar la montaña” y a oídos de un geólogo de pronto tendría una traducción literal de una empresa de grandes proporciones. Pero el campesino lo que quiere decir es que va a talar un bosque, denotando que la palabra montaña y bosque de acuerdo a su léxico vienen a constituirse en sinónimos.
Retornando a la palabra Inkal Awá estamos frente a otro caso particular de traducción lingüística, Inkal se dice traducir de montaña lo cual desde occidente tiene una connotación del campo de la geografía, sin embargo cuando a un muchacho Awá se le pide que tome un lápiz y papel para dibujar Inkal inmediatamente reproduce un dibujo donde es representada la selva y en medio de ella destaca un gran árbol.
La reflexión hipotética que constituye esa situación, al decir que la denominación gente de la montaña sugiere esta pregunta: ¿la palabra Inkal acaso nos remite a la selva, a los árboles y entonces podrá develarse que, de manera tácita, se estaría evocando Inkal Awá o gente de los árboles o gente del árbol?
3.1 Paishpa KamnuLos Awá tradicionalmente han forjado su formación dirigida a la supervivencia en las difíciles condiciones de la selva, los padres de familia se convirtieron desde edad temprana de paishpa en los institutores que enseñan cuidadosamente cada detalle que forma parte de la vida del Awá.
En esas circunstancias y de manera descriptiva paishpa aprende en los ríos el arte de la pesca en trampas, anzuelo, y con el uso del veneno llamado “barbasco” o pûh. En la jungla o Inkal el paishpa aprende a caminar dentro de la espesura de la selva sin perderse, seguir el rastro de personas o animales, cazar y clasificar los diferentes árboles que dan frutos silvestres comestibles y los animales terrestres o aéreos que puede comerse su carne, madera para construir casas y objetos, como también los troncos que dan buena leña apropiada para encender fuego fácilmente.
En la Yat o casa se hacen visibles todas las técnicas que permiten construir la casa y sus pocos enseres que sirvan para toda clase de actividades. Construcción, reparación y elaboración de manufacturas se aprenden en las horas de descanso o durante las horas de lluvia que acompañan la mayor parte de los días.
En la Huerta el Paishpa aprenderá las formas de siembra, cuidado y cosecha de los productos que se puedan cultivar. Así mismo se aprenden a conocer y clasificar las tierras que son aptas para cultivar de acuerdo a las plantas que crecen, al color, forma y textura de la tierra y su localización en medio del terreno.
Todo este conjunto de aprendizajes son esenciales para el futuro Awá adulto, nada más importante que las anteriores descripciones pueden componer un “currículo de la vida”, al que los padres e hijos depositan total interés para el aprendizaje en los primeros años de vida del paishpa.
Así las cosas las enseñanzas de los padres van ligadas a las narraciones que describen los espíritus que habitan en el mundo del Awá y que a la vez se constituyen en un código normativo que regula el comportamiento del hombre dentro de la selva.
Cada lugar donde convive el Awá tiene la facultad de compartir el Mito como directriz de obligatorio cumplimiento para que las cosas salgan como deben ser. La desobediencia a las pautas expresadas en la mitología pasa a ser una terrible transgresión donde sobrevienen castigos terribles para los individuos.
Con el ánimo de incorporar a los Awá a la vida occidental se impuso la Escuela para que los niños puedan capacitarse en los intereses del Estado por medio de sus currículos, estándares, competencias y demás directrices9.
La Escuela, hasta el momento, no se ha interesado por apropiarse del Mito en el uso que se le podría dar dentro de las aulas escolares en tal forma que escenifique una estructura apropiada para lograr un mejor entendimiento con la cultura del niño Awá. Últimamente se han presentado asomos de acercamiento con el mito, como lo deja ver la cartilla Amparenwá10.
Hacia la década de los años ochenta del siglo XX, la injerencia de los grupos misionales ayudó a la implementación de la primera escuela en territorio de los Awá, determinando su lugar en la localidad del Sábalo del Municipio de Barbacoas. De aquí en adelante la vida del Awá empezó a tener cambios estructurales en su forma de vida que repercutieron en su cultura11.
Tradicionalmente en la comunidad Awá, la vida social la ha constituido principalmente su propia familia; las viviendas en la selva son dispersas y no hay precedentes en la memoria cercana que puedan hacer referencia a la conformación de tan siquiera pequeños poblados. En el predominio de estas circunstancias el primer contacto que tienen directamente los niños y niñas son sus familias, de las cuales aprenden sus enseñanzas básicas para sobrevivir en el medio selvático tales como la pesca, caza, construcciones y reparaciones de viviendas, cultivos y demás menesteres dispuestos para poder vivir en su medio.
La primera escuela ha sido ancestralmente su propia casa y sus profesores fueron los padres, quienes instruyeron a sus hijos en las actividades que le servirán en su vida de adulto para desenvolverse sin mayores inconvenientes dentro del bosque. En cuanto a la enseñanza se ha hecho de manera práctica, el padre o madre a su vez ha invitado a sus pupilos a la observación y gracias a las miradas atentas de sus hijos transmitieron poco a poco los conocimientos en el arte de hacer los diferentes oficios. En las noches o ratos de sosiego la complementación de la enseñanza del momento han sido los relatos o narraciones heredadas de la tradición oral las cuales fundamentan desde la cosmovisión la manera de actuar dentro de cada una de las faenas diarias.
La Escuela como elemento occidental cambió la práctica educativa tradicional de los Awá, se incorporaron elementos de aprendizaje dirigidos a la lectoescritura, a las matemáticas, ciencias naturales y sociales que se alejan del pensamiento propio, logrando atravesar el umbral hacia una cultura ajena que tiene directrices diferentes a la cosmovisión ᵻnkal Awá12.
En la Escuela no hay espacio para pensar en el origen del Awá, desde el punto de vista occidental se ubican los relatos en un lugar desventajoso, que inclusive, determinan una inminente denigración del pensamiento propio, no hay un trabajo que lleve al conocimiento y fortalecimiento de la identidad cultural.
El interculturalismo es la tendencia más reciente y trata de compensar los extremismos a los que llegan el asimilacionismo y el pluralismo cultural, partiendo de un concepto de cultura más dinámico y cambiante que permite el intercambio y el diálogo entre los grupos culturales y su mutuo enriquecimiento. No considera a ninguna cultura superior a otra y con derecho a dominarla, pero tampoco comparte con los relativistas que todas las culturas valgan igual13.
Para estas comunidades, la Educación desde la óptica de los gobiernos, se ha desarrollado con gran interés por mantenerla apegada a los lineamientos curriculares de Occidente, mas no han demostrado preocupación por lograr un entendimiento de la cultura Awá, la falta de comprensión entre profesores mestizos y niños Awá han producido choques violentos en el orden cultural, como el señalarlos de “tontos”, “brutos”, “rudos”, entre otras, lo que ha dejado secuelas profundas, a la vez que han impedido que la educación sea efectiva en el territorio.
El Mito ofrece una herramienta muy importante en la Educación para cumplir unos papeles de suma trascendencia en fortalecer la identidad y motivar a la lucha por la reivindicación de los elementos culturales que están debilitados o se han perdido durante su arduo trabajo. Cuando se habla de este tipo de Educación que intenta trabajar con culturas no occidentales, usualmente se ha explorado diversas terminologías como Etnoeducación, Educación Propia, o últimamente Educación Intercultural.
Estamos ante una propuesta educativa que surge ante los conflictos que se producen en las sociedades multiculturales, y cuyo objetivo final es promover un encuentro entre diferentes colectivos, grupos étnicos,etc. donde se produzca un intercambio en pie de igualdad, conservando la especificidad de cada uno, al tiempo que buscando el enriquecimiento mutuo14.
Estos espacios han logrado traer a debate diversos elementos culturales que se hace necesario incorporarlos a la Educación de los grupos humanos no occidentales, con el fin de lograr un mejor desenvolvimiento en el papel educativo y por otro el fortalecer enormemente la cultura desde la Escuela.
Uno de esos aspectos ha sido el imprescindible hecho de traer la trama mitológica a las aulas escolares en un plan de fortalecimiento de las áreas regulares desde la cosmovisión propia de los Awá. En ese aspecto es un logro importante que la Escuela pueda reconocer el potencial de la tradición oral como una herramienta didáctica de enorme baluarte y ante todo hacer el reconocimiento de la mitología propia como parte del patrimonio cultural que necesita preservarse y fortalecerse como un medio de supervivencia de las comunidades.
La Educación del pueblo Awá, como ya se ha dicho, se desarrolla con base a contenidos y políticas educativas provenientes del Ministerio de Educación Colombiano, en contravía al anhelo de los líderes, como es la necesidad imperiosa de buscar una Educación que responda a los intereses y necesidades de sus comunidades15.
A partir de la década de los años noventa, y por efecto de la nueva constitución los Awá se organizaron en Cabildos, y la Educación se convirtió en una aspiración de frecuente relación en sus discursos, como un llamado a la necesidad de fortalecer su lengua e identidad pasando a ser las banderas de su lucha; últimamente se han observado ciertos logros como el de incluir dentro de su territorio a maestros de su propia comunidad, y que en lo posible tengan pleno uso de la lengua Awapit.
El nombramiento de maestros de la propia cultura, ha llevado a que se de una mayor continuidad en el proceso educativo, por la permanencia del maestro; todo lo contrario a lo que ocurría cuando los maestros eran personas ajenas a la comunidad, quienes no se adaptaban y abandonaban en poco tiempo la escuela. Además de la continuidad del proceso educativo, la familiaridad de los maestros con su cultura es una alta posibilidad para mejorar la interrelación con la comunidad educativa. A pesar de estos logros, el diseño de estructuras curriculares propias ha sido un trabajo que avanza lentamente y está lejos de cumplir con sus aspiraciones.
Los niños Awá al llegar a la Escuela desarrollan actividades lúdicas en los momentos de descanso que se basan en las actividades de sus padres como el construir casas, trampas, instrumentos de pesca, cacería etc. Sus juegos imitan las actuaciones de los padres y primordialmente reproducen todos sus saberes.
Sin embargo, la Escuela no retoma estas actividades lúdicas propias del niño Awá, para ser asumidas dentro de la clase. A pesar de que esta lúdica puede ser utilizada como herramienta didáctica en diversas áreas del conocimiento, hasta hoy simplemente se opta por desconocerlas.
De la misma manera ocurre con la trama mitológica que constituye uno de los pilares de la Cosmovisión Awá, son los Mitos parte de la vida del hombre Awá, su vida transcurre desde su inicio hasta su final en una completa vivencia dentro del Mito16.
CONCLUSIONESLa comunidad Awá está compuesta por una población que ha aprendido a sobrevivir en un medio selvático de difíciles condiciones, sus conocimientos y saberes milenarios tienen una envergadura capaz de demostrar que el mundo occidental tiene mucho que aprender.
El Mito y en general la cosmovisión del Pueblo Awá señala su profunda relación con la naturaleza y principalmente con los árboles, a los cuales se los tiene como su génesis, el principio y el fin de la vida humana.
La cosmovisión y la lengua propia es fundamental incorporarlos en la Escuela como un medio apropiado para lograr una configuración de una escuela intercultural que verdaderamente responda a los intereses y necesidades de un pueblo que habita en la zona selvática.