http://dx.doi.org/10.22267/rtend.171802.82

COMPRENSIÓN LECTORA Y UNA VISIÓN DE CAMBIO EN LA FORMACIÓN DE ADMINISTRADORES DE EMPRESAS

READING COMPREHENSION AND A VISION OF CHANGE IN FORMATION OF DIRECTORS OF COMPANIES

LEITURA E UMA VISÃO DE MUDANçA NA FORMAçÃO DE GESTORES DE EMPRESAS


Por: ZEVALLOS PEÑA _ Federico Manuel1, CORREDOR GARCÍA _ María del Pilar2


1Magister en Ingeniería Industrial, Universidad de los Andes, Bogotá. Profesor Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad Jorge Tadeo Lozano. Email: manuel.zevallos@utadeo.edu.co, federicozp@hotmail.com, Colombia.

2Magister en Administración de Empresas de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España. Profesora Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad Jorge Tadeo Lozano. Email: mariap.corredor@utadeo.edu.co, Colombia.


Recibido: 28 de febrero de 2017 Aprobación definitiva: 4 de septiembre de 2017




Resumen

El objetivo de este artículo de reflexión es establecer el aporte de las competencias en comprensión lectora, en el logro de una visión más amplia y dinámica de los administradores de empresas en la interpretación de los contextos en los cuales se desenvuelven las organizaciones. El artículo incluye: 1) una presentación del enfoque de las cuatro dimensiones filosóficas de Bedard, (Praxeología, Epistemología, Axiología y Ontología), 2) la Lectura, definiciones y sus funciones, 3) la lectura como "valor", 4) una descripción de los principales aspectos de la formación tradicional en administración según Omar Aktouf, 5) la propuesta, del mismo Aktouf de un enfoque formativo basado en lo que el autor denomina una "comprensión crítica permanente". Se finaliza con un análisis sobre los aportes de la comprensión lectora en la formación de en administración, desde las capacidades desarrolladas en las dimensiones filosóficas. Se concluye que las capacidades en comprensión lectora contribuyen a la formación de una "Comprensión Crítica Permanente" por parte de los administradores, y con ello, a una mejor interpretación de los contextos, dinámicas y agentes en los que se desenvuelven las organizaciones, lo cual a su vez contribuirá a una mejor toma de decisiones por parte de los administradores.

Palabras Claves: Comprensión de lectura, dimensiones filosóficas, valores de la lectura, formación en administración, comprensión crítica permanente.

Clasificación JEL: I21, A22, L21.




Abstract

The aim of this article is to make a reflection of contribution of skills in reading comprehension, in achieving a broader vision and dynamics on business managers interpretation of contexts in which organizations operate. This is an argumentative article, which is based on the theore1tical framework provided, that includes: 1) a presentation of the approach of "Four Philosophical Dimensions" of Bedard 2) Reading definitions and functions, 3) Reading as "a value", 4) a description of Omar Aktouf vision about traditional management education and its main aspects, 5) a description of an Aktouf education management approach proposal, based on "permanent crítical understanding". This article ends analyzing contributions of reading comprehension in business administration education and enables a wider dynamic vision of contexts in which organizations operate. It concludes that capabilities in reading comprehension are important for the formation of what Aktouf called an "permanent crítical understanding" by managers, and thus to a better understanding of the contexts, dynamics and agents in which organizations operate, which in turn will contribute to better decision-making by managers.

Keywords: Reading comprehension, philosophipal dimensions, value of reading, management education, permanent crítical understanding.

JEL classification: I21, A22, L21.




Resumo

O objetivo deste artigo é o de estabelecer a reflexão contribuição de habilidades em compreensão de leitura, para alcançar um gerentes de negócios mais amplos e dinâmicos na interpretação dos contextos em que as organizações operam visão. O artigo inclui: 1) a abordagem de apresentação dos quatro dimensões filosofia de Bedard, (Praxeologia, Epistemologia, Axiología ontologia), 2) de leitura, as definições e funções, 3) leitura como "valor", 4) um descrição dos principais aspectos da gestão da formação tradicional, Omar Aktouf, 5) a proposta, a mesma Aktouf de uma abordagem de gestão de treinamento com base no que o autor chama de "compreensão crítica permanente." Ele termina com uma análise das contribuições da compreensão da leitura na formação de administração, uma vez que as capacidades desenvolvidas em dimensões filosóficas. Conclui-se que a capacidade de compreensão de leitura contribuir para a formação de uma "compreensão crítica Standing" por parte dos gestores, e, assim, para uma melhor compreensão de contextos, dinâmicas e agentes em que as organizações operam, o que por sua vez, contribuirá para uma melhor tomada de decisão pelos gestores.

Palavras chaves: Compreensão de leitura, dimensões filosóficas, valores de leitura, formação em gestão, crítica entendimento permanente.

Classificação  JEL: I21, A22, L21.




I. INTRODUCCIÓN

Los fallos y casos de corrupción en la gestión de grandes corporaciones que han causado las crisis financieras recientes a nivel global, se consideran razones suficientes para motivar una reflexión sobre la formación impartida en las escuelas de administración, y en particular, para indagar sobre el nivel y uso de competencias genéricas2, como el pensamiento crítico, que hacen los administradores en la toma de decisiones de las organizaciones.

En estos contextos, donde son frecuentes los cuestionamientos a los enfoques tradicionales en la formación en administración y su capacidad para desarrollar competencias genéricas, cuando cobran especial importancia dichas competencias como fuentes de formación de pensamiento crítico en los administradores. La capacidad de comprensión lectora3 aparece como una de las competencias genéricas indispensables para el ejercicio profesional, y su importancia resulta fundamental en el tránsito y desarrollo social de los individuos, además del reconocimiento del contexto que lo rodea. El presente artículo hace énfasis en la capacidad de comprensión lectora, y el ejercicio de la lectura como fuentes para el desarrollo de una "comprensión crítica permanente" que permita a los administradores una mejor toma de decisiones.

A continuación se presentan los temas a considerar en el artículo:


II. FUNDAMENTOS TEÓRICOS (REVISIÓN DE LITERATURA)

II.1 Bedard y las cuatro dimensiones filosóficas.

Renee Bedard (del grupo HEC de Montreal), propone un modelo para el estudio de un conjunto de "cuestiones" fundamentales en administración como son:

Dicho modelo consiste en reconocer cuatro dimensiones filosóficas las cuales interactúan y se encuentran comprometidas en cualquier proceso de "comprensión seria de la realidad" (procesos formativos, interpretación de contextos, etc.). Estas son las dimensiones Praxeológica, Epistemológica, Axiológica y Ontológica.

Dimensión Praxeológica: Bedard inicia la presentación de las dimensiones del modelo con la dimensión praxeológica, la cual asocia a la definición de "praxis" planteada por Aguirre (2002) como "la actividad humana material y social de transformación de la realidad objetiva de la naturaleza, de la sociedad y del hombre mismo"; para luego aclarar (Bedard) que utilizará una definición de praxeología desde "un punto de vista general … en un sentido más amplio", el cual abarcará "todos los aspectos de la actividad humana y no solamente la acción y sus diferentes realidades particulares".5

Bedard menciona también que la observación de situaciones y fenómenos concretos suministran información ligada a la sensibilidad proveniente de los cinco sentidos y los sentimientos. Esta información debe ser "evaluada" con la finalidad que ella avance en su grado de certidumbre, la cual comprende dos tipos de certezas diferentes pero complementarias, que se encuentran vinculadas a otras dos dimensiones filosóficas propuestas en el modelo de Bedard:

Dimensión Epistemológica: Sobre la epistemología, Bedard menciona que esta se interesa "tanto en la teoría de la ciencia en general… como en el estudio de las ciencias consideradas como las realidades que se observan, describen y analizan". Bedard habla también de una "competencia epistemológica" citando a Chanlat (1984) cuando afirma que para la administración "bajo su doble aspecto de ciencia y arte, de conducta y de acciones creadoras, de administración de las cosas y de gobierno de las personas", estos aspectos representan a su vez "la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos empíricamente, los procedimientos inéditos y las concepciones teóricas reconocidas". Aunque la definición anterior sugiere que la epistemología representa únicamente el conocimiento asociado a "una disciplina o un campo especializado", esta involucra también una "función general de vigilancia crítica que ejerce su autoridad" sobre dicha disciplina.

Dimensión Axiológica: Bedard especifica la axiología como el campo de los valores individuales (morales) y colectivos (culturales), así como los principios que determinan las costumbres. Bedard es específica cuando afirma que esta dimensión "comprende la ética6 y la moral7". Bedard señala también que "la axiología ejerce una función de vigilancia crítica respecto a la praxeología para asegurar su legitimidad".

Dimensión Ontológica: Bedard inicia la presentación de esta dimensión citando a Dardel (1954), cuando menciona que, en el individuo, "la ontología determina su 'manera' de habitar lo real, de orientarse en medio de las cosas y de encontrar una salida en la búsqueda de si (mismo)". En este mismo sentido, Bedard afirma que "la ontología suministra las grandes ideas directrices que permiten a cada uno orientarse, asegura la inteligibilidad de base y procura las certidumbres fundamentales… (Para ofrecer)… una cierta lectura del universo, una primera concepción de la realidad". Bedard resume estas ideas cuando afirma que "ontología es la matriz y la base sobre sobre la cual todo edificio conceptual (epistemología), ético (axiología), crítico y práctico (praxeología) de cada persona es subsecuentemente construido".

Bedard representa gráficamente estas dimensiones en los vértices de un rombo. En ella, la dimensión Praxeológica aparece en el vértice superior dado que Bedard la asocia con el actuar visible del individuo en la organización y el contexto. Bedard también establece una analogía de dicha figura con un iceberg, al señalar la punta del iceberg en el vértice superior del rombo como el elemento "visible" y resultante de las otras tres dimensiones, y de sus interacciones.

II.2 La lectura – algunas definiciones y procesos

El valor de la lectura es algo que pocos pueden discutir. Aparecen muchos beneficios resultantes del ejercicio de la lectura que han sido citados en diversos artículos, tanto de académicos como de opinión. Es por ello que a continuación, se profundizará sobre la lectura, sus definiciones y los procesos asociados a ella.

Se considera la lectura como un proceso constructivo de comunicación e interactivo, el cual incluye tanto procesos de decodificación (microprocesos), como de comprensión (macroprocesos) (Paredes, 2006).

Se dice que es "constructiva" porque el lector, al procesar el texto como lenguaje e interiorizarlo, construye su propio significado (Morales, 2002). El mismo autor hace una diferencia entre "información" y "conocimiento", al señalar que la transformación de la "información" y su apropiación en forma de "conocimiento" demanda tiempo y reflexión; este último proceso es el que finalmente permite al lector comprender y asimilar dicha información.

A su vez, se dice que la Lectura es "interactiva" porque ella constituye un proceso complejo de interacción entre el lector y el texto (Solé, 1999). Según este mismo autor, es durante esta interacción que el lector, que busca satisfacer un conjunto de objetivos (aquellos que guían y justifican su lectura), realiza una intervención "antes, durante y después" del acto lector, las cuales se encuentran vinculadas con la relación entre "leer, comprender y aprender".

Sobre el "Significado" de un texto, Morales (Morales, 2002) afirma que éste no constituye una propiedad del texto sino de la interpretación que le otorga el lector, quien lo construye en un proceso de transacción flexible el cual consiste en que, conforme se va leyendo, el lector le va otorgando un sentido particular al texto.

A su vez Lerner (Lerner, 1985) señala que la interpretación y la construcción del significado del texto se da a partir de un conjunto de capacidades, experiencias e intereses del lector como son sus competencias comunicativas, conocimientos previos, concepción del mundo, experiencias previas en lectura y escritura y el propósito de la lectura.

Cabe destacar también lo afirmado por Kintsch (1989) y Perfetti (1989) (citados por Echevarría y Gastón, 2000), cuando señalan que la comprensión de un texto exige la puesta en práctica de una capacidad (compleja) que permita la construcción de un modelo del mundo o de la situación descrita en el texto.

Es así como la lectura, desde un contexto proporcionado por los conocimientos previos y los objetivos de lectura de una persona, puede dar lugar a que la representación que se haga del contenido de un texto y, con ello, el modelo de situación que construya, varíe de una persona a otra. Es así como un mismo texto puede dar lugar a la realización de inferencias diferentes (Echevarría y Gastón, 2000).

En la Figura 2 se propone un ordenamiento de los elementos expuestos sobre la Lectura, los actores y sus características y el proceso de construcción de significado. Se aprecia que aparecen dos elementos básicos en el proceso de lectura, que son el lector y el texto, los cuales presentan un conjunto de supuestos "de entrada", o previos al acto de la lectura. Estos supuestos de entrada del lector lo constituyen las competencias para la lectura por parte del lector, así como sus propósitos de lectura. De manera similar, el texto a ser leído también tiene un propósito o intención comunicativa, definida por el autor del texto. Es así como, a partir del proceso de lectura y de los supuestos de entrada mencionados anteriormente, se logra la construcción del "Significado" por parte del lector, quien lo apropia en la forma de información, o de conocimientos.

II.3 La lectura como "valor"

Reboul aproxima una definición de "Valor", cuando afirma que "todo valor se define por el sacrificio" (Reboul, 1992). El "valor" de algo que queremos obtener constituye un atributo de ese "algo" físico (objeto) o abstracto (aspecto), que "aparece en el momento en que ese 'algo' deja de sernos indiferentes, y nos atrae"; es por ello que consideramos que vale la pena hacer algún sacrificio para obtenerlo. Es así como el "valor" de ese "algo" se interpreta como equivalente a aquello que estamos dispuestos a sacrificar para obtenerlo.

Desde estas definiciones e interpretación previa, el mismo Reboul plantea dos funciones para la lectura según el valor de lo que es posible obtener de ella: un valor de la lectura como "medio" y como "fin" en sí misma.

Como "medio", cuando la lectura puede ser utilizada como un "medio" de apropiación (comunicación) de datos (información) o de conocimientos (aprendizaje). Para cualquiera de estos casos, se trata de la función utilitaria de la lectura, la cual supedita su valor al beneficio que podamos obtener con la información o los conocimientos obtenidos del texto consultado.

Sin embargo, Reboul destaca también el valor propio ('per se') de la lectura "como fin" en si misma, cuando afirma que en el acto de leer se da "esa unión indisoluble de lo sagrado (religioso) y la razón" (Reboul, 1992). Sobre esta última afirmación, dicho autor hace una descripción de lo que representa cada uno de estos componentes que se encuentran en el acto de leer:

En la Figura 3 se sintetiza lo expuesto en el punto anterior, donde se presentan dos de las funciones (valores) principales de la lectura: (1) como "medio" de transmisión de datos o de conocimientos, los cuales incluyen a los conocimientos disciplinares que forman parte de un proceso formativo (por ejemplo, en la educación superior), y (2), como "fin" en sí misma, que en la interacción entre el lector y el texto genera, además de los procesos necesarios requeridos en la función anterior (decodificación, comprensión), la "reflexión" que hace que el lector se adhiera total o parcialmente, o incluso rechace, los argumentos, supuestos y conclusiones contenidos en el texto leído.

Es así como la lectura en su funcionalidad de "medio" representa un instrumento que contribuye a incrementar capacidades de tipo "epistemológico" del lector, en la medida que se aborden textos cuyos propósitos sean tanto de tipo disciplinar como multidisciplinar. Con ello, el lector puede lograr niveles de competencia disciplinares y multidisciplinares que le permitan además ejercer una "vigilancia crítica" de las actividades (praxeología) y garantizar su "validez" según la disciplina correspondiente.

De otra forma, al enfrentar el lector a textos de contenido expositivo, narrativo y argumentativo la lectura, en su funcionalidad como "fin" en sí misma, hará que el lector realice procesos de análisis y reflexión que lo lleven a emitir "juicios axiológicos o de valor" coherentes para legitimar (o no) las ideas o situaciones expuestas en los textos. Ello motivará dinámicas y ejercicios de tipo "axiológico" que ayudarán a la construcción (o deconstrucción) de una ética o una crítica formada desde dichas reflexiones.

II.4 Aktouf y la enseñanza en Administración

En este punto nos introducimos al análisis desarrollado por Omar Aktouf sobre los enfoques predominantes de enseñanza – aprendizaje en los programas de administración de empresas y escuelas de negocios. Este autor considera dos tipos de formación:

  1. Una formación tradicional, orientada hacia la reproducción del conocimiento disciplinar impartido y, con ello, la consolidación de las condiciones del momento histórico actual y sus características dominantes, y

  2. Un segundo tipo de formación que, reconociendo la tradición en administración (estado de la disciplina), permite y fomenta una aproximación y apropiación crítica de dicha tradición: una "comprensión crítica permanente".

II.4.1 El enfoque tradicional o de reproducción.

El primer enfoque, "la administración como doctrina", el cual Aktouf considera que es el que prevalece en la mayoría de escuelas de negocios, se fundamenta en:

Aktouf (2000) menciona tres ideas que soportan esta orientación conservadora y tradicionalista en la formación de los administradores.

(1) "La definición estrecha de la administración, centrada en el predominio del factor capital y en cuidado del enriquecimiento individual".

El mismo autor considera estos contenidos en su mayor parte como tradicionales, dirigidos con un énfasis doctrinal y con una visión crematística de la economía y las organizaciones, en la que se privilegia al factor capital ubicándolo como el factor más importante, valioso y por lo tanto, como el único cuya minimización de riesgo constituye la labor más importante en cualquier organización, muy por encima de otros factores de los procesos productivos o de servicios, como lo son el trabajo y los recursos naturales.

(2) "La omnipresencia de aspectos cuantitativos, en particular del cálculo económico".

Aktouf también hace énfasis en que este enfoque tradicional incentiva el predominio de cálculos, resultados numéricos y el uso de instrumentos matemáticos, lo que ha llevado a convertirlas en herramientas preponderantes (casi exclusivas) en la toma de decisiones de los administradores de empresa actuales. Es así como,

(3) "La falta de cultura general en la formación del administrador."

Aktouf afirma que el enfoque tradicional de formación en administración establece como uno de sus principales paradigmas que el administrador debe ser un personaje de acción, de certezas e incluso automatismos que conlleven a una rápida toma de decisiones asistidas en su mayor parte por instrumentos y cálculos. En este mismo sentido, el autor considera que la mayoría de escuelas de negocios son reacias a la inclusión de temas de formación en cultura general y en humanidades, dado que el enfoque tradicional busca privilegiar contenidos para una actuación y toma rápida de decisiones, y no para la reflexión con temas y lecturas que motiven preguntas y discusiones cuestionadoras.

II.4.2 El enfoque de cambio o de ejercicio de la comprensión crítica permanente

Es así como encontramos que el enfoque tradicional presenta una fortaleza epistemológica en los conocimientos disciplinares que, como se mencionó anteriormente, son de tipo doctrinal y destinados a ser reproducidos para consolidar las condiciones principales del momento histórico actual, que son las que favorecen los intereses de la élite que sustenta dicha doctrina.

Algunos de los inconvenientes de este enfoque de formación en administración es que resulta cada vez más frecuente encontrar casos de empresas que, en la praxis de sus valores misionales, hacen primar aquellos valores asociados a la misión económica de la empresa (ser rentables, dar beneficios) muy por encima de aquellos otros relacionados a la misión social general de la empresa y, por ende, que se encuentran en clara relación con los valores éticos o compartidos con la sociedad (coherencia, equidad en las cargas y beneficios, participación y consenso, respeto y mejora del medio ambiente, etc.). Lo anterior se manifiesta en casos de empresas que atentan contra el bienestar social, la igualdad y la ecología, al ejecutar acciones que van desde la consolidación de economías de consumo y especulativas, incluyendo la liberalización financiera sin restricciones que permite la libre entrada y salida de los capitales internacionales, pasando por la depredación del medio ambiente, hasta el uso de la precariedad y la temporalidad laboral como fuentes de rentabilidad (Diez Gutiérrez, 2009).

Frente a lo anterior, Aktouf reclama una formación en administración que fomente el ejercicio de una "comprensión crítica permanente" en los administradores. Sobre dicho enfoque, el autor señala algunas de sus principales características:

Para lo anterior, se requeriría una serie de cualidades resultantes de la formación en administración que trasciendan el enfoque tradicional de formación en administración.


III. APORTES DE LA LECTURA EN LA FORMACIÓN EN ADMINISTRACIÓN

Respecto al enfoque tradicional en la formación en administración, para la primera característica,

(1) Aktouf reclama de los estudiantes, profesionales y de los profesores en administración de empresas, una actitud crítica frente a los contenidos curriculares propuestos por las escuelas de administración.

Es aquí donde vinculamos a esta perspectiva la importancia de la lectura, entendiendo que dicha crítica sólo adquiere sentido y trascendencia cuando proviene del reconocimiento de la importancia de los demás factores de producción (y los stakeholders involucrados en dichos factores) y del cuestionamiento de la importancia del factor Capital en el enfoque tradicional existente.

Se propone la lectura como una fuente de pensamiento y actitud crítica desde dos enfoques:

Lo anterior, complementado con la inclusión de textos disciplinares e información (casos), que motiven un ejercicio previo de interpretación, que lleven a discusiones, debates y la adopción de posturas provenientes de consensos (o disensos) desde un ejercicio argumentativo y discursivo.

Para la característica (2), que destaca la omnipresencia de los aspectos cuantitativos en la formación y praxis de los administradores de empresas para una rápida toma de decisiones, se propone también la lectura como un ejercicio de reflexión que al cultivarse a lo largo del proceso formativo sirva como complemento al uso de instrumentos y de los juicios matemáticos resultantes (muchas veces carentes de valor 'per se') para una interpretación y comprensión más integral de la realidad, sus diversos actores y los impactos resultantes.

Lo anterior ayudaría a entender el uso de los instrumentos y modelos cuantitativos como un elemento más a considerar dentro de los insumos disponibles para una mejor toma de decisiones, dentro de los cuales debemos incluir las reflexiones mencionadas anteriormente. Esto último daría también fortalezas en el aspecto epistemológico del administrador.

Finalmente para la (3) característica, que resalta la falta de cultura general en el enfoque tradicional en la formación en administración, la importancia de la lectura para subsanar esta falencia es explícita, cuando se reclama que el administrador debe ser un lector constante e inagotable no sólo de los contenidos correspondientes a su disciplina, sino de las humanidades y también de las artes, con la finalidad que el administrador sea capaz de "integrar, gracias a su cultura general, experiencia o intuición, diferentes disciplinas y conocimientos, tanto en el terreno de la gestión general como en el de las ciencias humanas".

Aquí aparece el valor de la lectura como "instrumento", para integrar un mayor conocimiento no solo de la epistemología de las disciplinas incluidas en la administración (administración, mercadeo, economía, producción, etc.), sino también proveniente de las ciencias sociales (sociología, psicología, educación, etc.), lo cual le permitirá al administrador realizar análisis e interpretaciones y comprensiones desde diversas perspectivas integradas o interdisciplinarias.

A su vez, se espera que al promover de esta forma la adquisición de "conocimientos más finos y diversificados", estos se traduzcan en "una mayor sensibilidad en los aspectos humanos, ecológicos y culturales de la empresa" por parte de los administradores (Aktouf, 2000).

En este punto, el aporte de la lectura de contenidos asociados con las humanidades y las artes se da como medio para el acercamiento a los diversos géneros literarios (narrativo, dramático, lírico, etc.). Para estos contenidos se espera que el valor de la lectura deje de ser estrictamente instrumental, para trascender a reflexiones que lleven al desarrollo de esta "sensibilidad" los cuales influencian no sólo la epistemología del individuo, sino también su axiología y ontología.

Según lo anteriormente expuesto, se espera que lo anterior posibilite una nueva visión de las situaciones y contextos a los que se enfrentan los administradores y las organizaciones, y que el desarrollo de competencias lectoras en la formación de administradores lleve a una mejor comprensión de los fenómenos y dinámicas sociales; además del reconocimiento del individuo y su complejidad, como elemento necesario y central de cualquier organización.

La exposición hecha por Aktouf sobre el desbalance que existe entre los dos tipos de formación, reproducción y cambio, es congruente con el momento histórico actual donde aparece en clara ventaja el primero. Pero esta situación puede ser transformada si se acude a la una comprensión crítica permanente, como parte de las competencias genéricas que deben ser atendidas y fomentadas por las Escuelas de Administración. Y la lectura, su práctica y el desarrollo de capacidad de comprensión lectora resultan fundamentales no sólo desde su función utilitaria, sino desde su capacidad para generar procesos reflexivos profundos en el lector que permitan esta comprensión crítica.


IV. CONCLUSIONES




Notas al pie de página

1 Análisis de la Educación; Enseñanza universitaria; Objetivos de negocio de la Empresa.

2 Las "competencias genéricas" se definen como "… aquellas que resultan indispensables para el desempeño social, laboral y cívico de todo ciudadano" (Bernal y Mariño, 2013). Es por esta razón que las competencias genéricas también se denominan como "competencias para la vida", ya que "no pierden relevancia, ni siquiera en educación superior", debido a que su ejercicio y desarrollo contribuyen a facilitar ese "desempeño social".

3 La comprensión lectora se entiende como "la capacidad de leer comprensivamente diversos tipos de textos, mediante la aplicación de estrategias comunicativas y lingüísticas específicas que posibilitan el análisis y el establecimiento de relaciones entre los distintos componentes que conforman un texto".

4 Bedard incluye también el estudio de "las especificidades de Occidente y su administración" como una tercera "cuestión" en la presentación de su modelo de dimensiones filosóficas.

5 Bedard señala como aspectos comprendidos dentro de la Praxeología: "las diferentes conductas humanas y las actividades de creación, de producción y de fabricación (la praxis y la poiesis); las actitudes (en los planos cognitivos, afectivos y comportamentales); el saber hacer y las habilidades; las prácticas, los métodos de trabajo y los procedimientos; las herramientas, los materiales, las técnicas y la tecnología; las palabras y los escritos; los productos y los resultados".

6 Sobre la "Ética", Bedard señala que ésta "se interesa en los principios generales de la conducta humana y tiene por objeto la teoría de la acción moral, individual y colectiva". A partir de la ética se crean la política (para la vida en sociedad), la deontología (para la vida en el trabajo) y la moral doméstica (para la vida en familia).

7 Sobre la "Moral", Bedard afirma que esta "se entiende como un conjunto de reglas que se imponen a la conducta de cada hombre en la sociedad donde vive y en su vida privada".


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