https://doi.org/10.22267/rtend.192002.117
EMPRENDIMIENTO FEMENINO EN MÉXICO: FACTORES RELEVANTES PARA SU CREACIÓN Y PERMANENCIA
FEMALE ENTREPRENEURSHIP IN MÉXICO: RELEVANT FACTORS FOR THEIR CREATION AND PERMANENCE
EMPREENDEDOR FEMININO NO MÉXICO: FATORES RELEVANTES PARA SUA CRIAÇÃO E PERMANÊNCIA
Por: Paz Calderón Yannet1,Espinosa Espíndola Mónica Teresa2
1Doctora en Economía Política del Desarrollo por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, Profesora Investigadora de la Universidad Tecnológica de la Mixteca. Email: ypaz@mixteco.utm.mx, México.
2 Doctora en Administración por la Universidad Autónoma de Querétaro, México, Profesora Investigadora de la Universidad Tecnológica de la Mixteca. Email: monitte2005@hotmail.com, México.
Recibido: 17 de noviembre de 2019 Aprobado: 20 de diciembre de 2019
Resumen
El objetivo de este documento es identificar los factores más relevantes que contribuyen a la creación y permanencia de empresas encabezadas por mujeres en México, para ello se define el perfil de las mujeres que inician un negocio y las condiciones en las que se suman a esta actividad.
  La  investigación es descriptiva basada en fuentes estadísticas y documentales, se  revisan datos  del Instituto Nacional de Estadística y  Geografía (INEGI), de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) y del  Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES). Los resultados muestran, que las  mujeres se ha visto afectadas de manera severa por el desempleo y la  precariedad del mercado de trabajo, que el emprendimiento femenino surge,  principalmente como una manera de hacer frente a la pobreza y marginación de  sus familias y no como una forma de hacer uso productivo de recursos materiales,  físicos e intelectuales. Por ello, es importante que en la construcción de  políticas públicas se consideran las condiciones, las necesidades y las motivaciones que  tienen las mujeres para crear sus propias empresas, para que los apoyos gubernamentales  impulsen la sobrevivencia y el crecimiento de estos emprendimientos.
Palabras Clave: emprendimiento, mujeres, empleo, participación en la fuerza laboral, política pública, trabajo femenino
JEL: J23, J16, J2, J22, J18, J21
Abstract
The objective of this document is to identify the most relevant factors that contribute to the creation and permanence of women-led companies in Mexico, for this the profile of women who start a business and the conditions in which they join this activity are defined. The research is descriptive, based on statistical and documentary sources, data from the National Institute of Statistics and Geography (INEGI), the Ministry of Labor and Social Welfare (STPS) and the National Women's Institute (INMUJERES) are reviewed. The results show that women have been severely affected by unemployment and the precariousness of the labor market, that female entrepreneurship arises, mainly as a way to face the poverty and marginalization of their families and not as a way of make productive use of material, physical and intellectual resources. Therefore, it is important to consider the conditions, needs and motivations in the construction of public policies for women to create their own businesses, so that government support promotes the survival and growth of these ventures.
Keywords: entrepreneurship, women,  employment, labor force participation, public policy, female labor 
    JEL: J23, J16, J2, J22, J18, J2
Resumo
O objetivo deste documento é identificar os fatores mais relevantes que contribuem para a criação e permanência de empresas lideradas por mulheres no México, para isso são definidos o perfil das mulheres que iniciam um negócio e as condições em que ingressam nessa atividade. A pesquisa é descritiva, com base em fontes estatísticas e documentais, dados da Instituto Nacional de Estatística e Geografia (INEGI), Ministério do Trabalho e Bem-Estar Social (Secretaria del Trabajo y Previsión Social -STPS) e o Instituto Nacional da Mulher (Instituto Nacional de las Mujeres- INMUJERES). Os resultados mostram que as mulheres foram severamente afetadas pelo desemprego e pela precariedade do mercado de trabalho, que o empreendedorismo feminino surge, principalmente como forma de lidar com a pobreza e a marginalização de suas famílias e não como maneira de fazer uso produtivo de recursos materiais, físicos e intelectuais. Portanto, é importante que, na construção de políticas públicas, sejam consideradas as condições, necessidades e motivações que as mulheres têm para criar seus próprios negócios, para que o apoio do governo conduza à sobrevivência e ao crescimento dessas empresas.
Palavras-Chave: empreendedorismo,  mulheres, emprego, participação da força de trabalho, políticas públicas,  trabalho feminino
    JEL: J23, J16, J2, J22, J18, J21
I. INTRODUCCIÓN
En México para el segundo trimestre de 2019 la tasa de desempleo fue de 3.3%, además el mercado laboral presenta altos nivele de informalidad, el 56.9% de la Población Económicamente Activa (PEA) se encuentra en esta condición, por lo que se requiere impulsar y desarrollar actividades productivas que puedan contribuir a la generación de fuentes de trabajo. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE) que llevó a cabo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) por primera vez durante los meses de junio y julio de 2015, existen en el país 4 millones de empresas: 3.9 millones de tamaño micro, 79 mil pequeñas, 16 mil medianas y casi 11 mil empresas grandes. Las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) generan el 63% del empleo y el 35% del Producto Interno Bruto (PIB).
  A pesar de la importancia económica de estas  unidades de negocio, presentan bajos niveles de productividad. Son diversos los  factores que explican este fenómeno en las MIPYMES, sin embargo la mayoría de  los dueños de este tipo de empresas inician sus negocios con pocos  conocimientos y habilidades relacionados con administración, contabilidad,  mercadotecnia, estudios de mercados y financiamiento, lo que provoca que su  esperanza de vida sea corta. No cuenta con registros formales o informales de  sus actividades, todo lo aprenden en base a la experiencia que van acumulando a  base de prueba y error. Esto hace evidente la necesidad de apoyar el  emprendimiento a través de las instituciones educativas, en todos sus niveles, de  las incubadoras, de organismos gubernamentales y de organizaciones privadas y  de la sociedad civil, entre otros. 
  En el caso particular de las mujeres y su relación  con la creación de negocios este es un tema de suma importancia, principalmente  en países en desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplan el  empoderamiento de las mujeres para que puedan mejorar las condiciones de su  participación en la política, la economía, la cultura, los negocios y en todas  las áreas del desarrollo, con ello se podrán mejorar las condiciones de vida de  sus familias y sus comunidades. Esto es muy relevante debido a que la población  femenina enfrenta diversos tipos de discriminación, lo que repercute en el  ejercicio pleno de sus derechos. Además se requiere de la generación de empleos  productivos y decentes, incentivar el emprendimiento y la innovación. La  incorporación de la mujer al trabajo remunerado y formal puede contribuir de  manera importante en diversas áreas de su quehacer cotidiano, además de su  contribución a la actividad económica del país, impactaría de manera positiva  en la reducción de la pobreza y al mejoramiento de sus derechos e  independencia, ellas son más proclives a destinar sus ingresos a satisfacer  necesidades de su hogar y de su comunidad como educación, salud y vivienda, (CEPAL,  2018a; CEPAL, 2018b; MUJERES ONU, 2016)
Las mujeres mexicanas aún enfrentan importantes dificultades para poder participar e insertarse plenamente en el mercado laboral, el rol de género que les impone la responsabilidad de hacerse cargo del trabajo doméstico no remunerado, lo cual complica que puedan coordinar el empleo fuera de casa y la atención de su vida familiar. La prevalencia de las desigualdades entre hombres y mujeres en ámbitos como el político, el económico y el social, evita que puedan involucrarse de lleno en actividades productivas.
  De esta manera, el objetivo del documento es  identificar los factores más importantes que motivan a las mujeres mexicanas  para iniciar un negocio, para ello se exploran las condiciones en las que se  incorporan a esta actividad. Esto permitió observar las necesidades y los retos  que este tipo de empresas enfrentan y que, a través de las políticas públicas  pueden atenderse los problemas que enfrentan y así sus empresas puedan  sobrevivir y crecer.
  La vía analítica que se sigue en  este trabajo consta de cinco apartados, en el primero se revisa, a través de  diversos autores, los conceptos de emprendimiento y emprendimiento femenino. En  el segundo se explica la metodología que se siguió para lograr el objetivo del  documento. En el tercero se presentan las condiciones de las mujeres en el  mercado de trabajo, se describe el perfil de las mujeres emprendedoras y se  analizan los principales elementos que pueden apoyar el impulso a los  emprendimientos femeninos. En el último, se presentan las reflexiones finales.
II. EMPRENDIMIENTO FEMENINO
Existen diversas definiciones del término emprendedor, todas coinciden en que es una persona que decide poner en práctica una idea que la lleva a iniciar una empresa o negocio, las motivaciones suelen ser de diversa índole, pero lo que busca es materializar sus inquietudes empresariales que desembocaran en llevar al mercado un bien o servicios. Amaru, (2008:1) señala que “la palabra emprendedor proviene del latín imprendere, que significa tomar la decisión de realizar una tarea difícil y laboriosa, poner en ejecución”. En el mismo sentido Pierre & Molina (2012) retoman la definición emitida en el 2003 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que indica que la actividad emprendedora está relacionada con el riesgo, la creatividad y la innovación y pone especial énfasis en este último elemento, ya que considera que dentro de los que inician un negocio no se deben considerar aquellos que solo imitan algún tipo producto ni los que compran empresas, esto tendría sus salvedades porque habría que considerar las condiciones y circunstancias dentro de la cuales puedan rugir estas formas de emprendimiento, una persona podría comprar una empresas para desarrollarla por medio de diversas mejoras en distintas áreas de la misma. Por lo tanto, se puede decir que la persona que decide emplear recursos para apoyar la creación de nuevas empresas debe ser poco adverso al riesgo para poder tomar decisiones en momentos de incertidumbre.
  Los emprendimientos pueden ser de diversa  índole como: autoempleos o emprendimiento por necesidad, emprendimientos  corporativos, emprendimientos en familia, emprendimientos sociales,  (Vallmitjana, 2014); los cuales dependerán de los recursos con los que dispongan  los individuos así como de las necesidades que tengan de obtener ingresos. 
  Existen  ciertos factores exógenos que se relaciona con el contexto o entorno económico  nacional e incluso mundial, que permiten el desarrollo de la actividad emprendedora,  que de acuerdo con Vallmitjana (2014), son los siguientes:
  a)  contexto macroeconómico
  b)  acceso a fuentes de financiación
  c)  contexto social
  d)  contexto tecnológico
  e)  políticas de soporte de los gobiernos
Se puede observar que el elemento que atraviesa a todos ellos es la política pública que desde sus diferentes espacios de acción afecta –positiva o negativamente- a los emprendedores.
  En cuanto a las motivaciones que tienen las  personas para comenzar un negocio existen dos que son las más comunes, la  primera es la detección de un área de oportunidad de mercado y la segunda se  relaciona con la necesidad de autoemplearse como alternativa a la falta de  trabajo, (Valls, Cruz, Torruella, Juanes, Canessa, & Hormiga, 2012; Ruiz,  Camelo & Leal, 2015).
  Canales, Román & Ovando (2017), definen  las características sociodemográficas de la población joven emprendedora en  México y encuentran que los hombres casados y jefes de familia son más  propensos a participar en la creación de empresas, en el caso de las mujeres  ellas tiene mayor propensión hacia el emprendimiento después de pasar por una separación  conyugal, lo que llevaría a decir que lo hacen por necesidad de obtener  ingresos, lo que se refuerza con otro de los resultados encontrados en este  mismo trabajo: que a mayor edad, las mujeres se inclinan más por el emprendimiento.
Además es innegable que los en los últimos años los empleos formales han ido disminuyendo en todo el mundo, lo que ha provocado que la generación de ingresos por parte de la mujer sea cada vez más importante para la supervivencia de los hogares. Sin embargo, las empresas iniciadas por mujeres se encuentran normalmente en el sector de servicios, comercio, hoteles y restaurantes, principalmente en la áreas urbanas, lo que muestra una prolongación de las actividades que realizan en sus hogares como preparación de alimentos, aseo, cuidado de niños y ancianos y educativas, se puede observar que ellas en el ámbito del trabajo remunerado siguen vinculadas a su rol de género.
  Asimismo,  las mujeres enfrentan diferentes obstáculos al iniciar sus negocios, entre los  que se pueden destacar: a) poca confianza en sí mismas, b) social y  culturalmente se les relaciona con las labores del hogar, por lo que terceras  personas no consideran una buena opciones hacer negocios con ellas, y c) los  bajos niveles educativos que en promedio tiene la población femenina provoca  que esto sea una barrera cuando ellas deciden administrar su propia empresa, (Viadana, Zubeldía, Tomarelli & Morales, 2016). 
  En una investigación realizada por Cisneros, Meza & Meza, (2016) en una zona  marginal de la ciudad Guayaquil, Ecuador encontraron que las mujeres de ese  lugar optan por los emprendimientos que les permiten seguir cuidando de su  hogar y sus hijos, es decir que nos les implique desplazamiento, ya que ella siguen  teniendo como prioridad y necesidad seguir con su rol de género. También hallaron  que debido a sus bajos niveles educativos tienen problemas con el manejo de las  financias de sus negocios y en general todo lo relacionado con temas  relacionados con riesgos y administración de las empresas. 
III. METODOLOGÍA
Es un estudio descriptivo que “buscan especificar las propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis” (Hernández, Fernández & Baptista (2006:80). En esta investigación se recopilo información para identificar los factores más relevantes que contribuyen a la creación y permanencia de empresas encabezadas por mujeres en México, para ello se incorporaron elementos teóricos y cuantitativos. En la primera parte de este este trabajo se realizó una revisión exhaustiva de la bibliografía existente sobre emprendimiento y emprendimiento femenino. En la segunda, se siguió un esquema analítico a partir de información estadística en base a la recuperación y análisis de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), específicamente la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México, 2017, la cual proporcionar información sobre el valor económico de tiempo que se utiliza en la producción de bienes y servicios relacionados con los quehaceres domésticos y de cuidado que realizan los miembros de un hogar para la satisfacción de las necesidades del mismo y por el que no reciben ninguna remuneración, se tomaron estadísticas referentes a la población femenina mayor a 12 años. También se utilizaron cifras de la de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) sobre las condiciones laborales de la PEA para el segundo trimestre de 2019. Del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) se tomaron datos de las principales características socioeconómicas de las mujeres empleadoras en el país para 2019, esto permitió definir el perfil de las mujeres empresarias.
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El mercado de trabajo es un espacio donde también se pueden observar las diferencias entre hombres y mujeres, analizarlo permite identificar elementos que ayuden al diseño de políticas que apoyen una mejor incorporación de la población femenina a las actividades productivas. En este apartado se hace una exploración de las características de las condiciones laborales que enfrentan las mujeres y posteriormente se define el perfil de las mujeres emprendedoras.
Condiciones laborales de la población 
  En México el  mercado laboral presenta importantes niveles de precariedad e informalidad,  para el segundo trimestre de 2019, la tasa de desempleo fue de 3.3% para la  población en general, siendo los jóvenes y las mujeres jóvenes quienes tienen  mayor dificultad para encontrar un trabajo. La mayor parte de los desempleados  se encuentran entre los 20 y 29 años, y tienen primaria y educación superior,  principalmente. La mayor parte de las personas que cuenta con empleo tiene  secundaria o educación media superior (STPS, 2019). El mercado laboral mexicano  está caracterizado por la informalidad, el 56.9% de la PEA se encuentra en esta  condición, además aquellos que están ocupados son en su mayoría asalariados  (68%), empleadores apenas el 5%, otro cifra que muestra las condiciones de  precariedad de los empleados es la tasa crítica de ocupación que oscila  alrededor del 19.3%, lo que indica que ese porcentaje de la población recibe un  salario menor al mínimo por trabajar más de 48 horas y únicamente el 55% de los  trabajadores cuenta con seguridad social, (figura 1), (STPS, 2019). 
Las mujeres en el mercado laboral
  Para el segundo  trimestre de 2019, la tasa neta de participación femenina en el mercado de  trabajo es de 43.7% mucho menor que la de los hombres que es de 76.9%, y además  se encuentran ocupadas, en su mayoría en la informalidad, reciben bajos  salarios y enfrentan una mayor tasa de desempleo que los hombres (STPS, 2019). Una  característica de esta población y que en parte explica su baja participación  en el mercado de trabajo, en comparación con la de los hombres, es que dedican  parte de su tiempo a atender actividades relacionadas con el cuidado del hogar,  en promedio contribuyeron en el 2017, con el 74.6% del valor del trabajo no  remunerado relacionado con alimentación; limpieza y cuidado de la ropa, el  calzado y la vivienda; cuidados y apoyo, compras y administración del hogar (figura  2), (INEGI, 2017). Es innegable que la población trabajadora femenina tienen  importantes desventajas al incorporarse a las actividades productivas, las  cuales tienen su fundamento en el bajo nivel educativo y en la prevalencia del  rol de género, que la ubica como las principales cuidadoras del hogar, lo que  provoca que laboren principalmente en el sector servicios y de manera subordinada.
Figura 1. Condiciones laborales de la Población Económicamente Activa en México, segundo trimestre de 2019.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Información Laboral, segundo trimestre de 2019

Figura 2. Condiciones laborales de las mujeres en  México y su participación en las labores domésticas no remuneradas. 
Fuente: Elaboración propia a  partir de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Información Laboral,  segundo trimestre de 2019; INEGI, 2017.
  Social e históricamente a las mujeres se les ha impuesto  la responsabilidad del trabajo doméstico, lo cual tiene dos efectos en su  incorporación al mercado de trabajo, en primer lugar, disponen de menos tiempo  para dedicarlo al trabajo remunerado y en segundo, las actividades de cuidado  del hogar se trasladan cada vez más al ámbito de las actividades productivas.  Las desigualdades de género que prevalecen en los mercados laborales de  Latinoamérica provocan que las mujeres se ubiquen en trabajos relacionados con  el comercio y los servicios relacionados con lo doméstico como son los  cuidados, alojamiento y elaboración de comida, a medio tiempo y con salarios  bajos. Estos roles tienen un efecto negativo en sus expectativas profesionales  (OIT, 2016). Cabe mencionar que las mujeres de bajos recursos son las que  tienen mayores problemas para insertarse al trabajo remunerado porque les es  más complicado delegar a alguien más las responsabilidades que tienen en los  quehaceres del hogar.  
  En América Latina las encuestas realizadas en las últimas  décadas revelan que en promedio, las mujeres destinan dos tercios de su tiempo  en el trabajo doméstico no remunerado y un tercio al trabajo pagado, mientras  que los hombres ocupan su tiempo en la relación contraria. Además de la  información que brindan las mediciones sobre el uso del tiempo, las encuestas  de hogares de la región muestran que, en promedio, el 43,4% de las mujeres de  entre 20 y 59 años identifican razones familiares (embarazo, cuidado de niños y  niñas o personas dependientes, trabajo doméstico o la prohibición por parte de  miembros del hogar) como motivo principal para no buscar activamente o desempeñar  un trabajo remunerado (CEPAL, 2017). La contribución de las mujeres en la  reproducción de la fuerza de trabajo sigue siendo de suma importancia para el  funcionamiento del sistema económico, sin embargo es una labor que no es  reconocida, ni la que se realiza dentro del hogar y sin remuneración ni la que  es remunerada.
Emprendimiento femenino en México 
  En relación a la  actividad emprendedora de las mujeres, se observa que para 2019 de los 2.6  millones de personas que deciden iniciar un negocio más de 500 mil son mujeres,  de las cuales el 75.2% tiene entre 30 y 59 años de edad. Las principales características  de las emprendedoras muestran que aquellas féminas que están casadas o en unión  libre, son conyugues del jefe del hogar y tienen hijos, son más proclives a  comenzar un negocio, el tamaño de los mismos es micro y se encuentran tanto en  el sector formal como informal, además el 42.5% de las emprendedora tienen  nivel medio superior y superior de estudios y es en las zonas urbanas donde  existe mayor emprendimiento femenino.  
  La jornada de las  emprendedoras es menor a la de los hombres con esta condición, y esto tiene su  explicación en que ellas reparten su tiempo entre atender su empresa y su familia,  las necesidades del hogar determinan la forma en que ellas se incorporan al  mercado de trabajo. En el país el emprendimiento femenino es resultado de la  búsqueda de opciones para hacer frente a las necesidades económicas que tienen  en sus hogares, la mayoría de las mujeres buscan completar el ingreso que sus  parejas obtienen, (figura 3), (INMUJERES, 2019). 
  Al iniciar un  negocio ellas pueden hacer uso de los recursos materiales intelectuales que  tengan y manejar su tiempo de manera más flexible permitiéndoles seguir  atendiendo las labores domésticas, que como ya se ha mencionado estas  actividades siguen siendo parte de las responsabilidades la población femenina.   
  Las  mujeres empresarias siguen padeciendo la brecha de género, la apertura y la  interdependencia de los mercados que ha generado la globalización no ha  significado una mayor posibilidad de crecimiento internacional de las empresas  creadas por mujeres, ellas tiene obstáculos para financiarse y fusionarse con  otras (OCDE, 2018). 
  En cuanto a la compatibilidad de su rol como  empresarias y responsables del hogar, por el número de horas que dedican a la  actividad empresarial, el sacrificio es enorme para atender los oficios de la  casa y el cuidado de sus hijos, sin que les quede mucho tiempo para otras  actividades (ocio creativo, dedicación a la lectura, viajes, deporte, vida  social y compartir con su cónyuge, entre otras), (Berdugo  & Gutiérrez, 2015:169).
Elementos que impulsan el emprendimiento  femenino
  La  revisión bibliográfica y el análisis de los datos estadísticos permitió  identificar algunos de los factores más relevantes que contribuyen a la  creación y permanencia de nuevos negocios liderados por mujeres, es importante  que los actividades y esfuerzos de las políticas públicas conozcan y reconozcan  las condiciones, necesidades y motivaciones que la población femenina tiene y  que la impulsan a crear sus propias empresas esperando que lo estos  emprendimientos puedan sobrevivir y crecer a través del tiempo, para que tengan  un verdadero impacto en el crecimiento y desarrollo del país. 

Figura  3. Características de las mujeres emprendedoras en México, 2019 
  Fuente:  Elaboración propia a partir de INMUJERES, 2019
1) Acceso a financiamiento
Dentro de las barreras para el emprendimiento, destacan las dificultades para conseguir financiamiento, “los intereses son muy altos, si de financiamiento se refiere, los impuestos y las obligaciones laborales constituyen una pesada labor para el emprendedor” (Amaru, 2008:7).
El sistema financiero en el país tiene características que afectan particularmente a las mujeres, en primer lugar los bancos se han concentrado en otorgar créditos para el consumo, en segundo, excluyen a varios sectores de la población, a las pequeñas empresas y a personas con bajos ingresos, además los servicios financieros resultan costosos, debido a las altas tasas de interés y elevadas comisiones que cobran, esto agudiza las dificultades para obtener préstamos para la población en general y para las mujeres en particular, principalmente aquellas que requieren de recursos para iniciar o desarrollar sus empresas, (OCDE, 2018; CEPAL, 2016).
  Resulta  imperativa la regulación financiera por parte de la autoridades gubernamentales  que permita el acceso al financiamiento a las mujeres emprendedoras, además  conocer la realidad de dichas mujeres ayudará al diseño de políticas públicas encaminadas  a este fin, es necesario que las emprendedoras puedan recibir capacitación en  todo lo relacionado con los servicios financieros, el ahorro, las inversiones, el  riesgo, las tecnologías digitales, entre otros temas vinculados con las  administración y finanzas de los negocios.   Esto contribuirá para que la esperanza de vida de los emprendimientos se  amplié, comúnmente los recursos que utilizan para crear los negocios son  propios o buscan préstamos o socios con gente cercana como amigos o familiares,  lo cual reduce el margen en la toma de decisiones, ya que estos recursos  regularmente son pequeños. En pocas palabras se debe impulsar la  profesionalización de estas empresas. 
2) Habilidades y conocimientos
Las propuestas o programas de emprendimiento para las mujeres deben estar relacionadas con su cultura, su cotidianidad y con los recursos materiales y naturales con lo que cuenten (Maldonado, Lara & Maya, 2016; Alvares, 2013).
  Mora, Meli & Astete, (2018:50) realizaron una investigación sobre las  experiencias de participar en emprendimientos de mujeres mapuche en Chile y de  mujeres mayas en México, las primeras indicaron que los programas  gubernamentales de emprendimiento en muchas ocasiones no se vinculan con su  vida cotidiana ni con sus conocimientos, ellas por ejemplo se denominan gente  de mar, por lo que sus interés se encuentran en la explotación de productos  marinos, tejidos con telar o productos afines con sus conocimientos  medicinales, no obstante les ofrecieron emprendimientos relacionados con la  crianza de ovinos, actividad que tuvieron que aceptar. En el saco de las  segundas, las mujeres mayas, también reconocen las habilidades que tienen para coser,  bordar y trabajar la tierra como parte de sus conocimientos ancestrales, los  que pueden ser utilizados en los emprendimientos. 
  Se debe  hacer el esfuerzo, principalmente en el caso de mujeres de comunidades rurales,  de que los programas de impulso a emprendimientos consideren los intereses,  inquietudes y conocimientos que las mujeres tengan y que las motive a  participar en la creación de empresas, es cierto que esto es un tema complejo  porque no se trata solo de producir, la parte de comercialización es muy  importante, lo que se produzca debe tener demandan, hacer compatibles estos  puntos, es tarea de la política pública. 
3) Acompañamiento
El impulso de emprendimientos productivos de mujeres, principalmente de aquellas que se encuentran en una situación socioeconómica precaria debe provenir de aliados estratégicos como los llama Alvares (2013), que es una persona que tenga como característica principal el liderazgo, elemento fundamental para hacer posible la creación de un negocio. Para muchas mujeres es difícil dar el primer paso para la creación de una empresa, la falta de confianza, la educación insuficiente, el exceso de trámites y gestiones a realizar, la escasez de dinero y la demanda de tiempo que se invierte en las labores de casa, son una serie de obstáculos que enfrentan, por ello es necesaria la capacitación continua y el acompañamiento durante el tiempo que sea necesario para el nacimiento y la madurez del emprendimiento, para que después puedan continuar ellas solas, (Rodríguez, 2013; Cisneros, Meza & Meza, 2016; Maldonado, Lara & Maya, 2016).
  Robinson, Díaz-Carrión & Cruz, (2019:103),  indican que “el acompañamiento requiere centrarse en la empatía, la capacitación  constante y el logro equilibrado de avances en las dimensiones consideradas en  el empoderamiento: económica, personal, familiar y sociocultural, en la esfera pública  y privada”.
  Por lo tanto, la gestación y desarrollo de emprendimientos productivos  deben estar encabezados por aliados estratégicos que podría ser algún  representante de las autoridades locales, alguna persona física o moral,  organizaciones civiles o representantes de la iglesia, (Alvares, 2013), que  puedan guiar o encaminar a las mujeres para que tomen la decisión de emprender.
4) Entorno económico y programas públicos
El apoyo de programas públicos y de instituciones gubernamentales es un elemento importante para emprender y desarrollar un nuevo negocio, uno de los retos más grandes para los micro negocios liderados por mujeres es que en el largo plazo puedan sobrevivir y fortalecerse, en esto los programas públicos juegan un papel importante al otorgarles no solo financiamiento, sino apoyo en diversos ámbitos y áreas relacionadas con el negocio y con el empoderamiento de las empresarias, aspectos que van desde cuestiones administrativas y toma de decisiones hasta aquellos relacionados con la autoestimada de la empresarias, entre muchas otras cosas.
Una situación que se olvida en el diseño y aplicación de los programas públicos es que los procedimientos, trámites y obligaciones que deben cumplirse para poder participar en las convocatorias sean perfectamente comprensibles para la población objetivo. En algunas ocasiones se pide que se elabore un plan de negocio y ya se ha dicho que los emprendimientos son micro negocios que en su mayoría están en la informalidad y sus dueñas tienen bajo nivel educativo, entonces es innegable que será poco fácil que puedan cumplir con todos los requisitos que se piden para participar en algún programa gubernamental y no necesariamente porque no los tengas, simplemente porque no saben cómo hacerlo.
  Rodríguez, Baños, Saiz, Valencia, Muñiz, & Flores, (2017:52)  realizaron un estudio sobre el ecosistema de emprendimiento en Jalisco, México,  aplicando la metodología del Monitor Global de Emprendimiento (GEM),  encontraron, entre otras cosas que los apoyos que otorga el gobierno a las  empresas van destinados a negocios que tengan un mínimo de años en operación,  excluyendo a los emprendimiento que apenas comienzan y a esto se le sema que  los trámites administrativos para participar en las convocatorias para obtener  recursos públicos son demasiado burocráticos.
  Las políticas públicas que estén destinadas a apoyar e impulsar el  emprendimiento femenino deben buscar subsanar desventajas, apoyar su  crecimiento, aminorar los efectos negativos de los cambios en las variables que  escapan al control de las empresarias, para que esto sea posible es necesario  conocer los problemas reales que enfrentan las mujeres en el mercado de trabajo  y en su cotidianidad social, cultural, económica y política. 
  Una vez que se conocen las problemáticas que enfrenta el emprendimiento  femenino es posible diseñar soluciones e identificar áreas de oportunidad,  donde la política pública puede actuar siendo reactiva, proponiendo soluciones  a las necesidades, y proactiva, al definir objetivos claros de conducción de la  evolución en la creación de empresas lideradas por mujeres. 
  Además, el impulso al emprendimiento no solo femenino, en general de la  población, requiere que el diseño de las políticas públicas este enmarcado  dentro del entorno económico nacional e internacional, que es cada vez más  complejo e incierto, y que los países en desarrollo son cada vez más  vulnerables ante los cambios de este entorno, por tal motivo es imperativo que  se haga un esfuerzo por establecer un vínculo entre las necesidades de  estabilidad macroeconómica y los requerimientos de las emprendedores. El  entorno económico se define como el conjunto de variables macroeconómicas,  inflación, tasas de interés, tipo de cambio, precios internacionales, cuyo  comportamiento crea escenarios concretos de corto plazo que afectan el ahorro,  la inversión, la balanza de pagos, las reservas internacionales, el empleo, el  PIB, la demanda agregada, y todo ello impacta de manera importante en el desarrollo  y crecimiento de un país y por lo tanto en la creación, permanencia y  crecimiento de nuevas empresas. 
  A los diferentes agentes económicos, las autoridades (en sus diferentes  niveles) deben proveerle escenarios con los mayores niveles de certidumbre,  para que ellos puedan enfrentar no solo el presente inmediato, también para que  sean capaces de adelantarse al futuro próximo, de tal manera, que los efectos  adversos de desequilibrios nacionales e internacionales no causen en ellos  estragos mayores.
V. REFLEXIONES FINALES
Este trabajo muestra que es imperativo fortalecer la capacidad emprendedora de las mujeres, facilitándoles información, intercambio de experiencias, capacitándolas para la creación de alianzas comerciales, dándoles asesoría técnica y administrativa para la gestación y desarrollo de negocios.
  La  información, seguimiento y análisis continuo de los resultados del emprendimiento  femenino deben ser también elementos que permitan la continua retroalimentación  y evaluación de las políticas públicas orientadas a tal fin y de su valor  añadido.
  Las  mujeres cuentan con habilidades y conocimientos que han sido adquiridas a lo  largo de su vida de manera formal e informal, las cuales pueden convertirse en  capacidades productivas aunadas a los recursos monetarios y materiales que  pueden tener, lo que representa una combinación que puede dar pie al nacimiento  de un emprendimiento que permita generar autoempleo y empleo, lo cual puede  tener un efecto positivo en el desarrollo de una región o comunidad, para ello  es necesario que se apoye a las emprendedoras pero mirando el contexto real en  el que viven. 
  Los emprendimientos  femeninos debe surgir en un entorno que los encamine a la profesionalización de  los mismos, considerando que muchas de las empresarias necesitan ser  acompañadas en diversas áreas de su quehacer empresarial y personal, este  último elemento es relevante porque implica encaminar a las mujeres hacia el  empoderamiento, lo que les permitirá ser más autónomas y seguras en la toma de  decisiones. 
  En el  diseño y aplicación de las políticas públicas encaminadas a apoyar el  emprendimiento de las mujeres, se deben considerar las condiciones en las que  se encuentra la población femenina a la que se quiera motivar para emprender. Además,  con respecto a las mujeres que ya son empresarias, se olvida analizar las  motivaciones que hayan tenido para iniciar su propio negocio, esto permitirá  que los programas destinados a ellas tengan mayores efectos positivos en el  desarrollo y esperanza de vida de sus negocios. 
  Pero  tal parece que para los gobiernos en turno es más fácil otorgar pequeños apoyos  para crear micro negocios, muchos de ellos en la informalidad y con escasas  probabilidades de sobrevivencia, sin embargo esto solo tiene mínimos efectos en  el largo plazo. 
  Por último, cabe mencionar que los estudios  sobre emprendimiento femenino deben profundizarse y abordarse de manera  multidimensional incorporando aspectos como género, generación, actividad  económica, clase social, entre otros, que permitan tener una visión más clara y  completa sobre su compleja realidad. No se puede seguir hablando de  emprendimiento, diciendo que a través de él se pueden generar empleos y  crecimiento, si no hay un verdadero compromiso por parte de las instituciones  gubernamentales encargadas de impulsarlo. Hoy más que nunca la generación de  empleos formales y bien remunerados sigue estando en la agenda pública, el  emprendimiento es una opción pero debe asumirse dentro de las condiciones  reales que vive la población trabajadora en el país, especialmente las mujeres. 
  Se trata de que se combine el mercado con un Estado que sea capaz de  promover una economía solidaría, para ello es necesario que se establezcan, por  un lado, los límites de la intervención del Estado en la actividad económica y,  por otro lado, se regule el mercado. 
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