La Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Nariño en cumplimiento con su eje misional de proyección social y como respuesta a los graves estragos que ha dejado la guerra en nuestra región con casi 500 mil víctimas en el departamento de Nariño (escenario que desde las Ciencias Humanas se cataloga como una catástrofe social), decidió articular la "Clínica de Lazo Social" con un "Programa de atención integral, interdisciplinar y permanente, para atención a víctimas y excombatientes del conflicto armado", que incluye atención en salud mental, reconstrucción de memoria histórica y del tejido social.
En este contexto y a partir de la demanda de ayuda a la Universidad de Nariño por parte de algunas organizaciones de víctimas de desaparición forzada, para que interviniera sobre casos urgentes que requerían atención psicosocial a personas afectadas por este hecho victimizante, se convocó al grupo de trabajo a un encuentro en el municipio de Chachagüí con 4 organizaciones, donde se socializó el "Psicodrama" como una propuesta terapéutica de intervención clínica novedosa, que podría ser ejecutada a corto plazo y que ya había sido aplicada con eficacia en cuadros clínicos de neurosis derivados de violencia intrafamiliar. Se trabajó con un grupo de 10 personas víctimas del conflicto que devino en trabajo de grado de 2 estudiantes del Programa de Psicología. Como resultado de la exposición, se convino trabajar con 3 grupos compuestos cada uno por 30 víctimas, donde el primer grupo fue financiado por la Universidad de Nariño, en la actualidad se trabaja con el segundo grupo con financiación de la Alcaldía de Pasto.
En el escenario psicodramático participan 30 víctimas del conflicto armado, 10 cooterapeutas (8 psicólogos, 1 antropólogo, 1 médico), tiene una duración de 3 meses de 12 sesiones. La técnica psicodramática ha permitido en cada sesión construir un escenario de escucha de relatos de las situaciones traumáticas padecidas por las víctimas, luego de esos relatos se inicia un proceso de actuación, dramatización y simbolización del horror narrado, donde cada víctima recuerda, tramita y elabora, un duelo que había quedado en suspenso; finalmente los psicoanalistas hacen puntuaciones e interpretaciones de las escenas dramatizadas.
La experiencia clínica con los grupos de víctimas trabajados ha mostrado diagnósticos compatibles con afectaciones a la salud mental tales como, ansiedad, angustia, depresión, estrés postraumático y estados profundos de melancolía. Además, en el proceso psicodramático se evidenció que los participantes tenían otras formas de victimización como la tortura, violencia sexual, desplazamiento forzado y secuestro; en estos casos la técnica psicodramática también mostró eficacia simbólica y terapéutica.
El resultado obtenido de esta labor clínica produjo en la gran mayoría de víctimas efectos de reparación, alivio en su alma, capacidad de perdón a sus victimarios, elaboración del duelo simbólico por sus seres queridos, conciliación del sueño y como mayor efecto terapéutico la desvictimización y la recuperación de su dignidad humana.