De acuerdo con varias publicaciones académicas, se sabe que la
salud bucal puede
contribuir a varias enfermedades y afecciones sistémicas del
cuerpo humano, debido
al desplazamiento directo de bacterias y toxinas a otros órganos
del cuerpo humano
desde la boca. Entre esas patologías se documentan: endocarditis
(patología del
endocardio) que ocurre cuando las bacterias u otros gérmenes de
la boca, se
propagan vía torrente sanguíneo hasta adherirse en el
endocardio; la enfermedad
cardiovascular, que se debe a que en algunos casos, los
accidentes
cerebrovasculares son relacionados con la inflamación y las
infecciones que las
bacterias bucales pueden causar; complicaciones durante el
embarazo y el parto
como el parto prematuro y el bajo peso al nacer, que se
relacionan con la
periodontitis; neumonía y otras enfermedades respiratorias
propiciadas por
bacterias presentes en la boca que son desplazadas hacia los
pulmones; mayores
problemas bucodentales de las mucosas en las personas que
padecen Virus de
Inmunodeficiencia Humana/Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida
(VIH/SIDA); la
osteoporosis, por el debilitamiento óseo y pérdida de hueso
periodontal y dientes;
la conexión bucal con infecciones respiratorias (neumonía,
Enfermedad Pulmonar
Obstructiva Crónica -EPOC- y desencadenantes del asma); y con
otras más
(trastornos alimentarios, artritis reumatoide, cáncer,
trastornos del sistema
inmunitario como el síndrome de Sjögren) se han sugerido
asociaciones
causales15-17.
Pero, hoy, siguiendo otra hipótesis de trabajo, los estudios más
recientes
apuntan a demostrar esa asociación mediante mecanismos
fisiopatológicos concretos
y no meramente por infección directa. Así, Montero et
al.,18
estudian la
relación entre la periodontitis y el síndrome metabólico,
concluyendo además que
el tratamiento de la enfermedad periodontal reduce el riesgo
cardiovascular.
También la Academia Americana de Periodontología (AAP), en
colaboración con la
Federación Europea de Periodontología (EFP), a través de
informes del Consenso,
documentan la conexión periodontal sistémica con la diabetes, la
enfermedad
cardiovascular, entre otras19.
Ahmad et al.,16 resumen la
asociación de enfermedad
periodontal así: “una
asociación de diferentes enfermedades sistémicas fue documentado
en varias
ocasiones, incluyendo enfermedades cardiovasculares, renales,
problemas
relacionados con el embarazo, enfermedades relacionadas con las
articulaciones,
enfermedades respiratorias, predisposición oncológica, accidente
cerebrovascular y
diabetes”. Otros estudios científicos también vinculan las
enfermedades
bucodentales con la diabetes20, las
cardiopatías, la
arteriosclerosis, e
hipertensión21; la
enfermedad
cardiovascular21-23;
la
enfermedad periodontal
con enfermedad perinatal y bajo peso al nacer24;
conexiones con enfermedad renal
y artritis reumatoidea25, hasta con
el lupus eritematoso
sistémico. También se
explora la asociación fisiopatológica entre las enfermedades
bucales y la
patología mental y neurológica (siquiátricas, Alzheimer,
parkinson), aunque con un
bajo nivel de evidencia15, esto
debido al proceso
inflamatorio encefálico a
causa de las bacterias, provenientes de embolias, infarto del
miocardio, trombosis
y otras enfermedades cardíacas, en relación con la
periodontitis.
La enfermedad cardiovascular. Se ha avanzado en la hipótesis
infecciosa de la
aterosclerosis, desencadenando los mecanismos inflamatorios
fisiopatogénicos de la
enfermedad coronaria (riesgo de enfermedades cardiovasculares).
Con esta lógica,
la periodontitis es señalada como un factor de riesgo para el
desarrollo de la
enfermedad cardiovascular debido a las citoquinas de respuesta
hiper-inflamatoria
del huésped por largos periodos de tiempo. Aunque una revisión
encuentra una
asociación débil entre las enfermedades cardiovasculares y la
periodontitis
apical22, otros
estudios de
causalidad han podido
concluir sobre la inflamación
sistémica, debida a la periodontitis, como un factor de riesgo
coadyuvante en la
enfermedad cardiovascular23. También
se observó una
relación causal entre la
periodontitis y la presión arterial alta, a través de un ensayo
clínico21.
Alzheimer y periodontitis. La inflamación de las encías afecta
las capacidades
cognitivas15. Por
ejemplo, se ha
encontrado asociación
del Porphyromonas
gingivalis de la encía, con la afección neurodegenerativa del
Alzheimer (también
con el herpes simple tipo I). Se describe una relación
bidireccional entre
alzheimer y enfermedad periodontal26.
Los estudios
indican que existe asociación
entre la aceleración de la aparición de la enfermedad de
Alzheimer y la
periodontitis27, un
nuevo y
documentado factor de riesgo
para la demencia. Las
bacterias periodontales, como P. gingivalis, estarían detrás de
estos procesos
inflamatorios que comprometen el cerebro28.
Embarazo y salud bucal. Las infecciones bucodentales conllevan a
resultados
adversos en el embarazo24, algunos
estudios concluyen
que el tratamiento dental
de las mujeres embarazadas tiene un efecto beneficioso sobre la
prolongación del
embarazo al disminuir la tasa de prematuridad y complicaciones
perinatales29;
durante este período fisiológico se puede presentar un deterioro
de la salud bucal
por las adaptaciones fisiológicas y hormonales mismas, trayendo
un incremento de
las caries y de la gingivitis. También esas patologías pueden
afectar la salud del
futuro bebé, en el caso de la madre, el incremento de
gonadotropinas expone a la
embarazadas a mayores vómitos y a erosionar algunos de los
tejidos dentarios como
en el caso del esmalte; el incremento de los estrógenos y la
progesterona trae
mayor predisposición a las gingivitis. En los niños, las caries
y la mala oclusión
pueden ser determinantes de otra serie de patologías que afectan
al organismo como
un todo, o a alguno de los órganos relacionados con la boca. Las
mismas bacterias
de origen bucal, se han encontrado en otros órganos sistémicos
como la placenta.
El tratamiento de la enfermedad periodontal reduce el parto pre
término, la
mortalidad perinatal y el bajo peso al nacer. De otro lado, se
encuentran factores
protectores como la lactancia materna para la protección de la
salud general y la
salud bucal24.
Adicionalmente, se ha descrito una significativa asociación entre
periodontitis,
artritis reumatoide y síndrome metabólico18. Una
revisión sistemática ha
encontrado que la actividad de la artritis reumatoide es
significativamente mayor
en pacientes que padecen periodontitis crónica y disminuye con
el tratamiento
periodontal no quirúrgico. Sugiere que existe una relación
significativa entre la
gravedad de la periodontitis y la artritis reumatoidea25.
Diabetes mellitus. Un estudio, meta-análisis sugiere “que podría
haber un factor
fisiopatológico común entre la periodontitis apical y la
diabetes mellitus, pero
se necesitan más estudios prospectivos para investigar la
asociación entre estas
dos enfermedades”20;
otros autores
han documentado un
mayor incremento de la
enfermedad de las encías, más frecuente y más grave en los
diabéticos17, en una
relación biunívoca explicable debido a que la periodontitis
“produce una elevación
en los mediadores pro inflamatorios, produciendo una exacerbada
respuesta a la
insulina.” También se sugiere una asociación entre la
retinopatía diabética y la
periodontitis30.
De otro lado, algunos análisis establecen asociaciones de las
infecciones e
inflamaciones bucodentales, con algunos tipos de cáncer, como el
cáncer de pulmón;
sobre esta relación Wang et al.,31 en
una revisión
sistemática demostraron una
asociación significativa entre la enfermedad periodontal y la
incidencia de cáncer
de pulmón, posiblemente condicionado por otros riesgos como el
consumo de alcohol
y la diabetes.