El modelo logístico resumen identificó al embarazo en niñas y
adolescentes (10-19 años) como factor de riesgo para el BPN
(OR=7,79,
IC90%=2,61-23,23), lo cual coincide con estudios previos, uno
de ellos
realizados en Etiopía que demostró que las mujeres con edades menores a
20 años presentaban 3 veces más riesgo de BPN (OR=3,0,
IC95%=1,65-5,73)14.
El incremento en el IMC y en las semanas de gestación, resultaron ser
factores protectores, en una revisión sistemática realizada en el 2018,
los investigadores concluyeron que el IMC está positiva y
significativamente relacionado con el peso al nacer, encontrando que las
madres que comienzan la gestación con bajo peso, tienen un mayor riesgo
de concebir niños con BPN, al igual que las mujeres obesas y con
sobrepeso tienen un mayor riesgo de tener hijos macrosómicos15.
Variables biológicas con serología reactiva al inicio y al final de
embarazo y antecedente de infección de vías urinarias no se relacionaron
con BPN, hallazgo que pudo ser afectado por el subregistro de datos en
el CLAP, ficha que era valorada en el estudio, la mayoría de las
maternas eran remitidas y no se contaba con la historia clínica materna
completa.
La infección vaginal por su parte, resultó ser un factor de riesgo para
BPN, hallazgo reportado por otros investigadores, como el estudio
realizado en Santiago de Cuba, el cual mostró que una de las
enfermedades más frecuentes durante la gestación y que incidió
mayormente en el BPN en el grupo de casos fue la infección vaginal con
62,5% de ocurrencia6.
Aunque en la presente investigación se identificó una prevalencia alta
de infección vaginal (19%), no a todas las madres se les realiza
tamizaje para estreptococo del grupo B y aunque la Guía de Práctica
Clínica para la Detección Temprana de Alteraciones del Embarazo de
MSPS16 establece que toda
muestra debe ser enviada al
laboratorio de control, el personal de salud que realiza los controles
prenatales, no ordena los laboratorios completos, y si es remitida la
gestante en muchas oportunidades no se le toma la muestra vaginal, y
algunas gestantes no regresan por el resultado. El estudio de Etiopía
también menciona que los problemas de salud durante el embarazo generan
alto riesgo de BPN (OR=6,3, IC95%=2,75-14,48)14.
En cuanto a las variables del estilo de vida, el nivel educativo resultó
estadísticamente significativa en el análisis multivariado y solo el
nivel primaria quedó en el modelo integrado, siendo mayor la fuerza de
asociación cuando este nivel no se culmina (primaria incompleta), la
educación se relaciona con muchas condiciones importantes asociadas al
embarazo, como el acceso a métodos de planificación familiar y
asistencia a controles prenatales17.
Un estudio realizado en hospitales del Ministerio de Salud de Perú,
reportó que el
nivel educativo analfabeta/primaria se relaciona con BPN (OR=1,4,
IC95%=1,31-1,50)18. Por su
parte, una investigación
realizada en población italiana reportó que tener educación superior fue
un factor protector contra la ocurrencia del BPN (OR=0,78; IC 95%
0,70-0,81)19.
La única variable relacionada con los servicios de salud que quedó
incluida en el modelo resumen, fue la afiliación al régimen subsidiado,
identificándose como factor de riesgo. En Colombia la afiliación a este
régimen predomina en poblaciones con bajas condiciones socioeconómicas,
lo cual, a su vez, puede favorecer la suma de múltiples factores como
ingresos económicos bajos, estilos de vida inadecuados, pocos cuidados
prenatales, deficiente situación laboral y cuidados médicos en general,
entre otros20. Un estudio que
analizó datos de cuatro cohortes de gestantes, en Brasil, encontró que
en todas las cohortes de nacimientos, las madres más pobres tenían
mayores probabilidades de tener neonatos con bajo peso al nacer o
pequeños para la edad gestacional21. En Colombia, entre 2002 a 2011, se
encontró que las mujeres con mayor probabilidad de tener un recién
nacido con BPN, fueron las pertenecientes al régimen subsidiado
(OR=1,10, IC95%=1,07-1,09)3.
Una variable que no fue incluida en el modelo resumen, pero que es muy
importante analizar fue la asistencia al control prenatal. Esta variable
resultó estadísticamente significativa en el modelo de regresión lineal
de los servicios de salud (modelo 3). Se identificó que a mayor
asistencia al CPN, menor riesgo de BPN; según la Guía de Práctica
Clínica16 los CPN deben
iniciar en el primer trimestre del embarazo, por lo tanto, entre mayor
sea el contacto con los servicios de salud, de manera oportuna, más
rápido se podrá diagnosticar y tratar enfermedades que pongan en peligro
la vida de la madre y del neonato.
Un estudio realizado con 751 adolescentes atendidos en un Hospital
Público de Rio de Janeiro encontró que entre los determinantes asociados
a BPN, está tener menos de 6 consultas prenatales (OR=4,29,
IC95%=1,55-11,83)22.
Un estudio realizado en
Colombia, encontró una asociación entre la inasistencia a control
prenatal y mayor probabilidad de BPN (OR=1,90,
IC95%=1,88-1,97)3.
Esta investigación permitió identificar los principales factores
relacionados con el BPN en la población atendida en el HUDN; sin
embargo, es importante considerar algunas limitaciones del mismo; por
ejemplo, el sesgo de memoria, común en los estudios de casos y controles
el cual genera la posibilidad de que los controles recuerden menos los
eventos pasados, comparados con los casos, por lo cual además de la
encuesta la información relacionada con la atención en salud fue
verificada en la historia, aunque variables como los antecedentes
familiares pueden continuar viéndose afectadas.
Por otra parte, tal como lo declara el sesgo de Berkson23, es posible que las mujeres
que tienen partos institucionales pueden no ser representativas de la
población general, teniendo en cuenta que en el departamento de Nariño
existe un alto porcentaje de población indígena, y rural cuyos partos
suelen ser atendidos por parteras. Es importante considerar que la
mayoría de las mujeres pertenecían a estratos bajos, lo cual representa
a la población que en general es atendida en el HUDN, pero no quiere
decir que represente el mayor porcentaje de estrato socioeconómico de
los habitantes de la ciudad de Pasto, por lo tanto, es difícil aplicar
los hallazgos de este estudio a poblaciones diferentes a las estudiadas.
Si bien existen múltiples estudios que ya han explorado los factores de
riesgo asociados al BPN, entre los que se encuentran: edad materna,
multiparidad, bajo nivel educativo, pobreza, mujeres solteras,
inadecuado control prenatal3-5,14,18-22, infecciones del tracto genitourinario,
anemia, preeclampsia, ruptura prematura de membranas6, malnutrición materna, entre otros
determinantes sociales y ambientales de la salud7,15, las autoridades
sanitarias del nivel municipal, departamental y nacional deberían
insistir en la planeación de los servicios ofertados, a partir de un
enfoque diferenciado, basado en los riesgos detectados en la población
local, debido a que existen diferencias importantes entre los
territorios sociales.
Las políticas públicas de alguna forma han tenido desaciertos ya que van
dirigidas a todo un país, sin tener en cuenta las particularidades
locales y el efecto de las características sociales, culturales y
demográficas, y que la prevalencia de los factores de riesgo está
relacionada con las mismas, por tanto, actúan de manera diferente entre
regiones.