Como citar:
Forero-Ballesteros LC, Forero-Torres AY. Concordancia entre criterios de
clasificación nutricional en adultos mayores, Colombia. Univ Salud. 2022;
24(2):124-34. DOI:
https://doi.org/10.22267/rus.222402.266.
Resumen
Introducción: El envejecimiento es un proceso irreversible
que genera aumento permanente de la población de 60 o más años. Esta
población vulnerable, vive en condiciones de discapacidad, abandono, falta
de atención y presenta enfermedades asociadas con su estado nutricional,
esto hace necesario determinarlo de forma adecuada.
Objetivo: Analizar la concordancia entre diferentes
criterios de clasificación nutricional según el Índice de Masa Corporal, a
partir de una encuesta poblacional de envejecimiento, Colombia 2015.
Material y métodos: Se utilizaron cuatro criterios y la
concordancia entre las categorías del estado nutricional. Se calculó con los
índices de Kappa directo y ponderado.
Resultados: Las concordancias fueron moderadas y buenas, la
menor proporción de bajo peso (3,4%) se obtuvo utilizando el criterio
Organización Mundial de la Salud y la más alta (22,6%) con Organización
Panamericana de Salud (p<0,05). El bajo peso se incrementa a
medida que aumenta la edad, mientras el exceso de peso disminuye.
Conclusiones: La clasificación nutricional cambia según el
criterio y puntos de corte, el de la Sociedad Española de Nutrición
Parenteral y Enteral, tuvo la mayor concordancia comparado con el de la
Organización Mundial de la Salud y mejor capacidad para detectar deficiencia
nutricional en la población adulta mayor.
Palabras clave:Índice de masa corporal; evaluación
geriátrica; evaluación nutricional; estado nutricional.
Abstract
Introduction: Aging is an irreversible process that
generates a permanent increase in the 60 and older population. This
vulnerable population lives in conditions of disability, neglect, lack of
attention, and they present with illnesses related to their nutritional
status, which is why it is necessary to understand it fully.
Objective: To analyze the accordance between different
criteria of nutritional classification according to the Body Mass Index,
using an aging population survey, Colombia 2015.
Materials and methods: Four criteria were used as well as
accordance between categories of nutritional status. Direct and weighted
Kappa indices were calculated.
Results: The accordance was moderate and good, the lowest
proportion of low weight (3.4%) was obtained using the World Health
Organization criteria and the highest (22.6%) with the Pan American Health
Organization (p<0.05). Low weight is increased as one ages,
while excessive weight decreases.
Conclusions: Nutritional classification changes depending
on the criteria and cut-off points. The criteria of the Spanish Society of
Parenteral and Enteral Nutrition had the highest accordance with the World
Health Organization and the best capacity in detecting nutritional
deficiency in the older adult population.
Keywords:Body mass index; geriatric assessment;
nutrition assessment; nutritional status.
Introducción
El envejecimiento humano es un proceso multidimensional, que podría
considerarse un logro en una etapa de la vida donde debe garantizarse el
disfrute del resultado del trabajo, los derechos, las condiciones de
protección social y participación, así como una buena calidad de vida;
por otro lado, la vejez es irreversible y evidencia una transición
demográfica de aumento permanente de la población de 60 o más años,
considerada adulta mayor, que trae consigo cambios biológicos y
psicológicos de los individuos en interacción continua con la vida
social, económica y cultural de las comunidades1.
Según datos del informe del departamento de asuntos económicos y sociales
de las naciones unidas 2017, “Perspectivas de la población mundial”, se
espera que a nivel mundial el número de personas mayores, pase de 962
millones en 2017 a 2100 millones en 2050, y en Latinoamérica de 78
millones en 2017 a 198 millones en 20502. En Colombia esta población pasó de 3,8
millones en 2005 a cerca de 6 millones en 2018 y se espera que en 2050
llegue a 15 millones de personas3. Según las cifras preliminares del censo
2018, en los últimos 50 años los adultos mayores aumentaron de 4,9% a
13,4%4.
Ante esta situación surgen los estudios de Salud Bienestar y
Envejecimiento, que representan un hito en el campo del envejecimiento
de la población en América Latina y el Caribe y proporcionan información
para estudiar en detalle el fenómeno del envejecimiento5. En el caso de Colombia la
Encuesta Nacional de Salud Bienestar y Envejecimiento (SABE) es un
estudio integral y multidisciplinario de la población adulta mayor que
logró una gran muestra poblacional en todo el territorio nacional, que
permite una aproximación a los determinantes del envejecimiento activo y
sus resultados contribuyen a informar las políticas públicas destinadas
a abordar las desigualdades en salud para la sociedad que envejece6, además, explora y evalúa
interdisciplinariamente y en profundidad, diversos aspectos que
intervienen en el fenómeno del envejecimiento y la vejez de la
población. El Estudio Nacional de Salud, Bienestar Y Envejecimiento
(SABE) Colombia, es una encuesta de hogares, de corte transversal, con
un enfoque metodológico cuantitativo y cualitativo, con muestreo
probabilístico y polietápico de conglomerados, con cobertura y
representatividad nacional, en las áreas urbano y rural, y para seis
grandes regiones7.
Estos estudios también han identificado que la población adulta mayor es
muy vulnerable, vive con condiciones de discapacidad, abandono y falta
de atención8, además, puede
presentar una serie de enfermedades agudas y crónicas que con frecuencia
están asociadas con su estado nutricional; el cual es importante
determinar de una forma adecuada, como parte de la evaluación global de
los adultos mayores, ya que es un indicador del estado de salud9.
Sin embargo, medir el estado nutricional en el adulto mayor tiene unas
particularidades debido a la alteración de la composición corporal por
una disminución de la estatura y la masa muscular y aumento de la grasa
corporal (sarcopenia)10,
además, de pérdida de la fuerza, dificultades en la postura por
encorvamiento y desgaste de los discos intervertebrales11. Estas situaciones hacen
que sea muy importante clasificar adecuadamente el estado nutricional y
aunque el Índice de Masa Corporal (IMC), no es el índice más preciso por
los cambios en la composición corporal mencionados, es uno de los más
utilizados para realizar el tamizaje nutricional del adulto mayor.
Para la clasificación del estado nutricional de adultos mayores según el
IMC existen diferentes criterios y puntos de corte, en la encuesta SABE
Colombia se utilizó el criterio de la Organización Mundial de la Salud
(OMS)12, el cual es el más
utilizado para población adulta; sin embargo, para la población adulta
mayor existen otros criterios como el de LIPSCHITZ 199413, que propuso un límite para
mayores de 65 años, el de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y
Enteral (SENPE)11 y el de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) 2002, que se definió en la
guía clínica para atención primaria y es una clasificación para mayores
de 59 años14 este mismo es
utilizado en Chile15.
Debido a la variedad de criterios disponibles en la literatura, la
población de 60 o más años, puede ser clasificada en una categoría
diferente de estado nutricional, dependiendo de los puntos de corte del
criterio seleccionado, por lo anterior, este estudio analizó la
concordancia entre diferentes criterios de clasificación nutricional
según el IMC, a partir de información obtenida en la Encuesta SABE
Colombia 2015, con el fin de generar información que permita orientar
recomendaciones del más adecuado para realizar la clasificación del
estado nutricional de esta población vulnerable.
Materiales y métodos
Se realizó un análisis secundario de la SABE Colombia 2015, utilizando la
base de datos anonimizada suministrada por el Ministerio de Salud y
Protección Social16, con una
muestra final compuesta por 23.694 adultos mayores17. Para este estudio las medidas
antropométricas utilizadas fueron el peso corporal en kg y la altura de
rodilla en cm. Se realizó una depuración de la base de datos, teniendo
en cuenta que todos los individuos tuvieran las medidas antropométricas
requeridas, por lo cual se descartaron 1.569 registros (6,6%)
correspondientes a datos nulos o que según la documentación de la
encuesta se consideraban “no aplica”; de esta forma la muestra final
para este análisis fue de 22.125 adultos mayores (hombres 9.479 y
mujeres 12.646); dicha depuración no implica sesgos, ni afectó el
análisis, ya que se excluyeron sólo los registros sin datos en las
variables de estudio.
Teniendo en cuenta que en la SABE se tomaron dos medidas del peso
corporal, se calculó la media aritmética de las dos mediciones, en el
caso de la talla se obtuvo por la altura de rodilla que se calculó de
acuerdo con la ecuación desarrollada por Chumlea et al.18, según sexo y edad, así:
El IMC se determinó según la ecuación:
Para la clasificación del estado nutricional a partir del IMC, se
utilizaron cuatro criterios12-15, con los siguientes punto de corte para
las categorías: bajo peso, normal, sobrepeso y obesidad:
OMS: Bajo peso <18,5; Normal
≥18,5 a <25; Sobrepeso ≥25,0 a <30; Obesidad ≥30,0.
LIPSCHITZ: Bajo peso <22,0;
Normal ≥22,0 a <27,0; Sobrepeso ≥27 a ≤32,0; Obesidad
>32,0.
OPS - CHILE: Bajo peso ≤23,0;
Normal >23 a <28; Sobrepeso ≥28 a <32; Obesidad
≥32,0.
SENPE: Bajo peso <22,0;
Normal ≥22 a <27; Sobrepeso ≥27 a <30; Obesidad
≥30,0.
Además, se definió el exceso de peso como la suma del sobrepeso y la
obesidad.
Análisis estadístico
Para el análisis de datos se utilizó Stata versión 12 y los
paquetes survey, irr y KappaGUI del
software R (The R Project for Statistical
Computing) versión 3.5.3.19. A través de un procedimiento
complejo de análisis de muestras20, se calcularon proporciones e
intervalos de confianza al 95%, así como medidas de tendencia
central y dispersión, ajustadas por el diseño de la encuesta. La
normalidad se evaluó mediante la prueba de
Kolmogorov-Smirnov y por su distribución las variables
continuas se presentaron como mediana y rango intercuartílico
(IQR), para las comparaciones estadísticas se utilizó U de
Mann-Whitney y las proporciones en variables
categóricas se compararon con el estadístico jí‐cuadrado
(X2)21. Se utilizó un nivel de
significancia o error tipo I de 0,05 para las pruebas de
Hipótesis.
Teniendo en cuenta que las categorías de estado nutricional entre
los criterios, pueden presentar una asociación que obedece en
parte a la definición de las mismas, se compararon cada uno de
los criterios con un aspecto externo, en este caso una condición
del estado de salud, que correspondió, a las dos enfermedades
crónicas más prevalentes en la encuesta.
Se estimó la sensibilidad y la especificidad entre el exceso de
peso y las enfermedades, en cada criterio de clasificación del
IMC. La sensibilidad se definió como el porcentaje de adultos
mayores clasificados con exceso de peso y con presencia de la
enfermedad (verdaderos positivos). La especificidad se definió
como el porcentaje de adultos mayores clasificados sin exceso de
peso y con ausencia de la enfermedad (verdaderos negativos).
Se realizaron modelos de regresión logística simple, para
predecir las condiciones de salud definidas, de esta forma, la
variable dependiente fue la hipertensión o la diabetes y la
independiente las categorías del IMC de cada uno de los
criterios, utilizando la categoría de normalidad como
referencia. Se utilizó el Criterio de Información Bayesiano
(BIC, por sus siglas en ingles) para comparar los modelos.
El grado de acuerdo entre las categorías del IMC para los
diferentes criterios fue hallado aplicando el índice de
concordancia de Kappa propuesto por Cohen22. La estimación por
el índice de Kappa siguió la ecuación:
Donde,
es la proporción de concordancia observada,
es la proporción de concordancia esperada por azar y
representa la probabilidad de acuerdo máxima que se puede
alcanzar una vez descontada la probabilidad atribuible al azar.
Por tratarse de variables con más de una categoría, se calculó
además el índice de Kappa ponderado, que ajusta el
índice según el grado de discordancia entre las diferentes
categorías. Las ponderaciones
se aplicaron en un método lineal y se basaron en
las distancias relativas entre las categorías de clasificación
con
diferencias en valor absoluto y estuvieron dadas por:
Donde
es definido como las ponderaciones de acuerdo y
desacuerdo, i y j indexan las filas y columnas
de
las clasificaciones por los criterios comparados y k es
el
número máximo de clasificaciones posibles. Para el cálculo de la
concordancia ponderada se organizaron las categorías del estado
nutricional según su magnitud (1. Bajo peso, 2. Normal, 3.
Sobrepeso
y 4. Obesidad). También se calculó el Kappa combinado,
que
es el promedio ponderado de los Kappa individuales.
El índice Kappa se interpretó según Landis y Koch22, que califica la
concordancia como: pobre o débil para valores menores a 0,40,
moderada entre 0,41 y 0,60, buena entre 0,61 y 0,80, muy buena
entre 0,81 y 1,0.
Aspectos éticos
La encuesta fue clasificada como de riesgo mínimo, cumplió las
consideraciones éticas vigentes en el país (Declaración de
Helsinki y Resolución 8430/1993 del Ministerio de Salud) incluyó
el consentimiento informado de los participantes y fue avalada
por el comité de ética de la Universidad del Valle (Acta No.
09-014 del 10 de julio de 2014) y del Comité de la Universidad
de Caldas (Acta No. CBCS-021-14 del 24 de septiembre de
2014)8. De acuerdo con
el artículo 11 de la resolución 8430 de 1993, se considera que
este estudio no representa riesgo, ya que es un análisis
secundario de una base de datos de una encuesta poblacional
anonimizada, dispuesta y de acceso público en el Repositorio
Institucional Digital del Ministerio de Salud y Protección
Social y se solicitó siguiendo el procedimiento definido para su
uso16.
Resultados
La mediana de edad fue 68 (±11) con un rango entre 60 y 108 años, que con
los factores de expansión representan 4.977.270 adultos mayores. El
54,4% correspondieron a mujeres sin deferencias estadísticamente
significativas comparado con los hombres, más de la mitad (58,0%) tenía
entre 60 a 69 años con diferencias significativas entre los grupos de
edad. El peso mínimo fue 30 kg y el máximo 150 kg, para la talla fue 120
cm y 187 cm, la mediana de peso y talla por sexo presentaron diferencias
de 6,2 kg (p<0,05) y 10,7 cm (p<0,05),
respectivamente, las cifras de estos son superiores en los hombres
comparado con las mujeres (p<0,05) y van disminuyendo a
medida que aumenta la edad en un promedio de 3,5 kg y 2,3 cm, cada 10
años. Aunque la diferencia entre el IMC de hombres y mujeres es apenas
de una unidad de IMC, sus valores mínimo y máximo fueron distintos (10 a
64 kg/m2 y 12 a 56 kg/m2 respectivamente) y hubo
diferencia estadística por sexo (Tabla 1).
Tabla 1.
Variables de análisis para clasificar el estado nutricional,
según el sexo, de la población adulta mayor, Colombia 2016
Característica
Hombres
Mujeres
Total
p*
Número de individuos (n)
9.479
12.646
22.125
Número de individuos (n) expandido
2.267.936
2.709.334
4.977.270
Edad años
68 (± 11)
68 (± 12)
68 (± 11)
0,0502
Edad agrupada (%)
<0,05
60 a 69 años
59,6
56,6
58,0
70 a 79 años
29,5
30,8
30,2
80 o más años
10,8
12,6
11,8
Peso kg
68,5 (± 16,2)
62,3 (± 16,9)
65,2 (± 16,9)
<0,05
Talla cm
163,6 (± 8,3)
152,9 (± 7,8)
157,2 (± 11,6)
<0,05
IMC kg/m2
25,7 (± 5,8)
26,7 (± 6,5)
26,3 (± 6,1)
<0,05
Para las variables continuas se presenta la
mediana y el rango intercuartílico (± RQI).
* Prueba U de Mann-Whitney de muestras
independientes para las comparaciones de variables
continuas y Ji cuadrado (X2),
para las proporciones en variables
categóricas.
Al comparar el estado nutricional por los diferentes criterios, se
encontró que la menor proporción de bajo peso (3,4%) se obtuvo
utilizando el criterio OMS (p<0,05) y la más alta (22,6%)
con el criterio OPS-Chile (p<0,05); además, el bajo peso
puede variar entre 5 a 7 veces más su proporción al cambiar el criterio
o punto de corte del IMC. Por los cuatro criterios, las mujeres
presentaron una mayor proporción de obe¬sidad en relación a los hombres;
mientras que, para el bajo peso y la normalidad es mayor en hombres. Con
respecto al sobrepeso solo por el criterio OMS la proporción en las
mujeres fue mayor Tabla 2).
Tabla 2.
Clasificación del estado nutricional, según el criterio y el
sexo, de la población adulta mayor
Criterio
de
clasificación
%
Hombres
CV
%
Mujeres
CV
%
Total
CV
IC 95%
IC 95%
IC 95%
OMS
Bajo peso
3,4
2,6 - 4,4
13,0
3,4
2,8 - 4,1
9,4
3,4
2,9 - 4,0
7,8
Normal
39,7
37,3 - 42,1
3,1
31,6
29,6 - 33,7
3,3
35,3
33,8 - 36,9
2,2
Sobrepeso
40,7
38,1 - 43,3
3,2
39,0
36,7 - 41,3
3,0
39,8
38,1 - 41,5
2,2
Obesidad
16,2
14,6 - 18,0
5,3
26,0
23,9 - 28,2
4,2
21,5
20,2 - 23,0
3,3
LIPSCHITZ
Bajo peso
18,4
16,6 - 20,3
5,2
14,7
13,4 - 16,1
4,7
16,4
15,3 - 17,6
3,5
Normal
42,2
39,8 - 44,7
2,9
38,2
36,0 - 40,4
3,0
40,0
38,4 - 41,7
2,1
Sobrepeso
31,2
28,7 - 33,8
4,2
30,0
27,9 - 32,1
3,6
30,5
28,9 - 32,2
2,7
Obesidad
8,2
7,0 - 9,6
8,1
17,1
15,2 - 19,3
6,1
13,1
11,8 - 14,4
5,0
OPS - CHILE
Bajo peso
25,5
23,5 - 27,6
4,1
20,1
18,5 - 21,8
4,2
22,6
21,3 - 23,9
2,9
Normal
45,1
42,6 - 47,7
2,9
40,5
38,3 - 42,7
2,8
42,6
40,9 - 44,3
2,0
Sobrepeso
21,1
19,3 - 23,1
4,6
22,3
20,4 - 24,3
4,5
21,8
20,4 - 23,2
3,3
Obesidad
8,2
7,0 - 9,6
8,1
17,1
15,2 - 19,3
6,1
13,1
11,8 - 14,4
5,0
SENPE
Bajo peso
18,4
16,6 - 20,3
5,2
14,7
13,4 - 16,1
4,7
16,4
15,3 - 17,6
3,5
Normal
42,2
39,8 - 44,7
2,9
38,2
36,0 - 40,4
3,0
40,0
38,4 - 41,7
2,1
Sobrepeso
23,2
20,7 - 25,8
5,5
21,1
19,2 - 23,2
4,8
22,1
20,5 - 23,7
3,7
Obesidad
16,2
14,6 - 18,0
5,3
26,0
23,9 - 28,2
4,2
21,5
20,2 - 23,0
3,3
La comparación entre las distribuciones de los
criterios se realizó a través de la prueba Ji
cuadrado (X2). Todas las
diferencias entre el sexo y la clasificación
nutricional son estadísticamente significativas
(p=0,00001).
IC 95%: Intervalo de confianza del 95%.
CV: Coeficiente de variación.
La comparación entre las distribuciones de los criterios se realizó a
través de la prueba Ji cuadrado (X2). Todas las
diferencias entre el sexo y la clasificación nutricional son
estadísticamente significativas (p=0,0000). IC 95%: Intervalo
de confianza del 95%. CV: Coeficiente de variación.
Por grupos de edad se encontró con el criterio OMS, 2,7% de bajo peso y
63,3% de exceso de peso en los menores de 70 años, mientras que en los
de 80 y más años, el bajo peso aumenta a 6,9% y el exceso de peso
disminuye a 50,9%, con el criterio OPS-Chile, con el cual se obtienen
las mayores diferencias, el bajo peso en los menores de 70 se incrementa
a 20,9% y el exceso disminuye a 36,2% y en los de 80 o más años el bajo
peso llega a 31,9% y el exceso a 30% (Tabla 3).
Tabla 3.
Clasificación del estado nutricional, según el criterio y el
grupo de edad, de la población adulta mayor
Criterio
de
clasificación
60 a 69 años
70 a 79 años
80 o más años
%
IC 95%
CV
%
IC 95%
CV
%
IC 95%
CV
OMS
Bajo peso
2,7
2,1 - 3,5
13,1
3,4
2,6 - 4,4
13,4
6,9
5,4 - 8,7
12,0
Normal
33,8
31,6 - 36,0
3,3
35,5
33,0 - 38,1
3,7
42,2
38,7 - 45,7
4,2
Sobrepeso
40,4
38,0 - 42,9
3,1
40,4
37,7 - 43,2
3,5
35,0
31,3 - 38,8
5,5
Obesidad
23,1
21,1 - 25,2
4,5
20,7
18,6 - 23,0
5,5
15,9
13,3 - 19,0
9,2
LIPSCHITZ
Bajo peso
15,1
13,5 - 16,8
5,6
15,9
14,3 - 17,5
5,1
24,2
21,4 - 27,1
6,0
Normal
39,4
37,1 - 41,7
3,0
41,7
38,9 - 44,5
3,4
38,9
35,5 - 42,4
4,5
Sobrepeso
31,5
29,2 - 34,0
3,9
30,0
27,7 - 32,5
4,1
26,8
23,4 - 30,6
6,8
Obesidad
14,0
12,2 - 16,0
6,9
12,4
10,5 - 14,5
8,2
10,1
7,7 - 13,1
13,7
OPS - CHILE
Bajo peso
20,8
19,0 - 22,8
4,6
22,2
20,3 - 24,3
4,6
31,9
28,8 - 35,2
5,1
Normal
42,8
40,4 - 45,3
2,9
44,0
41,2 - 46,8
3,2
38,1
34,7 - 41,7
4,6
Sobrepeso
22,3
20,4 - 24,4
4,6
21,4
19,4 - 23,6
5,0
19,9
16,7 - 23,4
8,7
Obesidad
14,0
12,2 - 16,0
6,9
12,4
10,5 - 14,5
8,2
10,1
7,7 - 13,1
13,7
SENPE
Bajo peso
15,1
13,5 - 16,8
5,6
15,9
14,3 - 17,5
5,1
24,2
21,4 - 27,1
6,0
Normal
39,4
37,1 - 41,7
3,0
41,7
38,9 - 44,5
3,4
38,9
35,5 - 42,4
4,5
Sobrepeso
22,4
20,2 - 24,9
5,3
21,7
19,6 - 24,0
5,2
21,0
17,6 - 24,8
8,7
Obesidad
23,1
21,1 - 25,2
4,5
20,7
18,6 - 23,0
5,5
15,9
13,2 - 19,0
9,2
La comparación entre las distribuciones de los
criterios se realizó a través de la prueba Ji
cuadrado (X2). Todas las
diferencias entre los grupos edad y la clasificación
nutricional son estadísticamente significativas
(p=0,0001).
IC 95%: Intervalo de confianza del 95%.
CV: Coeficiente de variación.
En la comparación de cada uno de los criterios con las enfermedades
seleccionadas hipertensión (53,7%) y diabetes (18,0%), se encontró que
el comportamiento del análisis desagregado por enfermedad, es igual que
sin desagregar. Por ejemplo, la menor proporción de bajo peso (2,3%
hipertensos y 1,2% diabéticos) se obtuvo utilizando el criterio OMS y la
más alta (15,9% hipertensos y 10,8% diabéticos) con el criterio
OPS-Chile; en general, el estado nutricional con cada una de las
enfermedades muestra la misma tendencia de la clasificación general.
Para todos los criterios, tanto el sobrepeso como la obesidad tiene
mayores proporciones en los que presentan enfermedad; mientras, el bajo
peso es mayor en los que no tiene enfermedad. Comparando las
enfermedades, las proporciones de exceso de peso son más altas para los
que tienen diabetes que los hipertensos y las proporciones de bajo peso,
son más altas en los que no tienen hipertensión, que en los que no
tienen diabetes.
En cuanto a la sensibilidad y la especificidad, los criterios de SENPE y
LIPSCHITZ mostraron unos valores de 62,8% y 52,9% para la detección de
hipertensión, respectivamente, y de 22,0% y 87,3% para diabetes,
respectivamente. El criterio OMS tuvo una sensibilidad de 60,1% y una
especificidad de 55,5% para hipertensión y de 20,3% y 88,7% para
diabetes, respectivamente. El criterio OPS-Chile tuvo una sensibilidad
de 63,8% y una especificidad de 51,7% para hipertensión y de 22,6% y
86,6% para diabetes, respectivamente.
Los modelos de regresión mostraron un efecto de riesgo para el exceso de
peso (OR>1) y protector para el bajo peso
(OR<1); es así como, con el criterio OMS los adultos mayores
con exceso de peso tienen 1,8 veces más probabilidad de tener
hipertensión y 1,9 veces más probabilidad de tener diabetes, que los
clasificados con un IMC normal. Con el criterio OPS-Chile los que
presentan exceso de peso tienen 1,6 veces más probabilidad de tener
hipertensión y 1,5 veces más probabilidad de tener diabetes, que los de
un IMC normal. Con los criterios de LIPSCHITZ y SENPE los que presentan
exceso de peso tienen 1,7 veces más probabilidad de tener hipertensión y
1,6 veces más probabilidad de tener diabetes, que los de un IMC normal.
Por otro lado, con el criterio OMS los adultos mayores con bajo peso
tienen un 27,4% menos probabilidad de hipertensión y 45,6% menos
probabilidad de diabetes que los que los clasificados en un IMC normal.
Con el criterio OPS-Chile los que presentan bajo peso tienen un 36,6%
menos probabilidad de hipertensión y 44% menos probabilidad de diabetes,
que los de un IMC normal. Con los criterios de LIPSCHITZ y SENPE los que
presentan bajo peso tienen un 31,8% menos probabilidad de hipertensión y
44,6% menos probabilidad de diabetes, que los de un IMC normal.
Cuando se realizan los modelos desagregando el exceso de peso en las
categorías de sobrepeso y obesidad, el comportamiento es similar a lo
descrito, siendo más alta la probabilidad de hipertensión y diabetes en
los que son obesos. Los modelos con el menor criterio de información
Bayesiano, correspondieron a los de la SENPE.
Respecto a la concordancia, el índice de Kappa entre los
criterios OMS y OPS-Chile fue débil, entre OMS y LIPSCHITZ fue moderada
y entre OMS y SENPE, aunque tuvo el grado de concordancia más alto,
también está en el margen de moderada. Al utilizar el Kappa
ponderado las concordancias entre los criterios aumentan al comparar OMS
y LIPSCHITZ, fue moderada entre OMS y OPS-Chile, la concordancia fue
buena entre OMS y SENPE (Figura 1). Al explorar la
concordancia por sexo y grupo de edad los valores obtenidos son
similares a lo descrito anteriormente.
En los porcentajes de acuerdo ponderados se encontró que: el acuerdo
esperado entre OMS y LIPSCHITZ fue de 66,5% y el observado de 86,3%; el
esperado entre OMS y OPS fue de 64,0% y el observado de 81,5%; el
esperado entre OMS y SENPE fue de 64,8% y el observado de 89,1%; el
esperado entre SENPE y OPS fue de 63,7% y el observado de 92,4%; el
esperado entre OPS y LIPSCHITZ fue de 65,9% y el observado de 95,2%; y
finalmente, el acuerdo esperado entre SENPE y LIPSCHITZ fue de 64,6% y
el observado de 97,2%.
Para el índice de Kappa combinado, hay más acuerdo entre los
criterios, para la clasificación de los sujetos en obesidad (0,78), que
para las categorías de bajo peso (0,62), normalidad (0,51) y sobrepeso
(0,54).
Discusión
La OMS establece que en países con Producto Interno Bruto (PIB) alto
(países desarrollados) la etapa de adulto mayor inicia a los 65 años,
mientras otros países como Colombia con PIB medio y bajo (países en
desarrollo) inicia a los 60 años23. En Colombia, la distribución de la
población adulta mayor por edad, fue similar a la de otros estudios como
la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México (ENSANUT)24, SABE América Latina y el
Caribe5 y La Encuesta
Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) Perú25 donde alrededor de la mitad de los
individuos son menores de 70 años.
Respecto a la relación entre el estado nutricional y la edad, se encontró
que a medida que aumenta la edad la proporción de bajo peso también se
incrementó, mientras el exceso de peso disminuyó, lo que refleja que,
según la edad, el cambio entre los puntos de corte utilizados genera
diferencias más marcadas de las proporciones en las categorías del
estado nutricional. Estos resultados concuerdan con otros estudios como
el de Borba23 que comparó el
uso de diferentes medidas en la estimación de la estatura aplicada al
IMC en la evaluación del estado nutricional del adulto mayor. Por lo
anterior, analizar la información de manera desagregada por subgrupos de
edad cobra importancia para evidenciar en qué momento la magnitud de los
problemas asociados a malnutrición son más evidentes, y se hace aún más
relevante utilizar los puntos de corte específicos para esta población.
Como lo presentan diferentes estudios poblacionales24-27 la situación de
salud y nutrición se identifica con diferentes indicadores y puntos de
corte y varía de acuerdo a la edad.
Otros estudios refieren que los puntos de corte de los adultos no tienen
que ser coincidentes con los utilizados para la población adulta mayor,
en adultos un IMC menor a 18,5 kg/m2 es definido como bajo
peso, sin embargo valores por debajo de 22 kg/m2 en el adulto
mayor están asociados a mayor mortalidad y un deficiente estado
funcional28,29. En este estudio se evidenció que la
proporción de bajo peso varía según el criterio y el punto de corte del
IMC utilizado, igualmente el número de individuos en riesgo de
mortalidad también varía, por lo tanto, utilizar el criterio OMS
clasifica menos individuos que pudieran estar en riesgo de mortalidad.
Por lo tanto, es necesario tener un adecuado criterio de clasificación
que se ajuste a las características de la población de estudio.
Lo anterior, es muy relevante al momento de decidir cuándo realizar la
intervención nutricional, por esto, el Instituto Nacional de Ciencias
Médicas de la Nutrición en México propone el bajo peso por debajo de 21
kg/m2, en Venezuela por debajo de 20 kg/m2 y en
España los expertos en Geriatría y Nutrición, la Sociedad Española de
Geriatría y Gerontología y la SENPE, recomiendan como bajo peso o
desnutrición un IMC por debajo de 22 kg/m230, de aquí que se recomiende
que la intervención nutricional para los adultos mayores se realice en
los que presenten un IMC menor a 24 kg/m2 o superior a 27
kg/m231, distinto
al parámetro de intervención para adultos menores de 60 años.
En la población adulta mayor son claros los cambios físicos, fisiológicos
y funcionales32, que hacen
necesario realizar una adecuada clasificación del estado nutricional y
aunque el IMC es ampliamente utilizado, puede tener limitaciones como
criterio de clasificación en el adulto mayor, debido a que no tiene en
cuenta los cambios propios del envejecimiento, como la afectación de la
estatura que no refleja su talla real33 y la distribución entre los componentes
graso y magro34, no son
muchos los estudios que comparan dicha clasificación por diferentes
puntos de corte del IMC35, lo
más frecuente es usar el criterio OMS, por que como lo menciona
Becerra31 no existe un
acuerdo entre los puntos de corte para el IMC en el anciano. Asimismo,
es poca la evidencia que se encuentra en la literatura sobre la
concordancia entre criterios, además, estudios como el desarrollado en
Brasil36 reconocen que hay
poca información antropométrica disponible de utilidad en este grupo de
población que permita realizar la clasificación nutricional.
Las diferencias en las prevalencias de malnutrición también varían en los
estudios dependiendo del criterio y puntos de corte utilizado, por
ejemplo en ENSANUT 2012 con el criterio OMS menos de 2% de los adultos
mayores en México presento bajo peso y 70% sobrepeso y obesidad37; en el reporte de
vigilancia nutricional en Chile se muestra que con el criterio OPS-Chile
10% presentaron bajo peso y 54% sobrepeso y obesidad38, con este mismo criterio en un estudio
en Bolivia 19% se encontraron en bajo peso y 36% en sobrepeso y
obesidad39. Estos resultados
son comparables al análisis realizado en este estudio donde la selección
del criterio y del punto de corte afecta más el bajo peso con
diferencias hasta seis veces, mientras el efecto en el exceso de peso es
aproximadamente el doble.
En las pruebas de sensibilidad y especificidad, no se encontraron
diferencias entre los criterios evaluados. En el caso de la hipertensión
ninguno cumple con elevadas cifras de sensibilidad y especificidad, por
lo que no es aconsejable utilizar la clasificación del estado
nutricional con el IMC para detectar esta enfermedad, en el caso de
diabetes, tampoco es sensible; sin embargo, se evidencia una buena
especificidad, por lo que el IMC tiene buena capacidad para clasificar
adecuadamente a las personas que no tienen la enfermedad y dan
resultados “negativos” (sanos como sanos).
Por otra parte, en este estudio también se encontró que el exceso de peso
en los adultos mayores independientemente del criterio utilizado, se
asoció con el aumento de la probabilidad de presentar hipertensión y
diabetes, mientras el bajo peso con disminución de dichas enfermedades.
Esto es consistente con lo reportado en estudios que señalan la misma
asociación9,40.
El análisis de las concordancias entre diferentes criterios y OMS para
clasificar el estado nutricional del adulto mayor, mostró que aun cuando
fueron moderadas y buenas, las proporciones tanto de malnutrición como
de normalidad, presentaron diferencias marcadas en los extremos, es
decir, para el bajo peso y la obesidad; este resultado destaca la
importancia de una adecuada selección del punto de corte en esta
población.
Teniendo en cuenta que la clasificación del estado nutricional es por
niveles y que en los resultados el Kappa ponderado aumentó la
concordancia en comparación con el Kappa directo, para este
tipo de análisis es mejor utilizar este coeficiente porque asigna unos
pesos para cuantificar la importancia relativa entre los desacuerdos, ya
que no tiene la misma importancia un desacuerdo en la clasificación
entre las categorías bajo peso y normalidad, que entre bajo peso y
obesidad, esta última representa un mayor desacuerdo que la primera.
Dentro de las fortalezas de este estudio se resalta el planteamiento de
las diferencias que implican el uso de un criterio u otro en la
clasificación nutricional del adulto mayor, también la fuente de datos y
su muestreo probabilístico que permite extrapolar los resultados a la
población general. Como limitaciones del estudio, se encuentra la no
inclusión de variables que pueden influir en el estado nutricional, como
el consumo de alimentos, la actividad física y la etnia, que podrían
controlar posibles sesgos de confusión, a través de estratificación de
las covariables, lo que permitiría realizar análisis de los grupos de
forma separada; además la falta de información de algunas variables de
antropometría que implica eliminar registros, para lo cual, se podría
realizar un ajuste por la respuesta, restituyendo o imputando la
información a partir de los que tienen la medida.
Por otro lado, se requiere mayor investigación en la utilización de
puntos de corte diferenciados según el sexo, la edad y las condiciones
de esta población. Además, es importante tener en cuenta que para una
evaluación integral del estado nutricional del adulto mayor es necesario
no solo la selección de un punto de corte y criterio para la
clasificación antropométrica adecuada, sino valorar otros aspectos como
la historia social, la presencia de enfermedad y su evolución clínica,
el consumo de alimentos, los indicadores bioquímicos, la actividad
física, la sarcopenia, la composición corporal, e involucrar otras
medidas antropométricas en la valoración del adulto mayor, como la
circunferencia de la pantorrilla14,33.
Por otra parte, SENPE que hace parte de un consenso realizado por
expertos del campo de la geriatría y de la nutrición clínica, es el
criterio más adecuado para detectar deficiencias nutricionales, porque
presenta un punto de corte más amplio que el criterio de OMS, es decir
clasifica una mayor proporción de población con bajo peso que pueda ser
intervenida de manera oportuna y mostró la mejor concordancia con OMS
que es el utilizado convencionalmente, comparado con los otros criterios
utilizados. Además, SENPE presentó los mejores valores de ajuste a los
datos, por lo cual es el mejor modelo predictivo para hipertensión y
diabetes.
Conclusiones
Los resultados de este estudio demuestran que dependiendo del criterio
utilizado, cambia la clasificación del estado nutricional de la población
adulta mayor, y por ende, la proporción de individuos clasificados en cada
categoría. Por lo anterior y teniendo en cuenta el grado de concordancia y
la mayor capacidad de identificar individuos con riesgo de desnutrición, es
recomendable utilizar los puntos de corte del criterio SENPE para clasificar
el estado nutricional de esta población.
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