En el presente estudio se reporta que existe una asociación entre los conocimientos inadecuados sobre SB del
niño en el padre, hábitos inadecuados de higiene bucal del niño y presencia de caries en el mismo. A la luz
de los autores, este es el primer estudio en América Latina evaluando el conocimiento en SB en el padre,
específicamente en la comunidad de la Boquilla, Cartagena-Colombia. Esta comunidad básicamente
afrodescendiente, presenta como principal fuente de ingresos económicos la pesca y el turismo al encontrarse
a orillas del mar Caribe; la mayoría de sus familias poseen viviendas con condiciones inadecuadas, problemas
sociales como violencia intrafamiliar20, solo cuentan con un
centro de salud para la atención de la población y a nivel de SB se presenta una alta prevalencia de CD17.
En este sentido, se observó una asociación entre experiencia de CD en el binomio Padre-Hijo, es decir a
mayor experiencia de CD del cuidador hombre mayor fue la experiencia de CD en el niño. Igual sucede al
correlacionar el componente cariado del índice COP-D-ceo-d esto confirma que la experiencia de CD en el
padre también es predictora de caries dental en el niño y no solo relacionado con la madre como ha sido
ampliamente reportado21,22.
Los resultados indican que amerita seguir evaluando la historia de CD22,23 en los padres y su percepción sobre el cuidado bucal como
lo indican varios protocolos de manejo de esta enfermedad24-27, insistir en la asistencia no solo de la madre sino del padre a las consultas
odontológicas de sus hijos para conocer las experiencias del padre a nivel odontológico que puedan estar
comprometiendo su estado de SB y no promuevan una buena imagen de la odontología; de igual forma es
importante conocer los hábitos de higiene bucal del padre y los factores relacionados con la dieta que se
transmite al interior de las familias. Por otro lado, los hombres en su adultez joven y durante la crianza
de los hijos, se encuentran en una de las etapas más productivas del individuo, lo que los obliga a
permanecer mucho tiempo en el trabajo con limitaciones frente al acceso a los servicios odontológicos que
pudieran comprometer su estado de SB y no generar influencias positivas sobre la importancia del cuidado
bucal en sus hijos.
Otros determinantes sociales y familiares son considerados como factores de riesgo para CD como la
funcionalidad familiar teniendo en cuenta que en los hogares donde se experimenten discusiones y crisis
familiares, hacinamiento, falta permanente de uno de los progenitores y recarga del rol de la mujer, otras
son las prioridades en el hogar que pueden comprometer las necesidades del cuidado de la SB de los niños22,23,28. Por lo tanto, a
través de los aportes del estudio, se propone como implicación práctica indagar durante la consulta
odontológica por factores familiares y comportamentales, género y rol del cuidador y variables relacionadas
como autopercepción de SB y conocimientos que puedan influir en la presencia de CD en el niño instaurando
medidas más costo-efectivas28. Así mismo, indagar por los
conocimientos del cuidador sobre SB que puedan influir en la futura atención de SB del niño.
Se presentó una asociación entre los conocimientos inadecuados sobre SB de los padres y presencia de caries
dental en niños, cepillado bucal del niño sin vigilancia y los hábitos inadecuados de higiene bucal del
niño. La mayoría de los padres desconocían la frecuencia del cepillado bucal del niño, consideraron que la
madre exclusivamente debe enseñar y motivar sobre el cepillado bucal, no conocían cuál fue el motivo de
consulta por el que el niño visitó al odontólogo por primera vez, cómo fue su experiencia y cuál tratamiento
odontológico que recibió en el último año. Los padres también desconocían si sus hijos presentaban o han
presentado CD, odontalgia y qué tipo de meriendas consumen.
Asimismo, los diferentes actores sociales deben procurar facilitar al hombre la asistencia y el cumplimiento
a los programas de promoción y prevención29 en SB que permitan
que este logre mejores conocimientos sobre SB y logren llevar el mensaje más allá del cuidado tradicional de
la SB de los niños por parte de la mujer, concientizando al hombre sobre su papel en la prevención de
enfermedades bucales. Algunos estudios30,33
dan cuenta de la poca participación del padre de familia en la SB del niño; un estudio realizado en India
reportó que solo el 36% de los padres realizó alguna vez orientación de higiene bucal a sus hijos30. Asimismo, en Arabia Saudita un estudio evidenció menores
conocimientos en hombres sobre cremas dentales, que en mujeres31
similar a lo encontrado en un estudio realizado en hombres afroamericanos y sus hijos, el cual reportó
conocimientos inadecuados en los padres sobre el cuidado de la SB de los niños, la importancia de cepillar
los dientes y utilizar crema dental fluorada32.
Lo anterior, confirma que también en América y especialmente en países latinoamericanos como Colombia, no se
experimenta el rol del padre como cuidador de la salud general y bucal de sus hijos amparado en su
masculinidad32,34. En este sentido, el género
del cuidador ha interferido en la adquisición de nuevas informaciones y conocimientos, dificultándole al
hombre realizar mejores prácticas de autocuidado y el desarrollo de hábitos que le permitan la manutención
de su salud y la de sus hijos34. El hombre concibe como única
cuidadora y responsable de los niños a la mujer y asimismo delega en ella su cuidado bucal; en ausencia de
la madre se aprecia cómo se mantiene el género femenino como el principal cuidador de la SB de los niños
representado en la abuela, la tía, la niñera o cualquier otra mujer presente en el entorno de los niños
soportando las figuras del machismo y el patriarcado en algunas comunidades. La figura paterna puede jugar
un papel importante en la adquisición de buenos hábitos bucales hacia sus hijos, al representar el ejemplo a
seguir en la familia y debe ser igualmente tenida en cuenta.
Historicamente, el hombre en su rol de padre ha sido poco reconocido desde su papel de proveedor económico;
no obstante, su rol como formador de hijos en conjunto con la adquisición de conocimientos en SB puede
influir positivamente en la disminución de la CD32. Así, en este
estudio se observó que solo el 5% de los padres enseñaban y motivaban a sus niños a cepillarse los dientes.
Generalmente, los modelos conductuales de los padres tienden a ser repetidos por los niños, por tanto, los
hábitos de higiene bucal de los padres serán adoptados por los menores, aprendidos y repetidos durante la
adultez34. En consecuencia, el presente estudio es relevante ya
que evidencia la importancia de concientizar al padre de su papel activo en el cuidado de la SB de sus hijos
y ser autogestores en salud, especialmente durante los primeros años de vida donde los menores no tienen la
capacidad de aplicar unos correctos hábitos de higiene bucal por sí solos. A través de los resultados de
esta investigación, se insta al diseño de políticas públicas e implementación de programas comunitarios que
aumenten, tanto en las madres como en padres, el nivel de concientización sobre la promoción de la SB en sus
hijos34.
A pesar de no resultar asociados en el modelo final, otros factores como la no asistencia de los padres a
consulta y la experiencia odontológica negativa, estuvieron asociadas en el análisis bivariado. Lo anterior,
representaría una barrera para el acceso a una atención temprana en SB de los niños y pueden influir en el
comportamiento de los pequeños durante la consulta odontológica22.
Por otro lado, se halló una asociación entre los conocimientos inadecuados sobre SB del niño y padres que
trabajan, quienes cuentan con bajos ingresos económicos y que pertenecen a la religión católica. La gran
mayoría de los padres del estudio trabajan, pero en oficios que se realizan a tempranas horas del día como
la pesca, lo que les podría representar una ventaja al poder disponer de mayor tiempo de permanencia en el
hogar al apoyar frente al cuidado de la SB de los hijos y poder acceder y asistir a programas de promoción y
prevención en SB que son permanentemente realizados en la comunidad por diferentes instituciones de salud y
académicas; esto facilita la adquisición de conocimientos al igual que mejores actitudes y prácticas frente
a la salud bucal del niño10 y un empoderamiento del hombre en su
rol como cuidador.
Poblaciones con bajos ingresos socioeconómicos y condiciones de vulnerabilidad, son poblaciones sujetas a
programas de promoción y prevención, lo que podría disminuir un poco la brecha entre la pobreza y el estado
de SB. La adquisición de conocimiento en SB es controversial, sin embargo, no depende exclusivamente de
altos o bajos ingresos económicos; ya que son muchos los factores que influyen en la adquisición de estos,
como experiencias de vida, la familia, la alfabetización en salud, el acceso a servicios de salud y las
costumbres religiosas2,22. Las condiciones de
pobreza y los bajos ingresos económicos obligan principalmente al hombre a trabajar, dado el entorno y las
concepciones históricas de su rol como proveedor económico, lo que lo alejan del hogar y le disminuyen las
posibilidades de cuidado frente a los hijos. De hecho, en las actividades de educación en SB que se realizan
a nivel comunitario, la mujer es la cuidadora que principalmente asiste a estas actividades.
El hecho de que los padres pertenezcan a la religión católica también fue un factor asociado a los
conocimientos inadecuados de SB de sus hijos. Si bien la religión no es un factor que se encuentra
directamente asociado a la SB, sí contribuye a la salud psicológica necesaria para la práctica de estilos de
vida saludables. La religiosidad puede considerarse como ejemplo de determinante de salud psicosocial, que
abarca componentes de creencia espiritual ("psico") y de apoyo social ("social"), propiciando conductas
saludables que protegen al individuo de comportamientos inadecuados y que cuentan con mejores estados de
salud35. Los líderes espirituales representan un actor social
importante en la adquisición de un buen comportamiento entre los miembros de una comunidad y podrían apoyar
en actividades de promoción de SB incentivando a las familias frente al cuidado de la SB de los niños e
inculcando y recordando la responsabilidad de ambos padres en esta labor. Así, hay evidencias de otras
religiones que han ofrecido actividades de educación en salud y estilos de vida que permiten enseñar la
importancia del autocuidado en salud promoviendo la adherencia a la misma35.
Promover modelos positivos de virilidad y masculinidades, como el de una paternidad afectuosa y
participativa, abordando simultáneamente los obstáculos estructurales, es algo que puede mejorar la salud de
los hombres y su comportamiento en cuanto a la búsqueda de atención de salud tanto para ellos como para sus
hijos36.