REVISTA AWASCA No. 16

Resumen

Ejercicios en torno a la estética de la brevedad

Se pretende, en lo que sigue, escribir algunos textos asociados con lecturas, de ahí su carácter literario, aunque entre ellos no media intención de sucesión alguna. Deberán, entonces, leerse como textos sueltos y lo único que los une será la intensión de adiestramiento, por eso son ejercicios de estilo, en torno a una difícil estética de la brevedad o de la concisión.
CARPE DIEM
El de Kürenberg -algunos le anteponen un "señor" que lo ennoblece- vivió hacia mediados del siglo XIl y fue el primero de la estirpe de los Minnesinger. Cuando joven, huyendo de una morosa prisión, llegó a la Provenza cuyas canciones tienen el mismo sabor que la miel de sus abejas, y allí aprendió a tañer el laúd y a componer las palabras con medida, aunque su lengua nativa se resistía a la cadencia de los layes, letanías y sirventeses. Desde entonces vagabundeó por los caminos de Europa, haciendo de trovador con los señores y de juglar en las ferias del pueblo. Su canto resultaba áspero a los oídos de las damas que se enamoraban de un cantor sólo porque les gustaba su canción y fue más apreciado en las tahonas y entre gentes de tropa, Una misma traición le vedó el regreso a la
patria y al amor que desdeñó su joven ambición. Pero como también la vida pasa con la fugacidad de un virelay, en su último invierno, acogido al refugio de una posada sitiada por la nieve, junto al fuego que apenas calentaba su mano y ya no llegaba hasta su corazón, recordando las vísperas de su partida, trazó el verso inicial de un poema que ha llegado hasta nosotros, aunque omite su nombre. El
poema empieza así: "Estuve hasta bien entrada la noche en las almenas.."

JORGE VERDUGO PONCE

Coordinador del Taller de Escritores Awasca y Profesor Depto. Humanidades y Filosofia.