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Vol. 1 Núm. 29 (2017)
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En las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, se sucedieron cambios importantes en la literatura y en la cultura de América Latina, Nuestra América, como la llamara José Martí. El cambio en la noción de Literatura y el Boom traspasaron las fronteras con el Realismo Mágico, la Poesía Conversacional, la Literatura Documental, y por supuesto los Talleres Literarios, con sus antecedentes, los centros, las escuelas, las academias y las tertulias literarias. En el departamento de Nariño, a finales de los sesenta y principios de los setenta, se sucedieron hechos importantes que van a incidir de manera importante en el desarrollo literario y cultural, y en la formación de una nueva generación de escritores e investigadores. La irrupción de un grupo de intelectuales llegados de otras regiones del país y del mundo, quienes se refugiaron en diferentes programas y facultades de la Universidad de Nariño, en momentos de plena agitación del movimiento estudiantil y político que recorría las ciudades latinoamericanas. Entre ellos, se destacan profesores, escritores e investigadores de economía, ciencias sociales, filosofía, matemáticas, física, literatura, lingüística, derecho, sociología, psicología, como: Remigio Rosario Fiore Fortezza (Italia), Socorro Betancourt, José Miguel Wilches, William Uribe Parra, Alvaro Molina Mallarino, Ricardo Sánchez, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Raúl Gómez, Humberto Márquez Castaño, Alvaro Morales Aguilar, Ricardo Cuellar Valencia, Rosa Cristina Martínez, Claude Toulliou (Francia), Alvaro Yie Polo, Víctor Paz Otero, Nelson Aníbal Gómez, Alvaro Mondragón, Harold Alvarado Tenorio, Miguel Angel Ochoa, Anne Marie Sallanave (Francia), León Zuleta Ruiz, quienes desde la academia, y junto a la intelectualidad nariñense, contribuyeron a forjar nuevas generaciones de profesionales, escritores e investigadores con una visión latinoamericana y universal.1 En referencia a la importancia de los Talleres Literarios en Colombia, el escritor Eutiquio Leal, uno de los pioneros del movimiento tallerístico, señala lo siguiente: “Esto de los Talleres de Literatura ha sido inspirado en la actividad artesanal característica de la Edad Media asiática y europea. En los Talleres de los maestros y artesanos no se teorizaba, propiamente; o, al menos, esto no era la actividad primaria y definitiva. Allí se partía del ejercicio laboral, del trabajo, de la práctica creadora, y ésta se pensaba luego o en el curso del proceso productivo. Entonces maestros y operarios decantaban ideas, conceptos, técnicas y principios generales, que asumían como leyes de la producción, de su proceso y de las obras ya elaboradas. Todo lo anterior llegaba a ser lo que hoy llamamos la teoría de cada área de conocimiento, de cada profesión u oficio, y de las obras producidas. Es decir, las teorías que iluminaba toda la práctica profesional o artesanal.