Las Cortesanas o la Escuela de las costumbres
Palabras clave:
Cortesana, Escuela, Edonista, novélasResumen
ACTO I
Escena 1.- ROSALÍA, MARTON.*
ROSALÍA (ocupada en considerar diversas telas).- Déjeme ver esas telas nuevas: ¡qué
variedad!, ¡cuán bellos son los colores!
MARTON.- Bueno, en fin, ¡disfruta según mis opiniones!; ¿va a arrepentirse de haberlas
seguido? Va a eclipsar a nuestras beldades más orgullosas.
ROSALÍA.- Iluminado, ese Pekín debe ser admirable.
MARTON (le indica un cofre).- Esto está un poco mejor. Mire estos brillantes. ¡Diantre!,
allí están unos sólidos presentes, que se pueden convertir en buenos tratos de renta.
¡Viven de estos efectos!
ROSALÍA.- Ese de ahí me encanta; ¡cuánto debe embellecerme!; pronto, un espejo,
Marton. Quisiera probarlo.
MARTON.- Deje allí esa tela y piense…
ROSALÍA.- En verdad, Alary* se ha superado. Mira esta pluma lanzada con gracia…
¡Cuánto voy a lograr en el Baile de la Ópera!
MARTON.- En estas tonterías reconozco a mi sexo. En el fondo, ese gusto por la gala no
resulta censurable, pero ya es tiempo de unir lo útil a lo grato; es tiempo de pensar. Vea
esa barra de oro que, seguro, le llega del financista Mondor. Su forma es antigua y puede
resultar incómoda y yo daría todas esas telas de moda por esa joya.
ROSALÍA.- Bueno, te la doy. ¡Ese Mondor es tan triste y de tan mal tono!
MARTON.- Podría mostrarle algo de indulgencia.
ROSALÍA.- No, tengo que forzarme para soportarlo y no puedo bastar para las ideas
abrumadoras que sin cesar me mantiene. Con sus diamantes, cuya colección lo ciega y
lo enerva, llega a ser cada día más difícil para vivir, y con los caballos ingleses, que le
gustan en su casa, pero que solo me traen su fastidio.
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Citas
Traductor:
GONZÁLO JIMÉNEZ MAHECHA
Licenciado en Educación con Especialidad en Filosofía y Letras, Licenciado en Ingles – Francés de la Universidad de Nariño. Magister en Literatura.
Profesor Asociado, Universidad de Nariño.