Crónicas de Sandoná

Abstract

BREVE CRÓNICA DE UNA FERVOROSA DEVOCIÓN 

Hoy hace 43 años, creo que era un jueves enmarcado en una mañana de comienzo fresca y luego calurosa, pero con cualquier estación, todo giraba en torno a un viejo anhelo, que el pueblo católico de Ancuya y de Nariño iba a celebrar aquel inolvidable 2 de julio de 1982, la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Visitación, en un apoteósico acontecimiento que refirmaba una vez más la inmensa devoción mariana que por herencia de sus mayores se profesaba en esa comunidad. La organización estuvo a cargo del párroco Bolívar Burgos, del alcalde Edelberto Portilla Zambrano y de una junta en donde con toda su devoción participaba don Clelio Flórez, un hombre eternamente agradecido con la virgen cuya intercesión le salvó la vida, más algunos devotos ayudaron no sólo en la parte económica sino espiritual. La víspera fue para mí, casi de vigilia. La mente imaginaria pintaba de mil formas todo el solemne ceremonial que se cumpliría en un lugar especial y con la presencia del Nuncio de su Santidad en Colombia, obispos y sacerdotes tanto de la Diócesis de Pasto como de Ipiales.