Carnaval y Sociedad Anómica Colombiana en la Carroza de Bolívar de Evelio Rosero Diago
DOI:
https://doi.org/10.22267/rceilat.153637.32Palabras clave:
Novela, carnaval, anomiaResumen
Dentro del listado de nuevas novelas históricas colombianas, se publica a comienzos del año 2012 la novela La carroza de Bolívar de Evelio Rosero Diago, escritor de ascendencia nariñense, obra que revela en el sur la compleja realidad de la sociedad colombiana en permanente crisis debido a su fundación a deshora, construida sobre una enorme mentira, la del Bolívar gran militar preocupado por la moralidad pública, y cuyo nefasto ejemplo dado por el “mal llamado Libertador” fundó lo que sería con el tiempo la cultura política colombiana, según la afirmación que hace el doctor Justo Pastor Proceso López, afamado ginecólogo de la ciudad de Pasto, lugar donde se desarrollan los acontecimientos en plena fiesta de carnaval de Blancos y Negros entre el 28 de diciembre de 1966 y hasta el 6 de enero del 67, personaje éste que pretende desarrollar en su vida, por una parte, un proyecto político denunciando, a la manera de Sañudo con sus Estudios sobre la vida de Bolívar, las mentiras dichas sobre Bolívar, y para lo cual patrocinará una carroza con su figura para recordar a la gente del sur su historia pasada, además de su otro proyecto consistente en conseguir el amor de su mujer y el cariño de sus hijas, proyectos que se desarrollarán paralelamente en la historia de la novela, y que terminarán con el asesinato del médico por parte de una célula del ejército de liberación nacional que, a través de su accionar contradictorio, busca limpiar la honra de Bolívar, supuestamente difamada por el protagonista.
La visión carnavalizada del mundo que ofrece el texto y gracias a la cual se permiten algunas libertades que posibilitarán el desarrollo de los proyectos de vida del médico, revelarán la condición de una sociedad anómica generalizada, esto es la existencia de un Estado anómico como lo es el colombiano y, por supuesto, la sociedad del sur del país, regida por una normatividad desprestigiada que contribuye a su desinstitucionalización, y cuyas causas se remontan a los orígenes mismos de fundación de la patria y ante lo cual, recordando el pasado de la región y el cronotopo idílico en el que moraban sus habitantes, se busca recobrar lo perdido, esto es, una forma de vida armoniosa y justa libre de vejámenes y mentiras. Rosero adopta una posición ideológica suprapartidista en su evaluación de la realidad colombiana lo que le permite llevar a cabo su propuesta a través de la verdad de revelación propia del trabajo estético.