Medio siglo de la Revista de Ciencias Agrícolas
Felicitaciones y enhorabuena, a la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Nariño, a los Comité Editorial y Científico, a los Técnicos de Editorial, diagramación, revisión y diseño de portada y al Centro de Publicaciones de la Universidad de Nariño. Que una Revista de Ciencias Agrícolas cumpla 50 años de vida es admirable y digno de alabanza. Al esfuerzo de todos ustedes se le debe. Y mi sincero agradecimiento, es emocionante que todavía se acuerden de mi paso por la Universidad de Nariño, donde gocé de la amistad de los nariñenses.
Vamos primero a las características de una Revista y después al nacimiento de la Revista de Ciencias Agrícolas hace 50 años. Las necesidades de una Revista son simples en su enunciado: Disponibilidad de material idóneo, gente con ganas de escribir y presupuesto. Creo que en Colombia, en el área técnica agropecuaria, los dos primeros condicionantes se dan a partir de los años 50 del siglo pasado y quien propicia el cambio es el mundo literario. Puede sonar raro, pero veamos un poco de historia.
Ya en esa época el nivel literario de Colombia era altísimo, considerado a nivel mundial, mientras que la llamada ciencia y tecnología estaba en pañales y ese sentimiento de inferioridad hizo despertar la emulación. Una pequeña disquisición: me impactó “La vorágine” de Rivera, y el resultado fue que realicé la Tesis de Ingeniero Agrónomo en el Trapecio Amazónico. Bueno, metidos en harina, me perdonarán los partidarios de Gabo, el mío es Arciniegas, a pesar que en su novela “Ancha es Castilla” diga que en Colombia se habla mejor español que en la Península. Con conocimiento de causa, me consta.